Lorenza Böttner
Lorenza Böttner (Punta Arenas, 6 de marzo de 1959-Múnich, enero de 1994)[1]fue una artista multidisciplinar transgénero chileno-alemana .[2] BiografíaIniciosBöttner nació en Chile en el seno de una familia alemana. Cuando tenía ocho años, le tuvieron que amputar los brazos porque se acercó demasiado a una torre eléctrica al intentar alcanzar un nido de pájaros. En 1969 Böttner se trasladó con su familia a Alemania Occidental, donde estudió en una escuela especial para los llamados "niños de Contergan" (niños nacidos con malformaciones congénitas a causa de la talidomida, un fármaco maldito producido en las décadas de 1950 y 1960 bajo el nombre comercial de Contergan).[1] Frente a las expectativas sociales derivadas de la discapacidad que le diagnosticaron, Böttner adolescente se rebeló y rechazó las prótesis de los brazos y la educación en los entornos de discapacidad. A los 19 años se matriculó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Kassel y comenzó a hacer performances públicas.[3][4] Obra artística y Juegos ParalímpicosBöttner aprendió a pintar con los pies y la boca, al igual que otros artistas sin extremidades que pintaban en la calle para vivir, pero dando un giro transgresor de reivindicación y visibilización. Renegaba de la condescendencia y la lástima que provocaba en la sociedad, llegando a convertir su cuerpo en una extensión de su obra y su leitmotiv. A partir de entonces dejó atrás su nombre original Ernst Lorenz[5][6] y se convirtió en una artista multidisciplinar que pintaba y utilizaba la fotografía, el dibujo, la pintura y los espectáculos en la calle como un medio para crear un cuerpo político y artístico. En los años 1980, participó con Sandra Aronson en la red británica Disabled Artists Network y defendió la existencia de una genealogía de artistas femeninas que trabajasen con la boca y los pies.[7] Böttner encarnó a Petra, la mascota de los Juegos Paralímpicos de Barcelona 1992, diseñada por Xavier Mariscal, quien defendía infatigablemente las políticas de integración.[8][9] Su actuación en las paraolimpiadas causó un gran impacto. Falleció en enero de 1994 producto de complicaciones del sida.[1] LegadoGracias a la madre de Böttner ha sido posible conservar algunos de sus recuerdos y obras de arte. En 2017 se presentó una pequeña selección de sus trabajos en la documenta 14 de Kassel[7] y en noviembre de 2018 se estrenó en La Virreina de Barcelona la exposición Requiem por la norma, dedicada a su obra.[3] Un año más tarde, se celebró otra exposición en el Württembergischer Kunstverein de Stuttgart. Exposiciones monográficas
Referencias
Enlaces externos
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