Fractura de pilón tibial
En medicina, se denomina fractura de pilón tibial a un tipo de fractura de tibia que se caracteriza por afectar tanto a la epifisis distal como a la metáfisis del hueso, comprometiendo la articulación del tobillo. Es un tipo de fractura de gran complejidad y de pronóstico grave, existiendo dificultades para alcanzar la curación completa, pudiendo quedar secuelas permanentes.[1][2] Pilon es la palabra francesa para "mortero" y fue introducido en la literatura ortopédica en 1911 por el pionero radiólogo francés Étienne Destot.[3] FrecuenciaSu frecuencia es baja, se estima que representan únicamente el 1% de las fracturas que afectan a la extremidad inferior y entre el 7 y el 10% de las fracturas de tibia. Son más frecuentes en varones entre los 35 y 45 años de edad.[1] EtiologíaSuelen producirse por traumatismos importantes, frecuentemente por caídas desde alturas superiores a los 2 metros, accidentes de moto, o caídas durante actividades deportivas, por ejemplo esquiando. No es raro que se asocien a otras lesiones como fractura de pelvis o columna vertebral.[1] TratamientoEl tratamiento de las fracturas de pilón tibial es complejo, depende de la extensión de la fractura sus características y si existe afectación de otros estructuras como el peroné o tejidos blandos próximos. Los métodos principales de tratamiento son fijación interna con osteosíntesis utilizando placas o tornillos, fijación externa y reducción de la fractura mediante cirugía con reconstrucción de la superficie articular. La métodos más conservadores con reducción cerrada e inmovilización con yeso no se emplean generalmente en este tipo de fracturas y se reservan únicamente para fracturas no desplazadas.[1][4] Se existe herida externa el riesgo de infecciones secundarias es alto.[5] Referencias
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