Su primer aprendizaje como pintor lo realizó con su madre. Más tarde se perfeccionó en el taller de Johann Carl Loth en Venecia (1675-1688). Así obtuvo un estilo que era mezcla de Venecia y Nápoles. Estuvo en Passau y desde 1689 en adelante trabajó en Salzburgo. En el Palacio Arzobispal pintó temas mitológicos en los techos.
A partir de 1706 vivió de continuo en Viena, y también estuvo activo en monasterios de la Baja Austria. Pinta numerosos frescos, en los que destaca el color y el uso del escorzo como medios ilusionistas. Su obra, lo mismo que la de Altomonte, preludia el rococó.
Entre sus obras al fresco, cabe citar:
Apoteosis en la cúpula de la sala de los ancestros en el palacio Vranov, Frain (1696)