José Luis Gracia Mosteo nació en Calatorao (Zaragoza) en 1957.[1] Se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid y durante parte de los 80 fue uno de los responsables de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid. En 1983 empezó a colaborar como crítico literario del suplemento de Artes y Letras del diario Heraldo de Aragón y las revistas República de las Letras, Barataria y Turia entre otros medios.[2]
Su carrera literaria empezó con la novela La saga de los Pirineos (1999), primera parte de lo que el escritor Alfonso Zapater bautizó como "Trilogía pirenaica". En ella Mosteo cuenta la historia de un viejo mayorazgo a lo largo de los siglos y muestra su devoción por los Pirineos y el valle del Jalón. La vida en el campo y la fuerza al evocar imágenes del mundo rural (especialmente de Aragón) son constantes que siempre se suelen ver en toda su obra. En 2000 publicó La dama cautiva de Jaca, quedando la última parte de su trilogía, El barón de Oliván, aún en escritura.
El asesino de Zaragoza (2001) es el inicio de una serie de novelas negras y de humor donde presenta al inspector Barraqueta, un policía apocado, depresivo y sin vocación. Le sigue en 2005 con el mismo protagonista El rock de la dulce Jane, que gana el Premio de Novela Villanueva del Pardillo.[3]
En estas obras muestra un interés especial por los grupos marginales que sobreviven en los barrios bajos de la ciudad, en la mendicidad o fuera de la ley. A ellos les dedica buena parte de su línea negra conjugando el realismo sucio y la parodia con la que desnuda la hipocresía de la sociedad. También realiza un exhaustivo estudio de las hablas suburbiales (argot, caló, spanglish) lo cual a veces le lleva a incorporar pequeños diccionarios de germanías al final de sus libros.
Mosteo hizo un primer acercamiento a la poesía en 2003 con La balada del valle verde, elegía de esa vida rural que aún se rige por las estaciones y un profundo homenaje al valle del Jalón; ganó el Premio de Poesía Elvira Castañón, se publicó en el 2004 y en 2005 fue nominado al Premio Nacional de la Crítica de Poesía.
En 2004 publicó El pintor de fantasmas, un retrato desenfadado del mundillo literario de Madrid en los años de la Movida a través de doce relatos con El Greco, Rimbaud, Coleridge o Gracián de protagonistas. En 2006 escribió El monstruo del espejo, una colección de breves ensayos en clave de humor sobre política y literatura. Ese mismo año ganó el Premio de Novela Fundación Dosmilnueve con El infierno (2007).[4]
Evolución
Blues de los bajos fondos (2009) retoma su línea negra, ganando además el I Premio Internacional de Poesía Verón Gormaz.[5] Con la idea de hacer un peculiar viaje inspirado en Joseph Conrad, el autor retrata en estos poemas la vida de doce mujeres y doce chulos a lo largo de los burdeles de la Nacional II.[6][7]
En 2011 publicó el ensayoTreinta motivos para reencarnarse en mosquito, una antología personal, erudita y humorística de la literatura friki, ridícula y escondida.[8] En 2017 el poemario Romancero negro, colección de quince romances y otros tantos raps sobre casos reales del mundo del crimen, nominado al Premio Nacional de la Crítica de Poesía en 2018. Ese mismo año 2018, da a las prensas La pierna ortopédica de Rimbaud, treinta y tres poemas que son otros tantos juicios líricos, pero irónicos, de ese número de escritores y artistas, de Lope de Vega a David Bowie, pasando por Dante, S. T. Coleridge, Robert Louis Stevenson, Fernando Pessoa, Saint-John Perse, T. S. Eliot, Luis Buñuel, John Ford, Jaime Gil de Biedma o Jorge Luis Borges, a los que canta gozando o penando en su particular cielo o infierno, ganando el Premio Melaza de Poesía Villa de Salobreña[9] y siendo elegido en la revista El Cultural del diario El Mundo el quinto mejor libro de poesía del 2018.[10] En el 2021, publica el ensayo ¿Sueñan los poetas con versos eléctricos?, en el que estudia en clave irónica la evolución de la poesía al pasar del siglo XX al XXI. En el 2024, el poemario Campos de Aragón cierra su trayectoria lírica, con una colección de poemas que cantan las labores agrícolas y la vida en los pueblos.
Estilo y colaboraciones
Como ha señalado la crítica, existe una dualidad evidente en su obra: sus libros ambientados en el campo reflejan un paraíso abandonado, con personajes víctimas de la historia (industrialización, guerras, globalización) y condenados a la emigración y la supervivencia; mientras que en los libros más urbanos, sus personajes malviven en el mundo frío y competitivo de una ciudad que no comprenden y donde el enemigo ya no es la naturaleza sino el hombre. Asimismo, otra constante es el perfil de los mismos, siempre gente corriente e incluso antihéroes (analfabetos, indefensos, torpes) que deben sobreponerse a unos acontecimientos que les desbordan, lo cual le permite hacer un estudio (bien es cierto que irónico) de la naturaleza humana.
También ha sido incluido en las antologías de relatos Crímenes contados, Historias para catar, Vida de perros, Ducha escocesa, El Quijote en el Café Gijón, Cuentos desde la diversidad, Cuentos junto a la laguna, Cuentos de Navidad, Crímenes callejeros y Madrid en Feria, además de en las de poesía Madrid a Miguel Hernández, Generación Subway, Parnaso 2.0 y Amantes. Asimismo ha publicado las plaquettes de relatos El taxidermista de almas (Premio García Lorca, Madrid) y El misterio de las dos Teresas (La Torre degli Arabeschi, Italia.)
La Saga de los Pirineos (1999; reedición, 2009): “Una novela excelente” (Antón Castro, Heraldo de Aragón), “Para leer dos veces y tres incluso: fresca, jugosa, poética y dramática” (Javier Aguirre, La 2 TV)
La Dama Cautiva de Jaca (2000, reedición, 2006): “Una excelente novela corta muy bien escrita” (Javier Goñi, Babelia, El País), “Que despertó por sí sola la atención de la crítica por su calidad” (Jesús Bregante, Diccionario Espasa de Literatura)
El Asesino de Zaragoza (2001):”Una muy buena novela policíaca” (Ricardo Bosque, galeon.com),“Genial, genial”(Carmen Pino, Radio Zaragoza)
La Balada del Valle Verde (2004; reedición, 2008) “Un espléndido conjunto de poemas con una sorprendente calidad literaria” (Carlos Bravo, Diario del Alto Aragón), “Pletórico de aliento natural, desnudo y emocionante” (Juan Bolea, El Periódico)
El Pintor de Fantasmas (2004) “Un libro de relatos tan bien escrito que lo recomiendo” (Antonio Ruiz Vega, Telemadrid), “Lo mejor, su frescura, su fluidez narrativa y su proverbial humor” (Julio Asencio, Diario de Jerez)
El rock de la dulce Jane (2005; reedición, 2006): “Una novela deliciosa que recomiendo” (Luis Alberto de Cuenca, Telemadrid); “Muy divertida, atípica, sorprendente, ágil, canallesca, verdadera y cálida” (Diego Marín, Diario de la Rioja)
El monstruo del espejo (2006): “Hermosas páginas” (Miguel Ángel Yusta, Heraldo de Aragón),“Donde el autor se moja en este ensayo”(Pilar Longares, Crónica)
El infierno (2007):“Una original y fantástica mirada al averno“(Fernando Martínez Láinez, Diario ABC), “En doce geniales relatos en clave de humor” (José Ángel Monteagudo, Barataria)
Blues de los Bajos Fondos (2009; reedición, 2012): “Un abismo de tinta este libro: magistral” (Antonio Losantos, Diario de Teruel), “Un libro maravilloso” (Antonio Astorga, Diario ABC)
Treinta motivos para reencarnarse en mosquito (2012): “Un libro tan inteligente que es un placer leerlo” (J. Suárez & S. Bustamante, Radio 3); “Una mirada a la literatura más esquinada que nos deleita” (Joaquín Carbonell, El Periódico)
Romancero negro (2017):“Un libro de poesía irreverente, sincera, divertida, clásica en su forma, pero radical en su fondo, un dardo lanzado contra la hipocresía social y la ceguera de la cultura oficial” (Juan Villalba Sebastián, Revista Turia), “Un poemario impertinente y violento, canalla e irónico, que no dejará indiferente a nadie” (Joan Gonper, Diario ABC)
La pierna ortopédica de Rimbaud (2018):“Una poesía que encuentra el tono preciso para contar sin apabullar, escapando de solemnidades vacuas, sin creerse en posesión de una sensibilidad única o una voz particular, aunque las tiene” (Ángeles Robles, Diario de Sevilla); “Un juego literario, una ironía inherente al pastiche, que nos dice que cualquier texto es susceptible de convertirse en un palimpsesto” (Juan Tello, Heraldo de Aragón); “Quinto mejor poemario del 2018” (Revista El Cultural, Diario El Mundo)
¿Sueñan los poetas con versos eléctricos? (2021): “Una obra imprescindible, llena de sinceridad e ironía sobre la poesía hoy” (Fernando Vilches, diario La Razón); “Un texto vehemente y con tanta retranca que parece que dispara al pasar cada página” (Esther Peñas, Revista Solidaridad Digital).