Jockey Club de Bogotá
El Jockey Club de Bogotá es un centro social y cultural o club social privado, considerado la institución más respetada, tradicional y prestigiosa de Colombia. Situado actualmente en el barrio Rosales, en el norte de Bogotá, en medio del centro empresarial de la ciudad. Fue fundado por la aristocracia bogotana y ha tenido entre sus socios a figuras ilustres de la sociedad colombiana.[1][2][3] HistoriaFundado en agosto de 1874 por Ricardo Portocarrero, acompañado por destacadas familias y personalidades de la época. Entre sus fundadores se encontraban Juan de Brigard, Salvador Camacho Roldán, Juan M. Dávila, Tomás Groot, Luis Gutiérrez, Jorge Holguín, Salomón y Bendix Koppel, José María Mallarino, Januario Nariño, Daniel y Simón O'Leary, Carlos Pardo, Eduardo Posada, Nepomuceno Sanz de Santamaría, Silvestre y José María Samper, Alberto Urdaneta, Alfredo Valenzuela y Jorge Vélez, entre otros. Desde su creación, el club se ha distinguido por conservar vínculos con las mismas familias que lo fundaron. A lo largo de su historia, es notable que en casi todas las juntas directivas desde 1874 hasta la actualidad, han figurado al menos dos miembros de estas familias, reflejando un fuerte sentido de continuidad y tradición.[4] En 1940, el club inauguró su sede en la carrera 6ª con calle 15, un edificio diseñado por el arquitecto Gabriel Serrano Camargo. Construida sobre terrenos que antes habían ocupado las casas de Antonio Nariño y José Asunción Silva, la sede destacaba por su elegante arquitectura y su decoración, que incluía una notable colección de arte, entre la que figuraba Los fusileros de Andrés de Santamaría. En 2009, el club abrió una nueva sede cultural en el norte de la ciudad, enfocada en actividades artísticas y culturales. Fue y es mucho más que un espacio para actividades sociales y recreativas. Durante gran parte del siglo XX, se consolidó como un epicentro de las familias aristocráticas del país y hoy sigue siendo lugar donde se concentra el poder político y económico en Colombia.[5] Hasta la fecha presente, es recordado como un símbolo de la Bogotá aristocrática y de los grandes acuerdos políticos que moldearon la historia de Colombia durante el siglo XX. Ser socio o recibir la membresía en el Jockey Club se ha mantenido como un distintivo de estatus y privilegio en la sociedad colombiana, debido a la exclusividad y el rigor en los requisitos de ingreso, en contraste con otros clubes que han emergido en los siglos XX y XXI.[6]Su membresía se hizo famosa por su exclusividad: Jorge Eliécer Gaitán, líder popular y político liberal, fue rechazado como socio por votación de sus miembros, cuento muy recordado en el país. Referencias
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