Su longitud ronda los 16 cm y su aspecto externo y comportamiento guardan mayores similitudes con los de un paseriforme que con los de un pájaro carpintero típico.[2] La coloración de su plumaje es muy mimética: pardo grisáceo en las partes superiores y más amarillo con listas pardas próximas en las partes inferiores.[2] Presenta, a su vez, unas listas oscuras en los ojos y barras de la misma coloración atravesando su cola. Este plumaje críptico y su pico de pequeño tamaño le diferencian notablemente de otras especies del orden. Sin embargo, sus patas presentan dos dedos dirigidos hacia adelante y los dos restantes, hacia atrás, característica propia de los pájaros carpinteros.[2] Las plumas del píleo (la parte superior de la cabeza) son eréctiles,[2] y si se siente amenazado, las eriza, tuerce el cuello hacia atrás y lo extiende luego rápidamente.[3]
Ecología
Alimentación
Se alimenta en el suelo y trepa por los troncos como los demás pájaros carpinteros,[2] comiendo hormigas y otros insectos.[3]
Reproducción
Anida en cavidades de los árboles y oquedades de la mampostería de edificios.[2] Realiza una única puesta anual —ocasionalmente, dos— constituida normalmente de entre siete y diez huevos, aunque a veces pueden ser cinco o catorce.[2] Los huevos son de color blanco. Ambos progenitores se encargan de la incubación, la cual tiene lugar entre doce y catorce días.[2] Las crías, nidícolas, son alimentadas por sus dos padres hasta que abandonan el nido entre diecinueve y veintiún días después de su nacimiento.[2] Esta especie se reproduce en regiones templadas de Europa y Asia, y migra hacia África tropical y Asia meridional para pasar el invierno.