Fernanda Fernández
Sor Fernanda Fernández (Zújar, Granada, 1755 - fl. 1792) fue una monja y una de las primeras personas intersexuales conocidas en España.[1] BiografíaFue educada por unos padres cristianos y teniendo vocación de religiosa capuchina, tomó hábito el 10 de abril de 1774 a los 18 años de edad. Desde el comienzo de su juventud se dio cuenta de que cuando estornudaba, tosía o hacía algún esfuerzo extraordinario se le separaba de su órgano sexual un cuerpo carnoso de 3 cm o poco más de longitud y que al poco tiempo se volvía a ocultar sin causarle ninguna molestia. No reflexionó sobre el fenómeno por su pudor hasta los 32 años de edad, ya que se producían frecuentes desprendimientos y movimientos involuntarios en su órgano sexual de su cuerpo carnoso. Entonces decidió comentarle a su confesor lo que le sucedía, pidiéndole que la extrajese del monasterio, ya que era hombre y no mujer. Pero los directores que pasaron por el monasterio en los siguientes cinco años rechazaron su instancia, atribuyendo a un fuerte histerismo los estímulos carnales que sentía, y a la relajación del útero o de la vagina del cuerpo extraño que tenía. Entonces, ya con la llegada del siguiente confesor, Fray Esteban Garrido, y siendo también informado de lo que pasaba, recapacitó profundamente y consultó con los mejores teólogos y físicos y pidió a la superiora del monasterio que apartara a Sor Fernanda de sus compañeras y la custodiase bajo llave, hasta la resolución de Juan Manuel Moscoso y Peralta, arzobispo de Granada.[2] Informado el arzobispo por Fray Esteban Garrido, permitió que entrara en el monasterio una comadrona para que la reconociese y expusiera su dictamen. Se certificó que era hombre y se la extrajo del monasterio el 21 de enero de 1792 con traje de mujer seglar y la tuvieron en un lugar seguro hasta que volvió a ser reconocida por dos médicos, dos cirujanos y una matrona, y atestaron entre otras cosas las siguientes:
En virtud de lo expuesto atestaron que prevaleciendo en esta persona los órganos principales, que caracterizan el sexo masculino, debía considerarse hombre. El arzobispo aceptó este dictamen y anuló la profesión de Sor Fernanda Fernández, le hizo vestir de hombre, y el 11 de febrero de 1792 la remitió a sus padres, que seguían viviendo en Zújar. Todo consta en el expediente archivado en la Curia Eclesiástica de Granada. Véase tambiénReferencias
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