Inmigración británica en Australia
La inmigración británica en Australia hace referencia a la corriente migratoria más numerosa del país, iniciada desde tiempos coloniales hasta la actualidad. Asimismo, es una migración que a pesar de ir variando con los años, nunca ha cesado, e incluso, sigue siendo una de las más numerosas. El Reino Unido es la principal fuente de inmigrantes en Australia. En Australia está extendida la denominación de australianos de origen anglo-celta[1] (en inglés: Anglo-Celtic Australians), es decir, con origen en Inglaterra más las naciones británicas de origen celta: Escocia, Gales, Irlanda del Norte, Cornualles y la Isla de Man. Dentro de esta categoría también se le suele sumar a la República de Irlanda, nación celta, aunque en la actualidad no es perteneciente al Reino Unido. GalesesDe acuerdo al censo australiano de 2006, en Australia residían 25.317 personas nacidas en Gales,[2] mientras que 113.242 (0.44%) declararon ser de ascendencia galesa, ya sea de manera completa o parcial con otra ascendencia. El apellido Jones, que a menudo se considera distintamente galés, es uno de los más comunes en Australia, lo que representa más del 1% de los australianos, lo que sugiere una mayor tasa de ascendencia galesa de lo indicado por la auto-identificación. InglesesDe acuerdo a un recuento llevado a cabo en 2014 se encontraban residiendo en Australia un total de 1.009.090 personas nacidas en Inglaterra.[3] Referencias
|