Manila imperial

La frase Manila imperial (Imperial Manila en inglés) es un epíteto peyorativo en Filipinas, usado por algunos sectores de la sociedad filipina para referirse a la tendencia de la ciudad de Manila y su área metropolitana de dominar la vida socioeconómica y política de todo el país sin importar las necesidades de las demás regiones. Esa tendencia viene del centralismo político en Filipinas que, según sus proponentes, resulta en una actitud esnobista que se manifiestan los manileños y, de extensión, el gobierno, perjudicando así los filipinos que no viven en la capital.[1]

A veces se resume esa tendencia con la máxima «Ni una sola hoja puede caer en nuestro país sin permiso de Malacañán»,[nota 1]​ o la frase «Cuando Manila estornuda, Filipinas se resfría» del escritor Nick Joaquín.[3]

Historia

Se rastrea el uso más antiguo de la frase a 1927, cuando un artículo de la American Chamber of Commerce Journal empleó la frase para resumir las ponencias de dos casos ante la Corte Suprema sobre la gobernación local: Gabriel v. Junta Provincial de Pampanga y Luta v. Municipio de Zamboanga.[4]

Empezó el uso contemporáneo de la frase en los tiempos de la Revolución EDSA de 1986, cuando los escritores políticos, especialmente los que viven fuera de Manila, empezaron usar la frase para criticar la dimisión forzada del dictador Ferdinand Marcos por la voluntad de los manileños sin la participación de los demás filipinos en las provincias.[5]​ El columnista Amando Doronila, de origen ilongo, lo resumió en el Manila Times:

Los movimientos de poder popular han sido un fenómeno de la Manila imperial. Su[nota 2]​ campo de juego es EDSA. Se han excluído los provincianos de su movimiento con su arrogancia y esnobismo insoportable, ignorando así la existencia de las masas trabajadoras y los paisanos en la Filipinas agraria.[6]

Notas y referencias

Notas

  1. Hay un ejemplo del uso de esta frase en la siguiente cita de David Martínez:

    Hemos dejado sagrada e intocable, inmaculada e impecable, la misma autoridad centralista donde sigue existiendo el poder político casi absoluto: la Manila imperial. Mi padre dijo la verdad cuando lamentaba en cebuano, "Wa'y dahong mahulog sa atong nasud nga di mananghid sa Malacañang" (Ni una sola hoja puede caer en nuestro país sin permiso de Malacañán).[2]

  2. Se refiere a los élites de la clase política.[6]

Referencias

  1. Martínez, 2004, p. 202.
  2. Martínez, 2004, p. 447.
  3. Chúa, Yvonne (4 de mayo de 2017). «Seares: Hail USC. Manila, imperial or not, tears» [Seares: Viva USC. Manila, imperial o no, llora]. SunStar Cebu (en inglés). Consultado el 2 de enero de 2025. 
  4. «Freeing Our Towns From Imperial Manila’s Mandates» [Liberando nuestros pueblos de los mandatos de la Manila imperial]. The American Chamber of Commerce Journal (en inglés) (Cámara de Comercio Americana de las Islas Filipinas) 7 (10): 11. Octubre de 1927. Consultado el 4 de enero de 2025 – via la Biblioteca Principal de la Universidad de Filipinas Dilimán. 
  5. Brines Gómez, Enric-Sol (4 de septiembre de 2013). «The Philippines: consequences of the “People’s Power Revolution” 25 years later» [Filipinas: consecuencias de la «Revolución Poder Popular» 25 años después]. WithTheVoices (en inglés). Consultado el 4 de enero de 2025. 
  6. a b Doronila, Amando (25 de febrero de 2013). «Transition from old to new oligarchy» [Transición de la antigua oligarquía a la nueva]. Philippine Daily Inquirer (en inglés). Consultado el 4 de enero de 2025. 

Bibliografía

  • Martínez, David (2004). A Country of Our Own: Partitioning the Philippines [Nuestra propia patria. Particionando Filipinas] (en inglés). Los Ángeles: Bisaya Books. ISBN 978-0-9760613-0-4.