Fabiana Rosales
Fabiana Andreína Rosales Guerrero de Guaidó (Mérida, Venezuela, 22 de abril de 1992) es una periodista, activista por los derechos humanos y esposa del diputado, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, y presidente encargado parcialmente reconocido Juan Guaidó.[1] Debido a la crisis presidencial de Venezuela iniciada en 2019 y finalizada en 2023, la Casa Blanca de Estados Unidos y la Asamblea Nacional la consideran como primera dama de dicho país,[2][3] mientras que países aliados al gobierno de Nicolás Maduro reconocen a Cilia Flores.[4] BiografíaRosales nació en Tovar, estado Mérida en Venezuela. Fue criada en un pequeño pueblo, en el cual fue monaguilla de la iglesia Nuestra Señora de Regla.[5][6] Su padre, Carlos Eulalio Rosales Belandria (1963-2013),[7] era agricultor y su madre, Elcy Josefina Guerrero Zambrano (1963), periodista. Tiene un medio hermano: Golfredo Andrés Morett Guerrero (1988). [8]Cuando era niña, observó las entrevistas de su madre y se interesó en temas sociales. Ayudó en la granja familiar y decidió estudiar periodismo.[9] Se licenció en Periodismo y Comunicación Social en 2013 por la Universidad Rafael Belloso Chacín.[10] y su tesis estuvo relacionada con el comportamiento del voto en Venezuela entre 1958 y 2013.[11] Luego de graduarse, se mudó a Caracas, donde trabajó en la Asamblea Nacional y participó en diversas acciones relacionadas con los derechos humanos. Además trabajó en el canal de televisión Sun Channel.[12] Conoció a Juan Guaidó en 2011, con quien posteriormente se casó el 23 de abril de 2013 y tuvieron dos hijas: Miranda Eugenia, nacida el 3 de mayo de 2017.[11][13] y Mérida Antonieta nacida el 8 de septiembre de 2021.[14] ActivismoDurante sus estudios universitarios, Rosales comenzó a trabajar para el partido de la oposición Voluntad Popular.[9] Como activista de derechos humanos, tenía cerca de 150,000 seguidores en Instagram al 26 de enero de 2019.[15] Ha declarado que un factor motivador ha sido que ella no quiere que su hija crezca «queriendo irse de Venezuela».[16] Durante la crisis presidencial venezolana de 2019, Juan Guaidó fue designado presidente interino por la Asamblea Nacional de Venezuela, impugnando la legitimidad de Nicolás Maduro, debido a esto, el gobierno de Nicolás Maduro le prohibió viajar a Juan Guaidó fuera del país;[17] Rosales ha asumido un papel de «embajadora internacional de la oposición».[18] Se reúne con la diáspora venezolana y los líderes regionales para solicitar apoyo a su esposo. El gobierno de Maduro dice que los viajes realizados por Rosales son un «intento desesperado por mantener a Guaido en el punto de mira internacional».[9] El 7 de febrero de 2019, Rosales inició un plan de alimentación diaria, dirigido a niños de la maternidad Divina Pastora en Caracas.[19][20] Rosales aseguró que el plan fue «todo un éxito», y agradeció a la fundación Alimenta por haberles ofrecido su apoyo.[19][20] En marzo, Rosales realizó una gira por América Latina en representación de su esposo, Juan Guaidó, reuniéndose con Martín Vizcarra y Sebastián Piñera, respectivamente presidentes de Perú y Chile. El 27 de marzo, visitó la Casa Blanca para reunirse con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence.[21] Trump se refirió a Rosales como primera dama de Venezuela.[2] Reconoció durante su viaje a Washington D. C. que la lucha en Venezuela es verdadera y dijo: «Hoy en Venezuela, es libertad o dictadura, vida o muerte. Los que pagan el precio de este odio son los niños que mueren en los hospitales».[16] Seguido de estar en Washington D. C., se reunió con la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, en Mar-a-Lago,[22] y asistió a una reunión con el alcalde de Miami, Carlos A. Giménez, donde recibió la llave del condado de Miami-Dade, y dijo: «Siempre le he pedido a Dios que proteja a la gente de Venezuela, que nos brinde la fuerza para continuar. Hoy, Venezuela puede ser un gran ejemplo para el mundo».[23] Aunque reconoce que podría ser arrestada, dice que no hay lugar para el miedo en su vida, sino un sentido de responsabilidad, porque "hay demasiadas vidas en juego".[7] Véase tambiénNotasReferencias
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