Por un tiempo fue comerciante y después fue estanciero en Zárate. Opositor a Juan Manuel de Rosas, fue perseguido por la Mazorca; salvó su vida por muy poco, y se exilió en Montevideo en 1840.
Regresó a Buenos Aires después de la batalla de Caseros; fue concejal municipal, convencional de la constitución provincial de 1854 y diputado y senador provincial. Era el presidente del senado provincial en la época de la batalla de Pavón; por eso, cuando Bartolomé Mitre fue elegido presidente, fue nombrado gobernador de la provincia. Fue reelecto para el mismo cargo en mayo de 1863.
Fundó y organizó la colonia agrícola de Chivilcoy, la única que llegaría a tener importancia en la provincia, en contraste con las que se fundaron en Santa Fe y el sur de Córdoba, y fijó el procedimiento para acceder a títulos en los ejidos de los pueblos de la provincia. Contrató la construcción del Ferrocarril del Sur (estatal), llevó el Ferrocarril Oeste hasta Chivilcoy y el Ferrocarril Norte hasta Tigre.
Declaró el regreso a la convertibilidad del papel moneda provincial (que se había declarado inconvertible a moneda metálica durante cada una de las guerras de Buenos Aires contra la Confederación Argentina y que volvería a serlo en 1866). Organizó las finanzas provinciales merced al Pacto de San José de Flores, que garantía a la provincia el presupuesto de 1859 a ser pagado por el Tesoro Nacional.
En toda su carrera fue un fiel aliado de Mitre, pero se esforzó por mantenerse equidistante de los dos partidos que se habían formado en la provincia: el autonomista, liderado por Adolfo Alsina, y el nacionalista, cuyo jefe era Mitre. Organizó las elecciones a gobernador de 1866 y se negó a favorecer a su amigo Mitre, con lo que éstas fueron ganadas por Alsina.