Mariana de Jesús Torres
Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa (nació en 1563 en Vizcaya, España) hija de Diego Torres Cádiz y de Doña María Berriochoa Álvaro. Fue una de las fundadoras del primer convento de monjas concepcionistas (inmaculada Concepción) en América, así como su segunda Abadesa. Es recordada principalmente, además de su trabajo como monja concepcionista. La orden de la inmaculada concepción, fundada pocos años antes del descubrimiento de América, fue una de las primeras en asentarse en la Real Audiencia de Quito, junto a los franciscanos, agustinos y mercedarios. En este caso, esta orden religiosa concentraba especialmente a mujeres que decidieron consagrar su vida. Su vida, su testimonio de la aparición de la virgen, y su muerte, rodeada de milagros, marcó el inicio del misticismo católico en Ecuador. Llegada a América y ApariciónMariana de Jesús Torres fue una hermana concepcionista española que viajó desde su país a la Real Audiencia de Quito para ayudar a fundar el Real Convento en la ciudad homónima. Su vida religiosa empezó de forma temprana cuando el 8 de septiembre del año1579 a los 15 años se consagró al Señor.[1] En el año 1556, gracias a la petición de que se funde un Monasterio de la limpia Concepción, Mariana de Jesús Torres fue elegida para venir a América y cumplir con esta solicitud.[2] Durante su vida, fue tres veces superiora del Convento que ayudó a fundar, lo que le dio un rol importante en los primeros años de la historia de la Audiencia de Quito, a la par de grandes religiosos como Fray Jodoco Ricke, Fray Pedro Bedón o Fray Pedro Gosseal. Durante su primer mandato como abadesa, sufrió persecuciones por parte de un grupo de monjas rebeldes que querían relajar la Regla dentro del convento. La rebelión creció y las hermanas que eran consideradas como inobservantes, la metieron en la cárcel del Convento, junto con las demás Madres Fundadoras españolas. La Madre Mariana aceptó con mucha paciencia y piedad su condición y aceptó el sufrimiento que esto conllevaba.[2] Uno de los hechos más destacados de la vida de Mariana fueron las visiones y favores místicos que, se cree en la iglesia católica, le fueron concedidos. Según las crónicas de su vida, se cree que la profecía que escuchó de la Virgen del Buen Suceso decían lo siguiente:[3]
Posterior a esto entre 1582 y en 1634 a partir de las apariciones marianas de Nuestra Señora del Buen Suceso, sería conocida como la "Monja que muere tres veces", hechos que se desarrollaron de la siguiente manera:[4]
Reliquias de Mariana de Jesús TorresImagen de Mariana de Jesús TorresEn el retrato con el que se le recuerda, consta el siguiente texto:
El cuerpo de la Madre Mariana de Jesús Torres, junto con el cuerpo incorrupto de otra Madre Fundadora, se conserva en la planta baja del Convento de clausura. En 1906, durante la remodelación del Convento, se abrió el sarcófago en el que había sido enterrada en 1635 y se descubrió su cuerpo, entero e incorrupto. Hoy se conserva en la planta baja del convento de clausura. Restos físicosEl cuerpo de la Madre Mariana de Jesús Torres, junto con el cuerpo incorrupto de otra Madre Fundadora, se conserva en la planta baja del Convento de clausura. En 1906, durante la remodelación del Convento, se abrió el sarcófago en el que había sido enterrada en 1635 y se descubrió su cuerpo, entero e incorrupto. La Arquidiócesis de Quito abrió su proceso para la canonización en 1986. Hoy se conserva en la planta baja del convento de clausura de la Inmaculada Concepción de Quito (también conocida como de Nuestra Señora del Buen Suceso) en el centro histórico de la misma ciudad. Véase también
Referencias
Bibliografía
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