Laureano Castán Lacoma
Laureano Castán Lacoma (Fonz, Huesca, 8 de noviembre de 1912-Albano Laziale, 28 de septiembre de 2000)[1] fue un obispo católico español. Obispo auxiliar de Tarragona (1954-1964) y obispo de Sigüenza-Guadalajara (1964-1980). BiografíaNació en la localidad oscense de Fonz en 1912. Tras realizar los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Lérida y en el Pontificio Colegio Español de San José (Roma), se licenciado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde obtuvo por su tesina La guerra y la paz en Molina el Premio extraordinario de licenciatura.[2] El 11 de abril de 1936 recibió la ordenación sacerdotal en la basílica de San Juan de Letrán (Roma), y celebró su primera misa en las Catacumbas de San Calixto. Concluyó sus estudios —que habían sido interrumpidos por la Guerra civil española—, realizando el doctorado en la Universidad Pontificia de Comillas, con el que recibió la máxima calificación.[3] Tras su ordenación, comenzó su labor pastoral en la Diócesis de Málaga, donde fue: coadjutor, profesor del seminario, y capellán de diversos Batallones del Regimiento Oviedo número 8, que cubría diversos sectores del frente desde el Pico Veleta al Puerto de Motril-Granada.[2] En 1938 fue nombrado ecónomo en Estadilla (Huesca). Posteriormente, se trasladó a la diócesis de Lérida, donde fue: profesor de Teología Fundamental, Vicerrector del Seminario, canónigo en la Catedral (1948), Rector del Seminario (1953). En esos años predicó numerosos ejercicios espirituales a eclesiásticos y seminaristas en diversas diócesis —Lérida, Málaga, Valencia, Orense, Murcia, Oviedo, Seo de Urgel, Tarragona y Palma de Mallorca—. En 1953 defendió su tesis doctoral Un proyecto español de Tribunal Internacional de Arbitraje Obligatorio en el siglo XVI.[2] Pío XII le nombró obispo auxiliar de Tarragona, y obispo titular de Dalisando e Isáuria (24 de febrero de 1954). Fue consagrado obispo en el Monasterio de Poblet (13 de junio de 1954)[4] por el cardenal Benjamín de Arriba y Castro y Aurelio del Pino Gómez, obispo de Lérida y Manuel Moll Salord, obispo de Tortosa. Intervino en la causa de canonización de san Juan de Ávila, estableció su fiesta como jubileo sacerdotal todos los 10 de mayo. En 1969 erigió en Guadalajara una parroquia en su nombre, y también le puso su nombre a la casa sacerdotal (1971). Fue promotor de las Marchas Diocesanas a Barbatona. Participó en las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II, en las dos primeras como obispo auxiliar de Tarragona.[5] Intervino en el sostenimiento y fortalecimiento del Seminario diocesano, y en la creación del Museo diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza y de la Escuela Universitaria de Magisterio.[6] El 20 de junio de 1979 presentó al Papa Juan Pablo II su renuncia al gobierno de la diócesis para dedicarse a la Obra de la Iglesia, que le fue aceptada al año siguiente.[2] Falleció el 28 de septiembre de 2000 en la Clínica Regina Apostolorum de Albano Laziale, El entierro tuvo lugar el día 30 del mismo mes en la iglesia parroquial de San Ginés, de Guadalajara.[3] Distinciones
Referencias
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