Una mujer vive sola en las afueras de un pueblo de Rusia. Un día recibe un paquete que había enviado a su marido encarcelado, con la indicación "devolver al remitente". Sorprendida y confundida, la mujer no tiene más remedio que viajar a la prisión en una región remota del país buscando una explicación. Así comienza la historia de una batalla contra esta fortaleza impenetrable, la prisión donde las fuerzas del mal social están constantemente trabajando. Afrontando la violencia y la humillación, frente a toda oposición, nuestra protagonista se embarca en una búsqueda ciega de justicia.
La película fue producida por Marianne Slot y Carine Leblanc de Slot Machine (Francia). Los coproductores fueron Valentina Mikhaleva, Galina Sementseva, Lev Karakhan, Gunnar Dedio, Uljana Kim, Peter Warnier, Marc van Warmerdam y Serge Lanrenyuk. Krotkaya ha sido producida en coproducción con Arte France, la compañía GP cinema (Rusia), LOOKSfilm (Alemania), Studio Uljana Kim (Lituania), Wild at Art & Graniet Film (Países Bajos), Solar Media Entertainment (Ucrania), en asociación con Wild Bunch, Haut et Court, Potemkine Films, Atoms & Void, Film Angels Studio y con el apoyo de Eurimages, Aide aux Cinémas du Monde, Aide à la Coproduction Franco-Allemande, Centre National du Cinéma et de l'image Animée, Institut Français, Mitteldeutsche Medienförderung, Filmförderungsanstalt, Netherlands Film Fund, Netherlands Film Production Incentive, National Film Centre of Latvia, Riga Film Fund, Lithuanian Film Centre, Lithuanian National Radio and Television y el programa Creative Europe - Media of the European Union.[8]
El presupuesto para la película fue de dos millones de euros. La taquilla rusa reportó que durante su primer fin de semana fue recolectado el 35.7% de este valor.[8]
Respuesta de la crítica
La película obtuvo una cálida recepción crítica.[9][10][11] En el sitio web especializado en reseñas Rotten Tomatoes, el filme tiene un 77% de aprobación, según 30 reseñas, con un rating promedio de 7.1 sobre 10.[12] En Metacritic se le asignó un puntaje de 78 sobre 100, indicando "reseñas generalmente favorables".[13]
"Krótkaya es una película brutalmente realista - al menos al principio - que lleva a su heroína en un peregrinaje por el vasto bosque del sufrimiento nacional. Sin embargo, lo hace con un inquietante y acelerado patrón de coincidencias y ecos espeluznantes, que finalmente mutan en una especie de expresionismo satírico - un florecimiento que algunos podrían considerar un poco de evasión narrativa o incluso un menoscabo de esa base de autenticidad sobre la que habíamos entendido la película. Pero ciertamente proporciona un tipo de horror convulsivo, si no catártico".
"Krótkaya es el grito de guerra de Loznitsa, exhausto y agotador. Su retrato de Rusia en el centenario de la Revolución muestra una sociedad civil que se derrumbó hace mucho tiempo y cuyos ciudadanos están demasiado destrozados para preocuparse por ello".
"Con todo tipo de sombras, tanto buenas como malas, Krótkaya del director nacido en Bielorrusia Sergei Loznitsa se adentra en el alma rusa y encuentra allí una oscuridad insondable. Esta desgarradora historia, que sólo se relaciona vagamente con la historia homónima de Dostoievski y la adaptación cinematográfica de 1969 del material original de Robert Bresson, gira en torno a una anónima mujer estoica (Vasilina Mákovtseva) que está atrapada en una pesadilla de cárceles siberianas. Aunque aquí hay ecos penetrantes de la absurda ficción de Gógol, Kafka y otros, así como de los míticos viajes al inframundo, el enfoque de Loznitsa es únicamente cinematográfico y se relaciona su trabajo anterior, tanto con sus dos anteriores películas de ficción, My Joy e In the Fog, como con sus documentales poderosos y minimalistas Maidan y Austerlitz".
"Cada individuo tiene su propio infierno personal. Por esto mismo, puede haber un infierno personal para naciones enteras. Hay numerosos libros (Gógol, Dostoyevski, Saltykov-Schedrín) y películas (Leviatán y Loveless entre las más recientes) sobre la naturaleza de los demonios propios de Rusia. La última película de Loznitsa, Krótkaya, es otro ejemplo del mismo tema. Krótkaya es una historia que recuerda nada menos que al Castillo de Fanz Kafka y a los fatigosos sufrimientos de K, su protagonista. Al igual que en el universo de Kafka, todo emana hostilidad. Pero la fuente de dicha hostilidad está oculta al espectador; es irracional y escurridiza. No parece haber un epicentro de este mal, ningún portador individual o incluso una fuente obvia. Por lo tanto, no puede ser eliminada".