Maraycalle
Maraycalla, o Maraycalle (quechua: maray = batán; kaalla = piedra o laja. Maray kaalla = piedra de batan[1][2]), es un sitio arqueológico inca, ubicado en el distrito de Yauya, provincia de Carlos Fermín Fitzcarrald, región Áncash, Perú. El yacimiento se sitúa al sureste del pueblo de Yauya, a una altitud de 4.260 metros. Fue construido con la finalidad de albergar al ejército inca que derrotó a las fuerzas confederadas de los Conchucos (etnias huari, piscopampa y siguas), durante el embate de Cápac Yupanqui (hermano del sapa inca Pachacútec) hacia el norte o chinchaysuyo. Ubicado estratégicamente en una meseta desde donde se tiene dominio de 5 valles, sirvió como lugar de reposo y logística para las tropas incas procedentes del Cuzco que ya no tendrían que retornar hasta Huanucopampa para abastecerse o recomponerse. Es el tambo inca más grande de Áncash. Se ubica a un costado del camino inca, que durante este trayecto alcanza los 7 metros de ancho. El complejo consiste en 3 edificios: un tambo, una colcay un enorme complejo de corrales para auquénidos de 100 metros de longitud. Tras la derrota de los señoríos de la zona, el Sapa Inca mandó construir un tambo ubicado a 1 hora de Maraycalla: el Tambo Real de Huancabamba, mucho más pequeño pero fastuoso para brindar descanso al emperador durante sus viajes a Cajamarca. HistoriaExpansión incaMaraycalla fue determinante en la conquista inca de la Sierra Oriental de Áncash entre 1450 y 1500. Tras el rendimiento sin resistencia de la facción sureste del ejército confederado de los Conchucos (señoríos de Allauca Huari y Pincos), el ejército inca avanzó en dirección norte hacia el río Yanamayo, de donde fue obligado a replegarse por las huestes de los piscopampas, siguas e ichohuaris. Debido a ello, se construyó un fuerte militar en las punas del actual pueblo de Yauya, este sitio tenía una posición estratégica vital: podía vigilar cualquier avance armado proveniente de los valles en kilómetros a la redonda. El camino inca empedrado en este punto alcanza los diez metros de ancho y aún se conservan tres estructuras incas de dimesiones considerables a más de 4000 m s. n. m. Desde este punto dirigieron los asedios a todos los centros poblados defendidos por los conchucanos, estos tuvieron ventaja sobre los cusqueños debido a la ubicación elevada de sus fortalezas que las hacían inexpugnables. El ejército inca, compuesto por unos 20.000 soldados derrotó a los rebeldes tras meses de asedio y con diversas tácticas geopolíticas. Dos de los líderes rebeldes, pertenecientes al Señorío de Huari, legaron sus nombres a los lugares que defendieron hasta la muerte: Kátin y Riway, cuya gesta todavía es recordada por sus descendientes en Chacas. El párroco e historiador huarino, Santiago Márquez Zorrilla tradujo, hacia 1940, el relato ancestral de un campesino de Chinlla, quien le narró la acometida inca en esta región, el campesino tituló a este relato como la "maldición del inca".
ReferenciasBibliografía
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