Un hombre abandonado por su mujer que, con sus dos hijas pequeñas, se fue a vivir con un famoso artista plástico intenta vengarse humillando a este frente a su mujer.
«El estilo semidocumental….no solo parece injustificado o un mero gesto en sí mismo, sino una concesión a los afanes y devaneos de Brisky, actor argentino que ostenta un ruinoso récord: el de producir mayor número de tics y morisquetas por segundo»[1]
«Agresti patea el tablero, como si no quisiera llevar para siempre la cruz de ser el realizador de obras ambiciosas y acaso geniales, por lo que vuelve sobre un género casi bastardo y menor…Pero no puede con su genio y el divertimento se le convierte en otra cosa.»
[1]
Guillermo Ravaschino en Cineismo escribió:
«En rigor, los diálogos no parecen haber sido escritos, sino improvisados sobre la marcha a partir de un par de orientaciones generales previas al rodaje de cada escena.[2]
↑Ravaschino, Guillermo. «La cruz». Consultado el 31 de diciembre de 2016.
Referencias
Manrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2003). Un diccionario de films argentinos II 1996-2002. Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 62-63. ISBN950-05-1525-3.