II. PREPARACIÓN DEL MINISTERIO DE JESÚS Predicación de San Juan Bautista Mt 3,1-12 Mc 1,1-8 Jn 1,19-34
1El año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y de la región de Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene,
2bajo el sumo sacerdote Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, el hijo de Zacarías, en el desierto.
3Y recorrió toda la región del Jordán predicando un bautismo de penitencia para remisión de los pecados,
4tal como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor, haced rectas sus sendas.
5Todo valle será rellenado, y todo monte y colina allanados; los caminos torcidos serán rectos, y los caminos escarpados serán llanos.
6Y todo hombre verá la salvación de Dios».
7Y decía a las muchedumbres que acudían para que los bautizara: —Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que va a venir?
8Dad, por tanto, frutos dignos de penitencia, y no empecéis a decir entre vosotros: «Tenemos por padre a Abrahán». Porque os aseguro que Dios puede hacer surgir de estas piedras hijos de Abrahán.
9Además, ya está el hacha puesta junto a la raíz de los árboles. Por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.
10Las muchedumbres le preguntaban: —Entonces, ¿qué debemos hacer?
11Él les contestaba: —El que tiene dos túnicas, que le dé al que no tiene; y el que tiene alimentos, que haga lo mismo.
12Llegaron también unos publicanos para bautizarse y le dijeron: —Maestro, ¿qué debemos hacer?
13Y él les contestó: —No exijáis más de lo que se os ha señalado.
14Asimismo le preguntaban los soldados: —Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer? Y les dijo: —No hagáis extorsión a nadie, ni denunciéis con falsedad, y contentaos con vuestras pagas.
15Como el pueblo estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si acaso Juan no sería el Cristo,
16Juan salió al paso diciéndoles a todos: —Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatarle la correa de las sandalias: él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego.
17Él tiene el bieldo en su mano, para limpiar su era y recoger el trigo en su granero, y quemará la paja con un fuego que no se apaga.
18Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva. Prisión de San Juan Bautista
19Pero el tetrarca Herodes, al ser reprendido por él a causa de Herodías, la mujer de su hermano, y por todas las maldades que había cometido Herodes,
20añadió esta otra a las demás: metió a Juan en la cárcel. Bautismo de Jesús Mt 3,13-17 Mc 1,9-11
21Se estaba bautizando todo el pueblo. Y cuando Jesús fue bautizado, mientras estaba en oración, se abrió el cielo
22y bajó el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como una paloma. Y se oyó una voz que venía del cielo: —Tú eres mi Hijo, el Amado, en ti me he complacido. Genealogía de Jesús Mt 1,1-17
23Tenía Jesús al comenzar unos treinta años, y era, según se pensaba, hijo de José, hijo de Helí,
24hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melquí, hijo de Jannaí, hijo de José,
25hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Naúm, hijo de Eslí, hijo de Nangaí,
26hijo de Maaz, hijo de Matatías, hijo de Semeín, hijo de Josec, hijo de Jodá,
27hijo de Joanán, hijo de Resá, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri,
28hijo de Melquí, hijo de Addí, hijo de Cosán, hijo de Elmadán, hijo de Er,
29hijo de Jesús, hijo de Eliezer, hijo de Jorín, hijo de Matat, hijo de Leví,
30hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquín,
31hijo de Meleá, hijo de Menná, hijo de Mattatá, hijo de Natán, hijo de David,
32hijo de Jesé, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Sala, hijo de Naasón,
33hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Esrón, hijo de Farés, hijo de Judá,
34hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abrahán, hijo de Taré, hijo de Nacor,
35hijo de Seruc, hijo de Ragau, hijo de Falec, hijo de Eber, hijo de Sala,
36hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec,
37hijo de Matusalén, hijo de Henoc, hijo de Jaret, hijo de Maleel, hijo de Cainán,
38hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.
Como ya ha hecho en los dos primeros capítulos, Lucas aporta varios puntos de datos históricos, en este caso seis, para precisar la fecha de los hechos en el siglo I de nuestra era.[3]
El decimoquinto año de gobierno de Tiberio fue el 29 o 30 d. C. (calculado a partir de la muerte de su predecesor, Augusto, en el 14 d. C.), por lo que se puede fechar el comienzo de la predicación de Juan en esa fecha. El estudioso del Nuevo Testamento William Ramsay sugiere que el año fue el 26 d. C., calculado desde el momento en que Tiberio fue nombrado copríncipe con Augusto en el 12 d. C.[7] Ramsay señala que esta forma de cálculo podía «hacerse bajo un emperador cuyos años se contaban desde su asociación como colega», como la empleada por Tito, cuyo reinado comenzó desde su asociación con su padre el 1 de julio de 71 d. C.[8]
La referencia a las capuchas de sacerdote mayor de Anás y Caifás crea una dificultad en el sentido de que un sumo sacerdocio conjunto no estaba permitido bajo la ley judía.[2]
Comentarios
Los cuatro evangelios documentan la actividad de Juan el Bautista que precedió la vida pública de Jesús, siendo Lucas quien ofrece un relato más detallado y organizado. Lucas establece el contexto general, describe la misión de Juan, el contenido de su predicación, su relación con el Mesías venidero y su encarcelamiento.
Lucas sitúa la aparición pública de Juan Bautista en un marco temporal y espacial preciso. El decimoquinto año del reinado de Tiberio César corresponde al año 27 o 28/29 de nuestra era, según dos posibles cálculos cronológicos. Poncio Pilato fue prefecto de Judea desde el año 26 al 36, y su jurisdicción incluía también Samaria e Idumea. Herodes mencionado es Herodes Antipas, quien murió en el año 39. Su hermanastro Filipo fue tetrarca de las regiones indicadas en el texto hasta el año 33/34. Este no es el mismo Herodes Filipo que estuvo casado con Herodías. Caifás era el sumo sacerdote, ocupando el cargo desde el año 18 hasta el 36. Anás, su suegro, había sido depuesto en el año 15 por la autoridad romana, pero mantenía gran influencia en la política y la religión judías.[11][12]
La mención de circunstancias históricas seguida de vino la palabra de Dios sobre… es común en el inicio de muchos libros proféticos. Así, el texto sugiere, como Jesús afirmará explícitamente después, que Juan es el último de los profetas y que, a través de él, Dios inaugura el último acto de la historia con su palabra.[13]
Vesículo 4
Como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice:
«Yermo»: o «desierto»; la posición sintáctica de la frase «en el desierto» podría ser con «Preparad un camino» (Texto Masorético o «MT»), sugiriendo el lugar donde debía hacerse la preparación, mientras que la Septuaginta griega (o «LXX») lo conecta con «una voz que gritaba» indicando el lugar desde donde partía el ministerio de Juan.[16] Los documentos judíos apoyan por separado ambas interpretaciones: 1QS 8:14 y 9.19-20 apoyan la versión MT mientras que algunos textos rabínicos apoyan la versión LXX, pero en el análisis final, el «efecto neto entre las dos opciones puede ser mínimo».[16]
Al igual que Marcos 1:2-3, Mateo 3:3 y Juan 1:23, Lucas cita a Isaías 40 en referencia a Juan, pero con mayor extensión,[18] posiblemente para incluir el mensaje de que «...toda carne (“”o“” toda la humanidad) verá la salvación de Dios» (Lucas 3:6) para su público gentil.[19]
donde... dice que entre su vanguardia había «quienes debían hacer el camino llano y recto, y si en alguna parte era áspero y difícil de transitar, allanarlo, y cortar los bosques que obstaculizaban su marcha... para que el ejército no se cansara».[23][24]
El evangelista Lucas presenta a Juan el Bautista en relación con un texto del libro de Isaías. En esta parte de Isaías, se le anuncia al pueblo hebreo que, después del exilio en Babilonia, habrá un nuevo éxodo. En este nuevo éxodo, el pueblo será guiado no por Moisés, sino por Dios mismo a través del desierto hasta la tierra prometida. Este oráculo de Isaías es citado por los tres evangelios sinópticos, pero solo Lucas incluye el versículo final: «Y todo hombre verá la salvación de Dios». Así, la universalidad del Evangelio se establece desde la misión de Juan el Bautista, indicando que todos, incluidos publicanos y soldados, tienen acceso a la salvación.[13]
El Señor desea abrir en vosotros un camino por el que pueda penetrar en vuestras almas. (…) El camino por el que ha de penetrar la palabra de Dios consiste en la capacidad del corazón humano. El corazón del hombre es grande, espacioso y capaz. (…) Prepara un camino al Señor mediante una conducta honesta, y con acciones irreprochables allana tú el sendero, para que la palabra de Dios camine hacia ti sin obstáculo.[27]
Ante la llegada del Señor, es crucial que las personas se preparen espiritualmente, arrepintiéndose de sus pecados y cambiando su estilo de vida para estar listos para la gracia del Mesías. La salvación no se obtiene por ser descendientes de Abrahán, sino a través de la conversión demostrada en acciones concretas, diferentes para cada individuo. Lucas señala que ha incluido solo algunas de las exhortaciones de Juan el Bautista, pero su resumen es muy parecido al de otros textos contemporáneos. Flavio Josefo también hace referencia a Juan el Bautista con las siguientes palabras:
era un hombre bueno y pedía a los judíos el ejercicio de la virtud, a la vez que la justicia de los unos con los otros y la piedad con Dios, y de esta forma presentarse al Bautismo.[13][28]
Aprended del mismo Juan un ejemplo de humildad. Le tienen por Mesías y niega serlo; no se le ocurre emplear el error ajeno en beneficio propio. (…) Comprendió dónde tenía su salvación; comprendió que no era más que una antorcha, y temió que el viento de la soberbia la pudiese apagar.[29]
Por último, el evangelista registra el destino final de Juan el Bautista. Mientras que los otros dos evangelios sinópticos detallan la crítica de Juan al adulterio de Herodes, Lucas también menciona que Juan denunció todas las maldades del tetrarca. El despotismo y la tiranía de la detención de Juan es mencionada por Flavio Josefo, quien afirma que Herodes, temeroso de la influencia del Bautista, decidió actuar contra él:
«indujera a sus súbditos a rebelarse, pues el pueblo parecía dispuesto a seguir sus consejos, consideró más seguro (…) quitarlo de en medio; de lo contrario, quizás tendría que arrepentirse más tarde, si se produjera alguna conjura. Así que, por estas sospechas de Herodes, fue encarcelado y enviado a la fortaleza de Maqueronte...Por eso también, cuando Herodes fue aplastado por el rey de los nabateos, los judíos creyeron que fue en venganza de su muerte [de Juan Bautista] por lo que fue derrotado Herodes, ya que Dios quería castigarlo.[30]
Versículos 7-17
Juan exhorta primero a los oyentes («manada de serpientes») a que demuestren su arrepentimiento por la forma en que vivían. Se ponía en duda su sinceridad. Mientras Juan continúa predicando un bautismo de arrepentimiento, dice entonces a la multitud que su descendencia de Abraham no les salvará de «la ira venidera», que «...de estas piedras puede Dios suscitar hijos para Abraham». «El hacha está ya en la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.»[31]
La gente pregunta qué deben hacer y Juan habla de compartir (Versículo 11). Específicamente al recaudador de impuestos (publicanos en la King James Version),[32] y a los soldados les dice que no deben abusar de sus cargos. Le preguntan si es el Cristo, y responde «Yo os bautizo con agua. Pero vendrá uno más poderoso que yo, cuyas sandalias no soy digno de desatar. Él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego». (Lucas 3:16) también se encuentra en Mateo 3:11, Marcos 1:7Marcos 1:8|-8 y Juan 1:26-Juan 1:27|27. Juan es entonces encerrado por Herodes por reprenderle acerca de su esposa Herodías, añadiendo Herodes esta «coronación de la iniquidad» a todas sus otras fechorías.[3]
Versículo 16
Juan respondió diciendo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene uno más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.[33]
Se encuentran variantes textuales en unos pocos manuscritos (C D 892 1424 it) que tienen εἰς μετάνοιαν, eis metanoian, «para arrepentimiento», después de la frase «bautizaros con agua». Esta adición puede tener una intención aclaratoria y probablemente fue un intento de armonizar con Mateo 3:11.[34]
Lucas nos dice a continuación (Versículo 21) que Jesús fue uno de los muchos que fueron bautizados por Juan. Heinrich Meyer lee el texto en el sentido de que mientras la gente reunida estaba siendo bautizada, Jesús también fue bautizado.[35] Nicoll argumenta que el uso del aoristo «debería implicar que la mayor parte de la gente ya había sido bautizada antes de que Jesús apareciera en escena, es decir, que el ministerio de Juan estaba llegando a su fin»,[3] cf. la redacción de la Traducción de la Buena Nueva, Después de que toda la gente había sido bautizada, Jesús también fue bautizado..[36]
aY el mismo Jesús comenzó al tener como treinta años de edad,
bsiendo (como se suponía) hijo de José, que era hijo de Helí,'[37]
La redacción de la Versión King James es «antigramatical, una expresión extraña».[24] Muchas traducciones insertan referencia a su «obra»[38] o su «ministerio».[39] Lucas no indica durante cuántos años bautizó Juan, pero es cuando la mayoría fecha el comienzo del ministerio de Jesús, 29 o 30 años. Tenía que tener más de treinta años, ya que nació unos seis meses antes de Nació Jesús, como se señala en Lucas 1. Lo más probable es que Juan naciera en el año 4 a. C.
Comentarios
Además del plan divino, la tradición judía de la época probablemente también tuvo influencia, ya que dictaba que uno no podía asumir el papel de maestro antes de los treinta años. Así, al igual que Juan Bautista y anteriormente Ezequiel, Jesús pudo haber seguido esta costumbre.
Cuando llegó a la edad perfecta en que debía enseñar, hacer milagros y atraer a los hombres hacia Sí, entonces debió ser indicada su divinidad por el Padre, a fin de que su doctrina se hiciera más creíble.[40]
Lucas establece aquí, al igual que Mateo en su capítulo inicial, una genealogía de Jesús. Lucas comienza con su padre legal José y enumera 73 personas entre José y Adán, de quien Lucas dice que es «...el Hijo de Dios»,[41] teniendo así 75 personas entre Dios y Jesús. Esta genealogía es más larga que la de Mateo, trabaja retrospectivamente desde Jesús hasta Adán,[42] mientras que la de Mateo corre cronológicamente hacia adelante desde Abraham hasta Jesús, y tiene varias otras diferencias. Lucas nombra al padre de José y, por tanto, abuelo de Jesús como Heli, que podría ser el padre de María, como se señala en el Talmud.[43] Por otro lado, Mateo registra que el nombre del padre de José era Jacob. Luego dicen que el bisabuelo de Jesús se llamaba Matthat o Matthan, que podrían ser la misma persona o, como sugirió por primera vez Sexto Julio Africano, hermanos. Las listas divergen a partir de ahí, uniéndose de nuevo en David. La lista en Lucas también difiere de 9, que dice que Arphaxad era el padre de Selah, no su abuelo a través de Cainan.
Versículo 33
El cual era hijo de Aminadab, el cual era hijo de Aram, el cual era hijo de Esrom, el cual era hijo de Fares, el cual era hijo de Judá.[44]
... el hijo de Enós, el hijo de Set, el hijo de Adán, el hijo de Dios.[45]
Como en toda la genealogía de Lucas, «hijo de» está implícito pero no se afirma, excepto en el caso de «hijo de José» en el versículo 23.[46] El comentarista metodista Joseph Benson comenta,
Adán, no siendo descendiente de padres humanos, sino formado por el poder de una mano creadora divina, podría con peculiar propiedad ser llamado el hijo de Dios, habiendo, en su estado original, recibido inmediatamente de Dios, todo lo que los hijos de Adán reciben de sus padres, salvo el pecado y la miseria.[47]
El Pablo hace referencia a la comprensión griega de que «somos [todos] descendencia de Dios» en su discurso en el Areópago de Atenas, Hechos 17:28-29.
Comentarios
Las genealogías presentadas por Mateo y Lucas comparten semejanzas pero con ciertas diferencias. Ambas genealogías culminan en José, reconociendo que no era el padre biológico de Jesús. Mateo presenta una genealogía descendente desde Abraham, mientras que Lucas lo hace de forma ascendente hasta Adán. Ninguna de las dos genealogías incluye a todos los antepasados de Jesús, lo cual es comprensible ya que su objetivo no es ser un registro exhaustivo, sino destacar la posición étnica y social de Jesús. Mateo enfatiza el carácter mesiánico de Jesús al trazar su linaje desde Abraham y David, mientras que Lucas subraya su carácter sacerdotal y su misión como Salvador universal al llegar hasta Adán.[48]
Lucas, no desde el principio, sino después del Bautismo de Cristo, narra la genealogía en orden ascendente, como señalando al Sacerdote que expía los pecados en el momento en que Juan Bautista dio testimonio de Él diciendo: He aquí el que quita los pecados del mundo. Y, ascendiendo por Abrahán llega hasta Dios, con quien nos reconciliamos, una vez limpios y purificados.[49]
↑P.E. Easterling, E. J. Kenney (editores generales), The Cambridge History of Latin Literature, página 892 (Cambridge University Press, 1982, reimpreso en 1996). ISBN0-521-21043-7
↑Bart D. Ehrman escribió: «El informe de Tácito confirma lo que sabemos por otras fuentes, que Jesús fue ejecutado por orden del gobernador romano de Judea, Poncio Pilato, en algún momento del reinado de Tiberio.» En: Ehrman, Bart D. (2001). Jesús: Profeta apocalíptico del nuevo milenio. Oxford University Press. p. 59. ISBN978-0195124743.
↑Maas, Anthony. «Genealogía de Cristo» La Enciclopedia Católica. Vol. 6. Nueva York: Robert Appleton Company, 1909. 9 oct. 2013
↑Talmud Yerushalmi, Hag. cap.2, 11a; texto hebreo en http://www.mechon-mamre.org/b/r/r2b.htm, registra lo siguiente: למרים ברת עלי l'miryam bart eli, «De María la hija de (H)Eli»