Juramento de lealtad al fascismoEl juramento de lealtad al fascismo, que tuvo lugar en 1931, fue un acto formal que pedía a los profesores universitarios italianos firmar una declaración de adhesión al fascismo. Aquellos que se negaron a firmar el juramento perdieron sus puestos de trabajo en las universidades públicas italianas. Un juramento parecido se impuso en 1928 a los profesores de las escuelas públicas italianas.[1] HistoriaLa idea de la inserción de la cláusula de lealtad al fascismo en el Regio Decreto n. 1227 (28 de agosto de 1931) se atribuye al filósofo Balbino Giuliano, Ministro de Educación en el gobierno Mussolini.[2]
Texto del Regio DecretoGiuro di essere fedele al Re, ai suoi Reali successori e al Regime Fascista, di osservare lealmente lo Statuto e le altre leggi dello Stato, di esercitare l'ufficio di insegnante e adempire tutti i doveri accademici col proposito di formare cittadini operosi, probi e devoti alla Patria e al Regime Fascista. Giuro che non appartengo né apparterrò ad associazioni o partiti, la cui attività non si concilii coi doveri del mio ufficio Consequencias del Decreto RegioDe los 1.251 profesores universitarios activos en Italia en 1931, sólo unos quince profesores se negaron a firmar el juramento.[3] Algunos profesores también evitaron el juramento con la jubilación anticipada (Vittorio Emanuele Orlando) o el exilio (Giuseppe Antonio Borgese).[2] El economista Piero Sraffa, exiliado en Cambridge, renunció a su puesto de profesor en la Universidad de Cagliari el 1 de noviembre de 1931.[2] Los profesores que no firmaron el juramento fueron:
Muchos académicos de izquierda se adhirieron al juramento: Togliatti[1] aconsejó a los profesores que mantuviesen su posición en la Universidad de manera que fuesen útiles para la causa antifascista.[6] Otros profesores, como Guido Calogero y Luigi Einaudi, siguieron el consejo de Benedetto Croce y firmaron el juramento, para poder seguir enseñando "de acuerdo con la idea de libertad".[7][8] De manera similar, muchos profesores católicos juraron lealtad al fascismo ante la sugerencia del Papa Pío XI. El rector Agostino Gemelli había logrado que los profesores de la Universidad Católica de Milán, una institución académica privada, no juraran lealtad al fascismo, ya que no eran empleados estatales. Sin embargo, todos los profesores de la Universidad Católica juraron voluntariamente, a excepción de cuatro profesores: Francesco Rovelli, Giovanni Soranzo, Mario Rotondi (quien había solicitado el traslado de Pavía a la Universidad Católica precisamente para evitar el juramento), y el propio Agostino Gemelli. L'Osservatore Romano (4 de diciembre de 1931) observó en un artículo que el juramento era totalmente legal, ya que la expresión "régimen fascista" era equivalente a "gobierno del estado".[9] La carta de EinsteinFrancesco Ruffini escribió una carta a Albert Einstein, pidiéndole solidaridad y apoyo oficial contra la solicitud de juramento al fascismo. Einstein inmediatamente escribió una carta a Alfredo Rocco, pidiéndole que aconsejara a Mussolini que evitara a la comunidad académica italiana una humillación parecida, apelando a los valores de libertad de pensamiento y enseñanza.[10] Giuseppe Righetti respondió a la carta en nombre de Rocco, argumentando que, en realidad, el juramento no preveía la adhesión a un partido político, y lo demostraba con el hecho que sólo siete u ocho profesores universitarios de unos mil doscientos no lo habían hecho.[10] Notas
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