Fiesta de San Jorge (Palestina)
La Fiesta de San Jorge, también llamado al-Khader, es una de las fiestas palestinas que conmemora a San Jorge, conocido en árabe palestino como Mar Jeries o al-Khader. La fiesta es celebrada cada año el día 5 de mayo. A pesar de que es originalmente una fiesta cristiana local, ambas comunidades palestinas participan, cristiana y musulmana. La fiesta se celebra en el pueblo palestino de al-Khader, justo al sur de Belén. La fiesta también se celebra entre la diáspora palestina en Hispanoamérica.[1] OrígenesEl folclore palestino sugiere que la fiesta tiene su origen en la época bizantina de Palestina. Según el folclore,
Tradiciones religiosasCristianasEn el pasado, la fiesta atraía a árabes de distintas partes de Palestina para visitar el Monasterio de San Jorge. Los visitantes se reunían alrededor del monasterio bajo los olivos e intercambiaban barras de pan y hacían safricios que jurarían que cumplirían. La misma tradición continúa hoy en día. Muchos de los peregrinos cristianos vienen a bautizar a sus hijos, debido a la abundancia de historias sobre las propiedades de curación de San Jorge. Aunque el sacerdote acepta carne como un regalo, la tradición cristiana del monasterio no sacrifica animales.[3] En la mañana del 6 mayo, los cristianos palestinos de Beit Jala, Belén, Beit Sahour y otras partes de Palestina marchan en una procesión hacia el monasterio.[4] IslámicasTradicionalmente, los musulmanes protegían la entrada de la iglesia y daban la bienvenida a los peregrinos.[5] Como los cristianos, los musulmanes también sacrificaban ovejas para la fiesta y las ofrendas eran almacenadas en un corral de ovejas en el jardín del monasterio de Al-Khader. En el islam, se ofrecen dos tipos de sacrificios: El primero es el dhabihah, el cual requiere que un-tercerio del cordero sea consumido por su dueño, mientras que los dos-los tercios restantes serían dados a Alá como una caridad. La segunda ofrenda es de un animal vivo, legado como regalo a San Jorge.[6] Rastros de estos sacrificios son evidentes hoy en día en la forma de los escondrijos de cordero que se han quedado en los balaustres para secar.[6] Véase tambiénReferencias
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