Su término municipal está formado por las localidades de Cabezal Viejo, La Encina, Valdespino y Robliza (despoblado), ocupa una superficie total de 30,77 km² y según el padrón municipal elaborado por el INE en 2020, cuenta con una población de 108 habitantes.
Desde el punto de vista subcomarcal, en el Campo de Robledo se observan los siguientes límites que corresponden con la demarcación histórico-tradicional y geográfica del mismo, dentro de la Comarca de Ciudad Rodrigo.
La Encina se encuentra situada en la Meseta Norte, concretamente en el sector occidental de la penillanura salmantina, donde predomina la litologia sílicea, como pizarras o cuarcitas. La permeabilidad de esta roca provoca la proliferación de acuíferos subterráneos, charcas y arroyos utilizados eminentemente en actividades agrícolas y ganaderas. Por la cercanía del río Águeda, a entorno 3 km de distancia, hace que el accidente geográfico más destacado del entorno del municipio sean "Los Riscos", estos encajamientos fluviales reciben la denominación del "Risco de Martiago" y del "Risco de la Herguijuela de Ciudad Rodrigo"
En cuanto al paisaje que se presenta en el municipio, observamos el característico Campo Charro, y tal como su topónimo indica, la especie dominante en todo el paisaje circundante es la encina, (robles y pinares en menor medida). Respecto a la ribera del río, encontramos bosques-galería, de gran calidad ambiental, habitados por un nutrido número de especies de gran interés faunístico y botánico.
Tanto en el municipio como en la comarca, se presenta una gran diversidad de fauna y flora silvestre, en donde predominan especies como el jabalí, el corzo, el zorro o la liebre y aves como buitres o águilas reales entre otras. Así mismo, al igual que en el resto de la comarca salmantina, se desarrolla una gran actividad micológica y cinegética, por la gran calidad y variedad de ejemplares animales y vegetales que ofrece la región.[5] También el río Águeda, ofrece la posibilidad de disfrutar de las actividades lúdicas y zonas de baño que ofrece la morfología del terreno, así como el desarrollo de la pesca, en donde se presentan especies como el barbo común, la carpa común, la trucha, o el lucio y otras especies como la nutria o el cangrejo rojo americano, especie invasora que esta desplazando a la autóctona.[6][7]
Historia
Algunos hallazgos arqueológicos rememoran el pasado hábitat de estas tierras, prolíficas en pobladores desde tiempos prehistóricos. El paraje del Sierro Grande esconde vestigios del periodo Calcolítico que anteceden a otros más numerosos de época romana, como los del El Olmo y El Encinar. El mismo pueblo esconde una inscripción romana en la que se puede apreciar el término TONCATIVS. Las primeras alusiones a esta localidad aparecen a partir del siglo XII, como perteneciente al cabildo catedralicio de Ciudad Rodrigo. En el siglo XVI se cita a La Encina como aldea y término de Ciudad Rodrigo, perteneciente al Campo de Robledo (uno de los cinco sexmos en los que se dividía la tierra de Ciudad Rodrigo), en el archivo municipal se conserva un documento fechado en 1510. En el siglo XVII alcanza su propia jurisdicción como villa de realengo.[8]
El municipio se divide oficialmente en dos núcleos de población (La Encina y Robliza), si bien solo se encontraba poblado en 2020 el de La Encina.[11]
El escudo heráldico que representa al municipio fue aprobado el 20 de diciembre de 1993 con el siguiente blasón:
«Escudo: partido. Cuartel derecho (izquierdo según se mira), una encina enraizada sobre campo de oro, para representar los campos de cereal. Cuartel izquierdo (derecho según se mira), las armas de Ciudad Rodrigo, esto es, sobre campo de azur tres columnas en oro; la del medio va caída. Va timbrado en la Corona Real.»
El municipio cuenta con numerosos parques repartidos por la localidad; destacan el parque de Extremadura, el parque Nuevo y el parque Félix Rodríguez de la Fuente. Este fue inaugurado en 2015 por Odile Rodríguez de la Fuente, tercera hija de Félix Rodríguez de la Fuente.[15] Durante la ceremonia Odile, junto con José María Gil, alcalde del pueblo, descubrieron una placa conmemorativa que reza lo siguiente:
"A la memoria de Félix Rodríguez de la Fuente en reconocimiento a su labor a favor de la naturaleza ibérica de la que la Sierra de Gata y los Riscos del Águeda forman parte, y en honor también a su hija Odile, por su incansable labor para preservar la memoria de su padre y seguir ayudando al medio rural"
Ayuntamiento de La Encina, 18 de septiembre de 2015.
Equipamientos
Destaca el Centro Lúdico y Cultural y el frontón municipal.
El 17 de enero, al igual que en el resto de la comarca tiene lugar las fiestas en honor a San Antón, patrón de los animales, encendiendo la característica iluminaria.
El 5 de febrero se celebra la fiesta de las Águedas. Está especialmente dedicada a las mujeres teniendo lugar el día 5 de febrero en conmemoración a Santa Águeda de Catania.
El 19 de mayo se celebran las fiestas de la localidad en honor al patrón del municipio, San Pedro Celestino.
↑de la Torre Aparicio, Tomás (2006). Gentilicios españoles. Vision Neet. p. 189.
↑«Documentación y estudio de El Rebollar». Archivado desde el original el 3 de abril de 2007. Consultado el 22 de marzo de 2011. «El alcance referencial de El Rebollar ceñido esencialmente a los pueblos comprendidos entre Vadocarros y el puerto de Perales está, pues, bastante bien fijado en el ámbito salmantino antes de la llamada Guerra Civil, aunque Navasfrías o algún otro pueblo se unan ocasionalmente a la lista, como sucede en el tratado sobre El traje regional salmantino de García Boiza (1940), donde el capítulo dedicado al traje del Rebollar incluye a Robleda, Peñaparda, Navasfrías, El Payo y Sahugo (y no se menciona a Villasrubias). En la divulgación de esta designación, de puertas a fuera, han contribuido posteriormente los estudios del habla rebollana. Zamora (1967: 114) se refiere a “El Rebollar, comarca del suroeste de Salamanca”, en la que incluye El Payo, Peñaparda, Navasfrías, de cuya modalidad dialectal se había ocupado Oskar Fink en su Studien über die Mundarten der Sierra de Gata (1929). Esta designación Sierra de Gata, no sin cierta vaguedad, la había utilizado anteriormente Menéndez Pidal, en sus estudios sobre el dialecto leonés (1906), cuando la designación actual estaría poco divulgada fuera de la zona salmantina. Posteriormente, ha aparecido El habla de El Rebollar de Iglesias (tesis de 1976, publicada en 1982 y 1990), estudio monográfico basado en los testimonios orales recogidos en El Payo, Navasfrías, Peñaparda, Robleda y Villasrubias. Y finalmente, el estudio de Llorente sobre Las comarcas históricas de Salamanca (1976) ha oficializado una designación, hoy uniformemente aceptada por los interesados de la zona, aunque otros hayan introducido algunos malentendidos. Llorente incluía en esta comarca a Casillas de Flores, según confesión oral, “porque en algún sitio había que poner este pueblo”. También, quizá inconscientemente este autor haya practicado la derivación sinonímica, al asegurar que el territorio se ha llamado Campo del Rebollar y Campo del Robledal, afirmación sin mayor fundamento que le corrige J. Alonso (2002: 3, nota 8). El mismo Casiano Sánchez, aun conociendo bien el estricto alcance de El Rebollar, describe lo que llama Campo de Robleda, donde, sin criterio definido pero seguramente obedeciendo a la antigua división del Campo de Robledo y Malvarín, incluye a Casillas de Flores, La Encina, Navasfrías, Pastores, Peñaparda, El Payo de Valencia, Robleda y Villasrubias (Sánchez 1904: 150-174). La denominación del territorio registrada en los documentos, cuando formaba parte del alfoz de Ciudad Rodrigo, dividido en sexmos en el antiguo régimen hasta que se estableció la división por provincias en 1833, fue Campo de Robledo, de lo cual se deduce que la forma escueta sería El Robledo, desde la Edad Media, como efectivamente se comprueba en el acta municipal del 9 de febrero 1448 citada por Hernández Vegas (1982: I 234, nota 2): “Andrés Domingo, vecino de Robleda, sexmero del Robledo y Campo de Malvarín”. La cabecera de este sexmo estaba en Robleda, pues, y además incluía: El Payo, Peñaparda, Villasrubias, Casillas, La Encina, Pastores y El Collado de Malvarín. La Administración dividía sin duda las tierras del alfoz con criterios de proximidad geográfica y de régimen jurídico, aunque debía de existir conciencia de una diversidad, como lo prueba la doble designación de El Robledo y de Malvarín. Pero dicha administración no entraría en demasiados matices y averiguaciones, y de ello se sigue que bajo la misma denominación colectiva entran diversas localidades al correr de los tiempos, aunque siempre se incluyen a los cuatro pueblos citados al principio. Por ejemplo, según Sierro (1990: 73), en 1619 la Inquisición incluía en el distrito de Llerena el Campo de Robledo, el cual agrupaba 19 localidades, unas situadas al sur de la Sierra, desde Las Eljas a Robledillo, y otras al norte de la misma Sierra, desde Navasfrías (que entonces todavía estaría bajo el señorío eclesiástico de la encomienda de Las Eljas, Orden de Alcántara) hasta Agallas. Y en esta división inquisitorial se separaba el Campo de Malvarín, integrado por El Bodón, La Encina, Pastrores, El Olmo (despoblado hoy) y Fuenteguinaldo».