En junio de 1901 la empresa Ferrocarril Central Mexicano también adquirió el control del Ferrocarril de Monterrey y del Golfo Mexicano, el cual unió la ciudad de Monterrey con Tampico en la localidad de Reata, además de la ciudad de Gómez Palacio. Para noviembre de 1902 la empresa Ferrocarril de México, Cuernavaca y Pacífico, propietaria de una línea férrea incompleta desde la Ciudad de México a Acapulco (llegaba solo al Río Balsas), se unió al Ferrocarril Central Mexicano. En 1905 la empresa también compró al Ferrocarril Coahuila y Pacífico, el cual unía Torreón con Saltillo y operaba una línea paralela de Gómez Palacio a Monterrey.[1][2]
«... Este ferrocarril llegó a controlar por traspaso, construcción y renta, líneas ferroviarias que en total sumaban 5,055 kilómetros o sea una tercera parte de los ferrocarriles construidos...» [3]
El gobierno mexicano tomó control de la empresa en 1906, para finalmente en febrero de 1909 entregarla a Ferrocarriles Nacionales de México.[1][4] Durante la mayor parte del siglo anterior, el sistema ferroviario siguió en poder de la paraestatal, y es hasta 1990 que, siguiendo los procesos de privatización de empresas estatales promovido por el gobierno mexicano, se conforma la empresa Ferromex quien adquirió la mayoría de la infraestructura iniciada por el Ferrocarril Central Mexicano, a excepción del ramal de Chicalote a Tampico, la cual fue asignada a la empresa Transportación Ferroviaria Mexicana, conocida actualmente como Kansas City Southern de México.