Inglaterra en la Copa Mundial de Rugby de 2011
La Rosa fue una de las 20 naciones participantes de la Copa Mundial de Rugby de 2011, que se celebró por segunda vez en Nueva Zelanda. Inglaterra llegó campeona del Torneo de las Seis Naciones 2011 y subcampeona de Francia 2007, ergo esperaba alcanzar las semifinales y se frustró cuando enfrentaron al eventual segundo en los cuartos. PlantelJohnson (41 años) fue el entrenador en jefe y recibió muchas críticas porque no había dirigido a ningún equipo nunca, pero la victoria en el Torneo de las Seis Naciones las redujo. Lamentó no poder seleccionar al lesionado Mathew Tait, además su etapa coincidió con un recambio generacional y por ello su convocatoria tuvo muchos debutantes en la Copa del Mundo. Los partidos de prueba son hasta antes del inicio del mundial y las edades corresponden al último partido de Inglaterra, el 23 de octubre de 2011. ParticipaciónLa Rosa integró el Grupo B con Georgia, por primera vez con el XV del Cardo, Rumania y los Pumas. El debut ante Argentina era el duelo clave ya que comprometía la clasificación directa, dirigida por Santiago Phelan y sus representados: Mario Ledesma, Patricio Albacete, el destacado Juan Leguizamón, Nicolás Vergallo, el capitán Felipe Contepomi y Horacio Agulla. En una durísima y disputada prueba, los sudamericanos merecieron llevarse la victoria tras mandar en el marcador durante la mayor parte del encuentro, pero acabaron sucumbiendo tras un try de Youngs a falta de 15 minutos.[1] La última jornada vio el clásico contra Escocia, definía la eliminación y el inglés Andy Robinson diagramó: Allan Jacobsen, el capitán Alastair Kellock, John Barclay, la estrella Mike Blair, Dan Parks y el veterano Chris Paterson. Iban perdiendo hasta el minuto 78 y entonces Ashton marcó el try de la agónica victoria.[2] Fase finalLos cuartos vio un nuevo capítulo de Le Crunch frente su clásico rival Les Bleus, del técnico Marc Lièvremont quien formó a Nicolas Mas, Lionel Nallet, el capitán Thierry Dusautoir, Dimitri Yachvili, la estrella Aurélien Rougerie y Vincent Clerc. Francia salió determinada a ganar y sorprendió a los ingleses, yéndose al descanso 16–0 arriba y siendo irreversible en el marcador.[3]
Referencias
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