Hercilia Fernández de Mujía
Hercilia Fernández Quintela, conocida como Hercilia Fernández de Mujía (Potosí, 1860-1929), fue una poeta y artista musical boliviana. BiografíaHercilia nació en 1860 en la ciudad de Potosí. Fue hija de Benjamín Fernández y de Matilde Quintela. Pasó su infancia en una casa de la calle del Prado en la ciudad de Sucre, junto a sus dos hermanas, Ofelia y Matilde. Desde pequeña nació su entusiasmo por la música y la literatura. Su padre era profesor de Derecho en la Universidad San Francisco Xavier, y uno de sus alumnos, el poeta tarijeño T. O’ Connor d’Arlach, dijo al respecto de Hercilia, a quien pudo ver en su casa al acudir a una reunión con su profesor.
Fue miembro de la Sociedad Filarmónica de Señoras y de Beneficencia y de la Sociedad Filarmónica de Sucre.[1] Publicó poemas en el periódico El Semanario de Sucre, en donde también aparecieron los versos de la chuquisaqueña María Josefa Mujía: la “Poetisa Ciega”. La obra más importante de Hercilia fue el libro Mis versos,[2] publicado en Lima en 1909 ydivido en: Impresionistas, Elegías, Traducciones e Imitaciones. Uno de los poemas más elogiados: “El porvenir”, lo dedicó a su padre. Compuso también algunas piezas musicales, sobre todo valses. Al igual que Modesta Sanginés Uriarte, creó variaciones sobre el Himno Nacional,[3] e igual que esta última, tuvo posturas feministas. La educación de la mujerHercilia Fernández de Mujía fue autora de una serie, en cuatro partes, denominada "La educación de la mujer", en donde sostiene que la única debilidad innata de la mujer es la debilidad orgánica, derivan de la escasa educación y contamina a la sociedad señorial, por ello habla de "la deficiencia de las nociones morales que se transmiten a los hijos". Considera que la educación moral, principal rol de la mujer, es la base de toda "sociabilidad" republicana como fuerza homogeneizadora que elimina "la diferencia de clases". Como muchos feminismos de élite de la época, sin embargo, el modelo opera a partir de la explícita de los que nos son sociales: indios, cholos, con "un fondo acumulado de antecedentes ancestrales -dice en su obra- cuyo origen se pierde en la dilatación del tiempo y que se mantiene como tendencia instintiva indestructible. (...) A pesar de las modificaciones obtenidas por la mujer (...) se presenta la tendencia dominantes de la raza..."[4] Los autores del libro Hacia una historia crítica de la literatura en Bolivia, sostienen que Adela Zamudio fue directa heredera del feminismo de Hercilia Fernández de Mujía y de Lindaura Anzoátegui de Campero.[5] En 1889, en el salón legislativo de Sucre, Hercilia leyó su poema “A Chuquisaca” en honor al 80 aniversario del 25 de mayo de 1809, fecha en la que Chuquisaca luchó por su independencia.[6]
Hercilia también tradujo obras literarias, la mayor parte del francés. Su figura, sin embargo, ha perdido importancia en el tiempo. Enrique Finot, el historiador boliviano, apunta sobre ella: "correcta y discreta pero menos fecunda".[7] Sin embargo, hay quienes consideran que su trabajo intelectual, aunque inadvertido, debe ser retomado. Es el caso de Adolfo Cáceres Romero, quien dice al respecto del trabajo de las mujeres de aquel entonces:
Fue en El Álbum en donde Hercilia publicó la mayoría de sus pensamientos feministas. De su matrimonio con Ricardo Mujía nacieron tres hijos: Benjamín, Gastón y Hercilia.[9] Referencias
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