Instalada la familia en Nápoles desde el estallido de la guerra carlista, su padre se acercó progresivamente a la causa de don Carlos: primero la financió en secreto y en 1836 la abrazó abiertamente, pues se unió al cuartel general del pretendiente en los prolegómenos de la Expedición Real. En consecuencia, el gobierno cristino decretó el secuestro de todos sus bienes en España, lo que colocó a los Villafranca en una delicada posición económica, salvada sólo por sus numerosas posesiones en el reino de las Dos Sicilias, libres del embargo.
El marqués de Villafranca desempeñó importantes misiones diplomáticas para el pretendiente en las cortes de San Petersburgo y Viena. A esta última le siguieron la marquesa y sus hijos, por lo que el duque de Fernandina se educó en la Academia militar teresiana y tras graduarse formó parte del regimiento de dragones del príncipe de Windisch-Graetz, de 1844 a 1845.[4][5]
Nápoles, no obstante, continuó siendo la base familiar y allí vivían sus tíos gemelos el duque de Bivona y el conde de Scláfani -marido además de su hermana Teresa-, y sus otras hermanas adultas la princesa Colonna y la condesa de Collesano, esposas de dos destacados nobles napolitanos. En esa ciudad vemos al duque de Fernandina en 1847, ya casado con su prima Rosalía Caro, hija del también carlista marqués de la Romana y de su tía Tomasa, hermana de su padre. Así lo reseña en su correspondencia Juan Valera, entonces agregado en la embajada española y amigo del duque.[6]
La guerra había terminado en 1840, y conforme al convenio de Vergara los partidarios carlistas que reconociesen a Isabel II podían mantener sus cargos y empleos, así como recuperar lo requisado durante la contienda. El marqués no quiso acogerse a la amnistía y continuó en el exilio sirviendo de consejero a don Carlos y después a su hijo el conde de Montemolín tras la abdicación de 1845. Fernandina no compartía la decisión de su padre, presionó para hacerle cambiar de opinión y medió con el gobierno para lograr su indulto y el levantamiento del secuestro de sus bienes.[7] Su interlocutor fue precisamente el duque de Rivas, embajador en Nápoles y jefe de Valera, que en octubre de 1847 escribe al general Narváez, presidente del Consejo de Ministros:
Mi estimadísimo amigo, pariente y Jefe: me tomo la libertad de recomendar a Ud. muy particularmente al Excmo. Señor Duque de Fernandina, Conde de Niebla, primogénito de la casa de Villafranca. Llegado a la mayor edad, por haber por haber contraido matrimonio con la hija del Marqués de la Romana, ha reconocido a nuestra Reina, y prestado el juramento de fidelidad en mis manos, y va a esa como buen español, a reclamar los bienes que le pertenecen.[8]
Así, el duque de Fernandina regresa a España y obtiene la restitución del patrimonio familiar, en el que había que desembrollar numerosas cuestiones surgidas de la abolición del régimen señorial, así como su reparto entre todos los herederos del anterior marqués de Villafranca, por de la desvinculación de los mayorazgos. Su padre, en cambio, permanece al lado de Montemolín, basculando entre Londres, Bruselas y Nápoles.
El duque de Fernandina en la corte y sociedad española
Enfrascado en sus asuntos patrimoniales, Fernandina se establece en Madrid, en su casa de la calle don Pedro, y emprende la rehabilitación del palacio sanluqueño.[9] Por fin, en 1851, el marqués de Villafranca sigue sus pasos: tras el fracaso de la segunda insurrección carlista, abandona la causa, presta obediencia a Isabel II y vuelve a España.[10][11] Su hijo comienza entonces a recibir las distinciones propias de su rango como primogénito de una casa de la primera Grandeza: el hábito de la orden de Calatrava, ese mismo año,[12] y la llave de gentilhombre de cámara en 1856.[13]
Los duques de Fernandina se integran por completo en la vida mundana madrileña. En la prensa de la época podemos encontrarlos en la boda de la infanta Amalia con el príncipe Adalberto de Baviera,[14] en los bailes de palacio -donde en el duque valsea con la reina-[15] y en las recepciones y veladas teatrales de la duquesa de Medinaceli o la condesa de Montijo, en su célebre quinta de Carabanchel.[16][17][18][19] Pepe Fernandina, distinguido por su apariencia física y apostura, era además un reputado jinete, y a la duquesa Rosalía se la consideró la «primera amazona del reino».[20][1]
Una de los acontecimientos de mayor brillo social tuvo lugar durante la visita a España de su pariente la emperatriz Eugenia en 1863, la única que hizo como consorte de Napoleón III. A su paso por Sevilla, Fernandina organizó una fastuosa montería en el coto de Doñana, la vasta finca familiar a orillas del Guadalquivir. El duque lanceó un jabalí con gran temeridad y gallardía, según relataron minuciosamente los periódicos franceses y españoles.[21][22][23] En vista del éxito, al año siguiente ofreció a la emperatriz una «cacería a la española» en Versalles, a su costa, con caballos, perros y garrochistas andaluces que hizo fletar en tren para la ocasión.[24][25]
En menos de una década, la posición de los Villafranca está completamente restablecida. Aunque el marqués mantiene un perfil bajo y reside principalmente en Andalucía, se le conceden prerrogativas acordes a su estatus: en 1860 es nombrado senador por derecho propio, como Grande, según lo previsto en la Constitución vigente,[26] y en 1862 recibe la gran cruz de la orden de Carlos III.[27] En 1865, Fernandina ingresa también en el Senado, por idéntica vía que su padre, tras cederle éste su título de marqués de los Vélez, con grandeza de España.[28][29] Del mismo modo, los hermanos pequeños Alonso y Pedro fueron investidos con los marquesados de Martorell y de Valdueza,[30][31] y emparentaron con destacadas familias isabelinas por sus respectivos matrimonios con una nieta del marqués de Miraflores y una hija del general Lara.[32][33]
Duque de Medina Sidonia
En enero de 1867 murió el marqués de Villafranca.[34] Al sucederle, su hijo decidió anteponer los títulos de la casa de Medina Sidonia -duque el titular y conde de Niebla el primogénito- a los de los Villafranca -marqués y duque de Fernandina el heredero-, contrariamente a lo que habían hecho sus predecesores desde la confluencia de ambas casas a finales del siglo XVIII. Así, el nuevo duque de Medina Sidonia quiso poner en valor la mayor antigüedad y significación histórica de esta familia, y posiblemente también evitar las reminiscencias carlistas del título de marqués de Villafranca.[35][36]
Su vida pública se vio interrumpida por la revolución de 1868, que derrocó a Isabel II, y durante el breve reinado de Amadeo de Saboya y el periodo republicano que la siguieron. Con la restauración monárquica de 1875, Medina Sidonia vuelve a la palestra. De hecho, se encuentra entre los Grandes designados por el Ministerio-Regencia para recibir a Alfonso XII en Valencia, a su llegada a territorio español, y acompañarlo hasta su triunfante entrada en Madrid.[37] Candidato de los conservadores de Cánovas, en las elecciones del año siguiente resulta elegido senador por la provincia de Cádiz, donde era el mayor propietario y principal contribuyente.[29] Sin embargo, el duque apenas desarrolló actividad parlamentaria ni tuvo un perfil político, que más adelante si tendría su hijo el conde de Niebla, militante del partido liberal y eterno diputado a Cortes por el distrito de Medina Sidonia (de 1885 a 1895, casi en continuo), en el sistema caciquista que fue paradigmático de la Restauración.[38][39]
El duque de Medina Sidonia se centra en su carrera cortesana, jalonada por la desgracia familiar en 1880, con el accidente que mató a su hijo segundo el marqués de Molina, de apenas dieciocho años de edad.[40] En un contexto de absoluta preponderancia del marqués de Alcañices, íntimo y confidente del rey, los Medina Sidonia desempeñan destacadas funciones palaciegas, como acompañar a los reyes en su viaje a Portugal de 1882,[41] o durante la visita que los soberanos lusos rindieron de vuelta a Madrid, en la que duquesa fue la dama particular de la reina María Pía.[42] Asimismo, en 1883 el duque asiste a la coronación del zar Alejandro III en Moscú, formando parte de la delegación española que encabeza el duque de Montpensier y de la que también era miembro su primo el marqués de Casa Fuerte.[43][44][45]
Esta elección se debió sin duda a su particular cercanía con los Montepensier, que tenían su residencia de verano en Sanlúcar de Barrameda, justo al lado del vetusto palacio de los Medina Sidonia. De hecho, cuando la familia real visitó Sanlúcar en 1882 con motivo del compromiso de la infanta Eulalia con su primo el infante Antonio de Orleans, hijo de los Montpensier, fueron todos agasajados por los Medina Sidonia y los condes de Niebla con una espléndida montería en Doñana, como la organizada años atrás para la emperatriz.[46] Además, el marqués de Valdueza, hermano del duque, acabaría siendo nombrado Jefe de la Casa de estos infantes.
El ascenso definitivo de Medina Sidonia vino marcado por la muerte del rey en noviembre de 1885. Su viuda, la reina María Cristina, ahora regente en nombre del todavía nonato Alfonso XIII, no tenía en gran estima al marqués del Alcañices, al que culpaba de las disolutas costumbres de su difunto marido, y lo cesó fulminantemente del liderazgo palatino. Sus cargos se repartieron de la siguiente forma: el de jefe superior de Palacio pasó al marqués de Santa Cruz, hasta entonces mayordomo mayor de la reina, y la mayordomía mayor del rey -interina, por encontrarse el reino en regencia- junto al oficio de caballerizo mayor pasaron al duque de Medina Sidonia, que se perfilaba además como eventual sucesor de su tío Santa Cruz.[47][48]
Familia
Matrimonio e hijos
El duque contrajo matrimonio en Erpel (Prusia), el 26 de septiembre de 1846, con su prima hermana Rosalía Caro y Álvarez de Toledo, hija de Pedro Caro y Salas, IV marqués de la Romana, grande de España, y de María Tomasa Álvarez de Toledo y Palafox, hermana de su padre. Hijos:
María (1847-1929), intitulada XXII condesa de Adernò por cesión que le hizo el duque de su pretensión a esta merced. Se casó con Ortuño de Ezpeleta, V conde de Echauz, después IV duque de Castroterreño y grande de España. Era hijo de José María de Ezpeleta, II conde de Ezpeleta de Veire, grande de España, y de María Soledad de Samaniego y Asprer. Con sucesión.
Alonso (1850-1897), XXII conde de Niebla y, por cesión de su padre en 1892, XV marqués de los Vélez y grande de España. Marido de María Trinidad Caballero y Muguiro, hija de Andrés Caballero, I marqués de Somosancho, y de Josefa Muguiro y Uriarte, murió sin descendencia antes de suceder la Casa.
Inés (1857-1937), XVI marquesa de Cazaza en África por rehabilitación del título en 1891. Mujer de Fernando Ramírez de Haro y Patiño, que tras la muerte de su padre fue XIII conde de Villariezo y, a partir de 1916, también XIII conde de Bornos y grande de España. Hijo de Fernando Ramírez de Haro, XII conde de Villariezo, de los condes de Bornos, y de María del Patrocinio Patiño y Osorio, de los marqueses de Castelar. Con sucesión.
José (1862-1880), XVII marqués de Molina en sucesión de su abuelo en 1868. Muerto soltero.
Joaquín (1865-1915), XVIII marqués de Molina desde 1882 en sucesión de su hermano y luego en 1901, XIX duque de Medina Sidonia y grande de España. Casado con su prima Rosalía Caro y Caro, hija de Carlos Caro, XVIII conde de Caltavuturo, de los marqueses de la Romana, hermano de su madre, y de María de la Encarnación Caro y Gumucio. Con sucesión.
↑ ab«Bodas de oro». La Época: 2. 28 de septiembre de 1896. Consultado el 11 de mayo de 2021. «No es muy frecuente en los países meridionales, donde la gente vive menos que en los del Norte, que los matrimonios celebren sus bodas de oro, esto es, el quinquagésimo aniversario de una unión feliz. Los telegramas de San Sebastián dan cuenta de que han celebrado esta solemnidad, á la que se ha asociado la Real Familia, los duques de Medina Sidonia, el actual jefe superior de Palacio, Pepe Fernandina, como se le llamaba cuando era uno de los mozos más gallardos del reino, y su prima hermana Rosalía Caro, que ha sido la más gentil amazona de España. [...]».
↑Coll, Carlos (11 de marzo de 1889). «El Pirando negro». La Ilustración Artística: 3. Consultado el 11 de mayo de 2021. «(...) Querrá V. creer que con esa maldita votación del Congreso se me ha olvidado que hoy es día de San José y que debía ir á dar los días á Pepe Alcañices y á Pepe Medina-Sidonia».
↑«Partida de bautismo». Expediente personal del Senador D. José Álvarez de Toledo y Silva, Duque de Medina Sidonia, por derecho propio y por la provincia de Cádiz. Senado de España. Consultado el 12 de mayo de 2021.
↑Valera, Juan (7 de julio de 1847). «Correspondencia». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. «todos los días me baño con el duque de Fernandina (hijo de Villafranca), Scláfani, La Romana y los otros agregados, compañeros que todos nadan, unos mal, como yo, y otros muy bien, como Fernandina».
↑Fernández Larraín, Sergio (1966). «Algo del Duque de Rivas a través de un epistolario. En el primer centenario de su muerte: 1865-1965». Atenea (Santiago de Chile) (141): 188.
↑«Crónica de las provincias». El Clamor Público: 4. 30 de diciembre de 1849. Consultado el 14 de mayo de 2021. «Venían del Puerto de Santa María [los duques de Medinaceli] de visitar aquella parte de sus estados donde poseen un notable castillo, que está en sumo grado deteriorado. Puede ser que se animen á reponerlo y embellecerlo, á ejemplo del joven duque de Fernandina, que ha renovado su magnifico palacio.»
↑La Época. 25 de octubre de 1851. p. 1. Consultado el 14 de mayo de 2021. «Parece que dentro de tres ó cuatro días llegará á esta corle, procedente de Londres, el marqués de Villafranca, único grande de España que aun seguía adicto a la causa de D. Carlos, y que últimamente ha reconocido al gobierno de S. M. la reina, a cuya obediencia se ha sometido. Acompañan al marqués sus hijos los duques de Fernandina.»
↑«La vuelta del emigrado». El Clamor Público: 3. 24 de diciembre de 1851. Consultado el 14 de mayo de 2021. «El marqués de Villafranca, que desde principios de la guerra civil emigró al extranjero declarándose partidario del infante don Carlos ha regresado hace tres días á esta corte, y se ha hospedado en su palacio de la calle de Don Pedro, donde habitan sus hijos los duques de Fernandina.»
↑ ab«Oficios solemnes». La España: 2. 16 de abril de 1851. Consultado el 14 de mayo de 2021. «Parece que antes de empezar los oficios tomará el hábito de la orden [de Calatrava] el duque de Fernandina, hijo del marqués de Villafranca, prestando en el acto pleito homenaje á S. M. la Reina ,como administradora perpetua de las órdenes militares.»
↑La Época. 23 de febrero de 1856. p. 3. Consultado el 14 de mayo de 2021. «El señor duque de Fernandina, hijo primogénito del excelentísimo señor marqués do Villafranca, ha sido nombrado gentilhombre de cámara con ejercicio.»
↑«Fiestas en la quinta-teatro de Carabanchel». La Época: 3. 3 de agosto de 1857. Consultado el 14 de mayo de 2021. «¿qué diremos del duque de Fernandina, que en un papel de criado y con pocas palabras supo cautivarse la atención y los aplausos del auditorio? Actores como él se hallan pocos; criados tan buenos ojalá no escasearan tanto.»
↑«Resumen de resoluciones dictadas por el Ministerio de Gracia y Justicia.». Gaceta de Madrid (116): 1. 25 de abril de 1864. Consultado el 12 de mayo de 2021. «La Reina (Q. D. G.) ha tenido á bien dictar las resoluciones siguientes: [...] Id. id. Id. id. [8 de abril. Mandando expedir Real carta de sucesión] á D. José Álvarez de Toledo y Silva en el título de Marqués de los Vélez, con Grandeza de primera clase, por cesión que le hace su padre el Marqués de Villafranca».
↑«Resumen de resoluciones del Ministerio de Gracia y Justicia». Gaceta de Madrid (333): 1. 29 de noviembre de 1866. Consultado el 14 de mayo de 2021. «La Reina (Q. D. G.) se ha servido acordar en el
mes de Octubre último las resoluciones siguientes: [...] En 26. Aprobando la cesión del título de Marqués de Martorell, hecha por el Marqués de Villafranca».
↑«Resumen de resoluciones adoptadas por el Ministerio de Gracia y Justicia.». Gaceta de Madrid (164): 1. 13 de junio de 1866. Consultado el 15 de mayo de 2021. «La Reina (Q. D. G.) ha tenido á bien dictar las siguientes resoluciones en las fechas que se expresan: 1 mayo 1866. Concediendo á Doña Genoveva Samaniego y Pando Real licencia para contraer matrimonio con D. Alonso Álvarez de Toledo y Silva, hijo de los Marqueses de Villafranca.»
↑Droap, M. (12 de marzo de 1868). «Guzmán el Bueno y los duques de Medinasidonia». La Época: 1. Consultado el 17 de mayo de 2020. «[...] Por espacio de 89 años ha estado pospuesto á otros el preclaro título de la casa de Guzmán, hasta que don
José Álvarez de Toledo (que como primogénito del marqués de Villafranca se titulaba duque de Fernandina), persona ilustradísima y digno de la casa y apellidos que lleva, ha tenido el buen acierto de anteponer el nombre de duque de Medinasidonia al de marqués de Villafranca.»
↑Boletín de comercio. 7 de enero de 1875. p. 2. Consultado el 20 de mayo de 2021. «Los capitanes generales de ejército Cheste, Zavala y Novaliches, irán á Valencia á recibir á S. M. el rey. También marcharán á Valencia los marqueses de Santa Cruz, Bedmar y duque de Medina Sidonia, como gentiles-hombres más antiguos y representantes de la grandeza».
↑El Pabellón Nacional. 5 de enero de 1882. p. 3. «Con respecto al viaje de los reyes á Portugal [...] Irán al servicio de la reina: como gentil-hombre el duque de Medina-Sidonia, y como dama de honor la marquesa de Molíns.»|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)
↑«La visita de los Reyes de Portugal». La Época: 1. 21 de mayo de 1883. Consultado el 23 de mayo de 2021. «La señora duquesa de Medina-Sidonia ha sido la dama de la Reina que S. M. doña Cristina ha designado para que sea dama de la Soberana de Portugal durante la residencia de los Monarcas portugueses en Madrid. Doña Rosalía Caro y Álvarez de Toledo, duquesa de Medina-Sidonia, es hija del cuarto marqués de la Romana, y una de las señoras más distinguidas de la aristocracia española.»
↑La Correspondencia de España. 6 de mayo de 1883. p. 2. Consultado el 23 de mayo de 2021. «Mañana saldrá para París, Berlín y Rusia el duque de Montpensier. Acompañarán á S.A.R. á Moscou, formando parte de su misión, el Excmo. señor duque de Medina-Sidonia, grande de España y senador del reino; excelentísimo Sr. D. Rafael Esquivel, jefe de la casa de S. A. R.; Excmo. señor D. Juan Ibarrola, mariscal de campo; señor marqués de Casa-Fuerte, secretario de 1." clase y secretario especial de la misión; D. Leopoldo Cólogan, teniente coronel de artillería, y D. Agustín Fernando Laserna, comandante de infantería.»
↑El Imparcial. 10 de mayo de 1883. p. 3. Consultado el 24 de mayo de 1883. «Con dirección á Moscou saldrán pasado mañana de esta corte el duque de Medina Sidonia y el marqués de Casa-Fuerte, que representarán á S. M. en la ceremonia de la coronación del czar.»
↑ abLa Época. 9 de junio de 1883. p. 2. Consultado el 24 de mayo de 2021. «Moscow 9 [de junio].—Los periódicos dan cuenta de las grandes cruces concedidas con motivo de la coronación del Tzar. Al duque de Montpensier le ha sido conferida la más importante: la de San Andrés. La de Alejandro Newski, adornada de brillantes, ha sido concedida al príncipe de Persia. La misma, sin brillantes, ha sido conferida á los Sres. Wadington, almirante Jaurès, Vanutelli, Wolkenstein, príncipe Bernardo de Sajonia-Weimar, príncipe Fernando de Coburgo-Gotha, Serves bajá, Scheteir bajá y duque de Medina Sidonia.»
↑«Viaje de SS.MM.». La Época: 1. 24 de febrero de 1882. Consultado el 23 de mayo de 2021. «SS. MM. el Rey y la Reina y SS. AA. la infanta doña Eulalia, los duques de Montpensier y el infante D. Antonio, pasaron ayer el día en el coto de Doña Ana, de la propiedad del señor conde de Niebla. La cacería fue muy animada, y tanto los condes de Niebla como su padre el duque de Medina Sidonia, hicieron los honores á las reales personas con la esplendidez y distinción que les son características. El trayecto que media entre Sanlúcar y el coto fue recorrido a la ida en una falúa de vapor y á la vuelta en el cañonero Cocodrilo.»