Jesús lloró en idioma koiné ἐδάκρυσεν ὁ Ἰησοῦς ó edákrusen ho Iēsoûs, es una frase famosa por ser el versículo más corto en la King James Version de la Biblia, así como en muchas otras versiones.[1] No es el más corto en los idiomas originales.[2] Se encuentra en el Evangelio de Juan, capítulo 11, versículo 35.[3] Las separaciones de versículos -o versificación- fueron introducidas en el texto griego por Robert Estienne en 1551 para facilitar la cita y comparación de los textos.
Este versículo aparece en la narración de Juan sobre la muerte de Lázaro de Betania, un seguidor de Jesús. Las hermanas de Lázaro -María y Marta- avisaron a Jesús de la enfermedad e inminente muerte de su hermano, pero Jesús llegó cuatro días después de la muerte de Lázaro. Jesús, después de hablar con las afligidas hermanas y ver llorar a los amigos de Lázaro, se sintió profundamente turbado y conmovido. Después de preguntar donde habían puesto a Lázaro, y ser invitado a ir a ver, Jesus lloro. Luego fue al sepulcro y dijo a la gente que quitara la piedra que lo cubría, oró en voz alta a su Padre, y ordenó a Lázaro que saliera, resucitado.[3]
Se ha atribuido significado a la profunda respuesta emocional de Jesús al llanto de sus amigos, y a sus propias lágrimas, incluyendo lo siguiente:
El llanto demuestra que Cristo era un hombre de verdad, con funciones corporales reales[4] (como lágrimas, sudor, sangre, comer y beber -nótese, a modo de comparación, el énfasis puesto en la comida de Jesús durante las apariciones posteriores a la resurrección). Sus emociones y reacciones eran reales; Cristo no era una ilusión o un espíritu (véase la herejía del Docetismo). El Papa León Magno se refirió a este pasaje cuando discutió la dos naturalezas de Jesús: "En su humanidad Jesús lloró por Lázaro; en su divinidad lo resucitó de entre los muertos".
El dolor, la simpatía y la compasión que Jesús sentía por toda la humanidad. Jesús sintió por toda la humanidad.
La rabia que sintió contra la tiranía de la muerte sobre la humanidad.[5]
Aunque los espectadores interpretaron que su llanto significaba que Jesús amaba a Lázaro (versículo 36), Witness Lee consideró que la opinión de los judíos no era razonable, dada la intención de Jesús de resucitar a Lázaro. Así que "gemía en su espíritu" porque incluso los que estaban más cerca de él no reconocían que él era, como declaró en el versículo 26, "la resurrección y la vida". Finalmente, junto a la tumba, "lloró compadeciéndose del dolor de ellos por la muerte de Lázaro".[6]
Referencias
↑En la NIV, NIV es el versículo bíblico más corto. Mientras que en la KJV se lee "Y Job habló y dijo", la NVI simplemente tiene "Dijo".
↑El versículo más corto en el Nuevo Testamento Griego es Lucas 20:30 ("καὶ ὁ δεύτερος", "Y el segundo") con doce letras, según el texto de Westcott y Hort. El versículo más corto del Pentateuco, Génesis 26:6, también tiene doce letras en el hebreo original. El versículo más corto de la Hagiografía, 1 Crónicas 1:25, tiene nueve letras en el original hebreo.