Manuel Antín
Manuel Carlos Antin (Las Palmas, 27 de febrero de 1926-Buenos Aires, 5 de septiembre de 2024)[1][2] fue un novelista, dramaturgo, poeta y director de cine argentino. Es principalmente conocido por su carrera cinematográfica, durante la cual realizó 12 largometrajes de ficción, entre 1960 y 1982, entre los que se destacan La cifra impar y Don Segundo Sombra. En 1983, durante la presidencia de Raúl Alfonsín, fue designado director del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Dirigió la Universidad del Cine, una academia de estudios universitarios que fundó en 1991. Fue miembro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina. BiografíaSu primer vínculo con el cine lo tuvo como coguionista en los cortometrajes de Rodolfo Kuhn, Contracampo (1958) y Luz, cámara, acción (1959). En 1962 dirigió su primer largometraje, La cifra impar, basado en el cuento Cartas de Mamá de Julio Cortázar. En dos de sus siguientes películas trabajará nuevamente sobre textos de este escritor: Circe (1964) e Intimidad de los parques (1965). En el medio, adapta al cine su propia novela inédita Los venerables todos (1962) con Lautaro Murúa, Fernanda Mistral y Walter Vidarte, que se convierte en su segundo largometraje y es un ícono del estilo de cine de los años '60 llevado al Festival de Cannes. El filme no llegó a estrenarse y permaneció perdido durante décadas, hasta que un hallazgo fortuito permite su restauración y estreno en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en 2015. A lo largo de los años '60 la filmografía de Antín se vincula con el movimiento del cine argentino conocido como Generación del '60, el cual estaba relacionado estéticamente con la «nouvelle vague» francesa. También en los años sesenta realizó una serie de documentales destinados a la televisión titulada Los argentinos, dedicados a personalidades argentinas como Benito Quinquela Martín, Ernesto Sabato, Bernardo Houssay, Amadeo Carrizo y Leopoldo Torre Nilsson, entre otros. En dos oportunidades intentó llevar al cine la novela Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal, pero diversas autoridades del Instituto de Cine negaron el crédito necesario para la producción. En los años setenta realiza La sartén por el mango, para la televisión y a continuación comienza su ciclo de películas históricas: Don Segundo Sombra llega en 1969, siendo adaptación de la novela homónima de Ricardo Güiraldes; luego seguida por Juan Manuel de Rosas en 1972 y Allá lejos y hace tiempo, en 1978. Entre ellas, rueda la adaptación al cine de la obra de teatro La sartén por el mango de Javier Portales. Su última película fue La invitación estrenada en 1982, a partir de una novela de la gran escritora Beatriz Guido. Desde 1983 y hasta el fin del gobierno de Raúl Alfonsín, dirigió el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, dando con su gestión empuje al cine argentino que se recuperaba después de la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983). Durante esos años ochenta el cine argentino alcanza una gran difusión mundial a través de muestras y de la participación en festivales internacionales. Además, Antín logró que en el primer decreto firmado por Alfonsín como presidente se anule la censura que durante años aplicó el Ente de Calificación Cinematográfica al cine nacional e internacional estrenado en el país, principalmente de la mano de su director, el censor Miguel Paulino Tato. Antín favoreció también el desarrollo de coproducciones con varios países, principalmente con España. En 1991 fundó la Universidad del Cine, institución dedicada a la enseñanza de las artes cinematográficas en la que se formaron muchos de los actuales directores del cine argentino. En 2011 recibió el premio Cóndor de Plata a la trayectoria, otorgado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, y en julio de 2018 obtuvo el reconocimiento a la trayectoria como cineasta otorgado por la DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) en su 60.º aniversario. En noviembre de 2019 se realizó un semana de actividades en Casa de América (Madrid), en homenaje a las diversas facetas de su carrera, y Antín participó de tres coloquios: uno con el escritor Alan Pauls sobre cine y literatura, otro con la periodista Mariángeles Fernández y el cineasta Diego Sabanés sobre la colaboración creativa con el escritor Julio Cortázar y con el guionista Nicolás Saad, y el último con la directora Lupe Pérez García y la gestora cultural Andrea Guzmán sobre el aporte de las escuelas de cine en la formación de los directores. Actividad como novelista, dramaturgo y poetaEn su juventud trabajó como guionista de televisión en ciclos como El amor tiene cara de mujer y en revistas de historietas publicadas por la Editorial Abril, donde coincidió con autores destacados del género, como el siempre vigente Héctor Germán Oesterheld. Escribió dos novelas: Alta la luna y Los venerables todos (que sería luego llevada por él mismo al cine). Cómo dramaturgo escribió piezas de teatro como El ancla de arena, Una ficticia verdad, No demasiado tarde, La desconocida en el bar y La sombra desnuda. En su obra poética se destacan: La torre de la mañana, Sirena y espiral y Poemas de dos ciudades. FilmografíaDirector
Guionista
Productor
Premios y distinciones
Referencias
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