Mitología bálticaLa mitología báltica es el conjunto de creencias y ritos de los bálticos que se origina a la prehistoria (derivada de la religión protoindoeuropea) y continúa, mezclándose y asimilándose con el cristianismo, hasta el inicio de la Edad Moderna. Las fuentes para su conocimiento son indirectas: supervivencia de cánticos y fiestas al folclore popular, las crónicas de los misioneros, los restos arqueológicos[1] y las crónicas de pueblos vecinos, como por ejemplo los germánicos y rusos, historias del folklore, estudios etimológicos y la mitología comparada.[2] Las divinidades del panteón báltico se pueden dividir en tres ramas, que representan la expansión y la extensión geográfica de los pueblos bálticos desde su origen hasta la Edad Media. Así, existen divinidades prusianas, lituanas y letonas.[3] Muchas de ellas son variantes locales de la misma figura pero existen dioses específicos de cada pueblo. La mitología báltica destaca por el papel otorgado a los animales y otros elementos naturales en su adoración, puesto que las figuras del entorno aparecen divinizadas y se los rinde culto a través de sacrificios, monumentos y festivales. El fuego ocupaba un rol fundamental como agente de cambio, de muerte y de vida y por eso quemaba de forma permanente a los templos antiguos bálticos. Dievas es el dios del cielo brillante. Es el dios principal sobre el cual hay divinidades menores.[1] Su cosmología consiste en un árbol cósmico, coronado por símbolos del cosmos y que tiene el tronco vigilado por caballos y serpientes.[1] Según estas religiones, cuando un ser humano muere, sobreviven el vele (que viaja a la región de los muertos) y el siela (principio vital que permanece en la región de los vivos y se reanima en animales o plantas).[1] Referencias
Bibliografía
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