3) La espora inyecta el esporoplasma infeccioso en la célula huésped eucariota a través del túbulo polar.
4) Dentro de la célula, el esporoplasma sufre una multiplicación extensa ya sea por merogonía (fisión binaria) o esquizogonia (fisión múltiple).
5) Este desarrollo puede ocurrir en contacto directo con el citoplasma de la célula huésped (E. bieneusi) o dentro de una vacuola llamada vacuola parasitófora (E. intestinalis). Ya sea libre en el citoplasma o dentro de una vacuola parasitófora, los microsporidios se desarrollan por esporogonía a esporas maduras.
6) Durante la esporogonía, se forma una pared gruesa alrededor de la espora, que proporciona resistencia a condiciones ambientales adversas. Cuando las esporas aumentan en número y llenan completamente el citoplasma de la célula huésped, la membrana celular se rompe y libera las esporas al entorno.
7) Estas esporas maduras libres pueden infectar nuevas células continuando así el ciclo.
Diagnótico y tratamiento
La mejor opción para el diagnóstico es mediante PCR. Para el tratamiento. Se ha utilizado fumagilina. Otro agente utilizado es el albendazol.[2][3][4]
Clasificación
Aunque se clasifica como una enfermedad protozoaria en la CIE-10, los análisis moleculares recientes han resuelto la ubicación filogenética de los microsporidios dentro los hongos y algunas fuentes clasifican la microsporidiosis como una micosis.[1] Especialmente los microsporidios son el grupo hermano de Rozellomycetes, un grupo de hongos parasitarios basales que juntos conforman la división Rozellomycota.[5][6][7]
Especies
Se han reconocido al menos 15 especies de microsporidios como patógenos humanos, distribuidas en nueve géneros:[8]