Loranca de Tajuña
Loranca de Tajuña es un municipio y localidad española de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. El término municipal, ubicado en la comarca de la Alcarria, tiene una población de 1608 habitantes (INE 2024). Pertenece a la región histórica de Castilla. GeografíaEl casco antiguo de la villa está emplazado en la margen derecha del valle del río Tajuña a media ladera de una empinada vertiente orientada al mediodía que une el páramo alcarreño con el valle fluvial, junto al punto en que emana un enorme manantial de afamadas aguas en el pasado, llamada Fuente de los Olmos. Recientemente, la población se ha expandido en dirección al páramo, con la aparición de las urbanizaciones de El Olmillo, Montejaral y Fuentetajuña. Su término municipal limita con los de Pioz, Aranzueque, Hontoba, Escariche, Guadalajara y Pezuela de las Torres. Salpicando el término municipal y la propia villa, se encuentran numerosos manantiales y fuentes. Otro elemento paisajístico de Loranca son los yesares: capas de estratos yesíferos blanquecinos que se dejan ver en las lomas que bajan a la vega. La localidad presenta una fuerte diferencia altitudinal, lo cual, marca elevadas pendientes que bajan del páramo al valle, desde los 891 m en las cercanías del Convento hasta los 690 m en las orillas del río. De su toponimia, destaca el cerro del "El Olmillo", que con sus 891 m, constituyendo la mayor altitud del término. Otras ubicaciones reseñables son la "Era Peña", la peña de "los Milánganos", "Cabeza Gorda", cerro "El Pendolero", cerro del "Castillejo". ClimaEl clima de Loranca es mediterráneo continentalizado, de características muy locales debido a las diferencias de altitud que se producen entre el valle y el páramo así como por las fuertes inversiones térmicas que protagonizan los periodos anticiclónicos del invierno. Así, en el fondo del valle se llegan a alcanzar temperaturas muy inferiores a la de zonas altas. Los veranos son cortos y calurosos, si bien, las noches son frescas gracias a la cercanía del río y arroyos debido a la inversión térmica del fondo del valle. En cuanto a las precipitaciones, rondan los 450 mm al año. Destacan los periodos tormentosos torrenciales que puntualmente asolan la comarca especialmente de agosto a octubre, superando dichos acumulados. Las nevadas son ocasionales. Las nieblas son habituales en las zonas bajas durante el invierno. NaturalezaGeologíaLoranca asienta su término municipal en la loma norte del valle del Tajuña. El altiplano o meseta alcarreña es una mole caliza coronada por arcillas miocénicas, con un relieve claramente estratificado conforme se baja desde el páramo hacia la vega. En esta sucesión litológica donde las calizas hacen cumbre, poco a poco dejan paso conforme descendemos en altitud a margas, yesos, conglomerados para dar paso a los limos y arcillas propios de las cercanías del río Tajuña, constituyendo éstos los terrenos más fértiles junto con las inmediaciones de los arroyos. Son terrenos muy susceptibles a la erosión donde desaparece la cubierta arbórea, dejando entrever fuertes barrancos, simas y cursos estacionales de agua que ganan importancia en episodios torrenciales. HidrologíaLoranca se asienta en un punto de surgencia o permeabilidad de aguas del acuífero de aguas del Alcarria donde numerosos manantiales dan lugar a fuentes y arroyos en el término municipal, que van a desembocar al río Tajuña. Así mismo, la mayoría de casas y propiedades cuentan con pozo o acceso al agua de los arroyos, propiciando el desarrollo de huertas. Hasta finales del siglo XX, los arroyos discurrían por el entramado urbano. Entre las fuentes y manantiales históricas destacan:
Entre los cursos de agua que van a parar al Tajuña destacan el arroyo del Canto o el arroyo del Robledal de las Cabañas. Al nordeste, en su límite municipal con Hontoba, desemboca en el río Tajuña el arroyo de Hontoba. FloraEn el entorno de Loranca crece un bosque mediterráneo relativamente alterado por la explotación agrícola milenaria. La composición florística es la característica de la comarca de La Alcarria, siendo la encina Quercus ilex subsp. ballota la especie más abundante, conviviendo en las laderas del valle y en las umbrías con el roble quejigo Quercus faginea subsp. faginea. La mayoría de las masas de ambas especies se encuentran en régimen de monte bajo, algunas bastante degradadas debido a su histórico aprovechamiento para leñas y carbón, si bien, encontramos algunos ejemplares de buen porte dispersos. Dichas masas forestales son continuas en los montes y cotos tradicionales, tales como el Monte Guadalajara o Alcarria, en el Monte Loranca (actual finca Madrevieja) o en el Robledal de las Cabañas (en este caso una masa de quejigar casi pura) mientras que en el resto del término municipal aparecen manchas y ejemplares dispersos entre los terrenos de cultivo, huertas y olivares abandonados. Como especies acompañantes encontramos especies calcícolas como el arce de Montpellier, zarzamoras, escaramujos, espino albar, aladiernos y en las zonas donde existe mayor degradación del suelo predominan cistáceas como la jara blanca, aulagas, tomillos, romeros, espliego y espartos. En las inmediaciones del río Tajuña y en las proximidades de los numerosos manantiales y arroyos que nacen en Loranca, encontramos especies de ribera y otras más exigentes en humedad como álamo negro, álamo blanco, olmo, tilos, carrizos, fresno del país... Debido a la acción antrópica milenaria, las zonas agrícolas y forestales se superponen empujadas por el abandono de la agricultura y el pastoreo. Las masas forestales se entremezclan con olivares centenarios, romerales apícolas, nogueras, cerezos, ciruelos, zumaques y muchas más especies propias del aprovechamiento tradicional. FaunaEn el término habitan diversas especies típicas del entorno mediterráneo e ibérico con mamíferos como jabalíes, corzos, ciervos, zorros, turones, ginetas, tejones, liebres, conejos... Entre las aves, nidifican en Loranca y sus cercanías alguna pareja de águila imperial, también encontramos y es fácil observar águila real, milano real, búho real, autillos, cárabos, lechuzas y buitre leonado, que no reside en el término pero es usual verles alimentándose o sobrevolando la zona. Las principales especies acuáticas son el barbo, la carpa y el cangrejo de río. HistoriaSe sabe que la etimología del vocablo Loranca es prerromano, lo que da indicio de su antigüedad. Tras la reconquista de la zona a finales del siglo XI, la población perteneció por poco tiempo al común de villa y tierra de Guadalajara y, posteriormente, al alfoz de la villa de Almoguera. Tras ser objeto de trueque entre la Orden de Calatrava y el rey, finalmente Loranca perdió el realengo al ser entregada en mayo de 1379, como dote de boda por el rey Enrique II de Trastámara a su hija ilegítima María de Castilla, al contraer matrimonio con Diego Hurtado de Mendoza, posteriormente almirante de Castilla. Tras la muerte del almirante en 1404 heredó la villa su hija Aldonza de Mendoza, condesa de Arjona, y a la muerte de esta sin hijos, en junio de 1435 se le donó a Luis de la Cerda, conde de Medinaceli. En 1475 fue objeto de venta a Íñigo López de Mendoza y Figueroa, primer conde de Tendilla, quien ya ejercía el señorío sobre las vecinas poblaciones de Aranzueque, Armuña de Tajuña, Fuentelviejo y Tendilla. Perteneció a los condes de Tendilla y a sus sucesores, los marqueses de Mondéjar hasta el siglo XVIII. El segundo conde de Tendilla, Íñigo López de Mendoza y Quiñones, señor de Loranca, hizo noche en la villa el 5 de noviembre de 1509, con motivo de su último viaje a sus estados alcarreños desde la ciudad de Granada, donde residía en calidad de capitán general de aquel reino desde su conquista en 1492. Ya en fecha 2 de diciembre de 1579, los entonces alcaldes ordinarios Pedro Gómez Caballero y Mateo Sánchez declararon a los funcionarios del censo de Felipe II que la villa contaba con 260 casas y vecinos, aproximadamente 1000 habitantes. La Compañía de Jesús edificó en el punto más alto del valle, encima de la villa el monasterio de Jesús del Monte en el siglo XVI, sobre una ermita anterior dedicada a Santo Domingo. A principios del siglo XVII, alcanzó una próspera existencia de siglo y medio y, sus ruinas, siguen presidiendo el valle. Entre 1625 y 1656, ejerció de párroco en Loranca Francisco Martínez de Argüello, cuya sobrina Úrsula de Argüello casó con el maestro médico Antonio de Murcia y fueron cabeza de una estirpe de médicos, letrados y clérigos muy poderosa en la comarca a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Según el censo del marqués de Campoflorido (1712) Loranca contaba en aquellas fechas con apenas 62 vecinos. La disminución obedeció a la fuerte mortandad de provocada por la hambruna del año 1699 y los saqueos de los ingleses y austriacos en el verano de 1706 durante la Guerra de Sucesión. También hay constancia de fuerte mortandad en los libros de difuntos de la parroquial de San Pedro Apóstol para el otoño de 1748 y, posteriormente, en el año 1805.[1][2] Hacia mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizada una población de 1102 habitantes.[3] La localidad aparece descrita en el décimo volumen del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz de la siguiente manera:
En 1964 se celebraron en los llanos de Loranca las Jornadas Internacionales de Cetrería con la participación de Félix Rodríguez de la Fuente, que conllevó el salto a la fama del insigne naturalista español. Participaron cetreros europeos y presidió el acto el gobernador civil de Guadalajara en la época. El evento fue filmado por el NO-DO. DemografíaCuenta con una población de 1608 habitantes (INE 2024).
La población se reparte de forma desigual debido a lo disgregado de los núcleos de población del municipio, agrupándose los habitantes, en su mayoría, en las urbanizaciones de Fuentetajuña y, especialmente, en Montejaral. Con menor densidad lo hacen en las urbanizaciones de El Olmillo, Las Cadenas y en el casco histórico del pueblo. PatrimonioEn la parte alta de la villa se aprecia la disposición original de las calles junto a la construcción típica de la zona. Mamposte, cal, yeso y sillar en algunas casas junto con un entramado interior de madera. Se pueden encontrar dinteles renacentistas que residualmente quedan ocultos en el antiguo entramado urbano, dando testimonio de la importancia de la que gozó Loranca en siglos anteriores. Entre sus principales monumentos cuenta con:
Patrimonio desaparecido
Fiestas y tradiciones
En cuanto al folclore, la danza típica es la jota castellana bailada con el traje regional al estilo alcarreño. También destaca la antigua tradición de cantar los mayos así como numerosas canciones y dichos locales que hablan del pueblo. GastronomíaDomina la cocina alcarreña, protagonizada por gachas y migas del pastor así como la miel y el aceite, procedentes de la elaboración en el término y alrededores, y los asados de cordero o cabrito aderezados con romero y tomillo. En cuanto a los postres, encontramos los puches, el hornazo (no confundir con los bollos preñados de Salamanca y Ávila) o las rosquillas. La localidad cuenta con una casi centenaria almazara de afamados aceites incluidos en la denominación de origen Aceite de la Alcarria, una fábrica de harinas de primera calidad y elaboración de la Miel de la Alcarria por parte de particulares. Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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