Manuel Antonio Muñoz Borrero
Manuel Antonio Muñoz Borrero (Cuenca, 4 de febrero de 1891 - México, octubre de 1976) fue un diplomático ecuatoriano nacido en Cuenca. Nombrado en 2011 Justo entre las Naciones, por su rol en ayudar a judíos a escapar del Holocausto, mientras fue primeramente Cónsul General y luego Cónsul Honorario del Ecuador en Estocolmo. BiografíaManuel Antonio Muñoz Borrero provino de la familia conservadora del diplomático cuencano Alberto Muñoz Vernaza y Teresa Borrero. Mientras su padre ejercía de Embajador Plenipotenciario de Ecuador en África, Manuel Antonio estudió derecho en Bogotá. Se graduó de abogado en 1920 por la Universidad Nacional en Bogotá.[1] En 1919 contrajo matrimonio con Carmen Van Arken. Su abuelo fue el expresidente de la República Antonio Borrero (1875-1876).[1] Carrera diplomáticaDesde Bogotá, se integró al servicio exterior de Ecuador, como tercer secretario en la embajada ecuatoriana en Colombia. En 1931 fue nombrado Cónsul General de Ecuador en Estocolmo, Suecia.[1] Durante la Segunda Guerra Mundial, Suecia se había declarado país neutral.[2] En 1935, a causa de controversias políticas, fue cesado como cónsul diplomático, pero se le permitió continuar como cónsul honorario. El 13 de enero de 1942, fue destituido del consulado.[1] Muñoz Borrero mantuvo su residencia en Estocolmo hasta 1961.[3] Se dedicó a relacionador público, consultor jurídico y traductor.[1] Rescate a judíos durante el Holocausto mediante pasaportesAproximadamente en 1939, varios dirigentes del Congreso Judío Mundial para el salvamento de judíos en zonas ocupadas por los alemanes, entre ellos, Abraham Israel Jacobson, Jacob Ettlinger, Fritz Holländer, Moritz Pineas y John Benzian, acudieron al cónsul ecuatoriano en Estocolmo, para pedir pasaportes que permitieran salvar a varios judíos.[4] En ese entonces, se podía emitir pasaportes propiamente dichos, y "pasaportes promesa" que permitían viajar, con el compromiso del país de otorgar el pasaporte formal al llegar al país. En 1941, Muñoz Borrero otorgó cerca de 80 pasaportes "promesa" destinados a polacos judíos, que llegaron a Turquía y los presentaron en la Embajada de Chile. El embajador notificó como novedad que los pasaportes no tenían firma o foto, por lo que la Cancillería chilena notificó a la Cancillería de Ecuador, por esta novedad. El 13 de enero de 1942, la Cancillería de Ecuador destituyó a Muñoz Borrero de su cargo, y pidió al gobierno sueco investigar su accionar. En Estocolmo, Muñoz Borrero rindió testimonio ante la policía sueca, pero no fue enjuiciado. Muñoz Borrero continuó otorgando pasaportes hasta 1943 aún después de destituido.[5] Algunos se emitieron sin las especies oficiales, en simples hojas (como "copia de pasaporte") y en muchos casos, Muñoz Borrero no cobró las tasas consulares. Óscar Vela estima en mil doscientos el número de personas que recibieron ayuda de Muñoz Borrero.[6] FallecimientoManuel Antonio Muñoz Borrero permaneció hasta 1961 en Estocolmo, temeroso de que su comportamiento genere represalias. En 1961, volvió a Cuenca. En 1966, Carmen Van Arken volvió a contactarlo y reiniciaron su matrimonio en México. Muñoz Borrero falleció en octubre de 1976, sin revelar a nadie su rol en la II Guerra Mundial. Premios y distinciones
En la cultura popular
Véase tambiénFuentes
Notas
Bibliografía
Enlaces externos
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