Escándalo de Sixto de Borbón

El archiduque Carlos de Austria, quien más tarde será el emperador Carlos I de Austria.

El escándalo de Sixto de Borbón fue el nombre que recibió el escándalo público que se produjo al conocerse las negociaciones secretas que el emperador austrohúngaro Carlos había llevado a cabo con el presidente francés a espaldas de su aliado el Imperio alemán durante la Primera Guerra Mundial. Recibió su nombre del enviado del emperador, su cuñado el príncipe Sixto de Borbón-Parma, hermano mayor de su esposa. La publicación de las negociaciones llevaron a la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores austrohúngaro y al fin de la independencia de facto del imperio respecto de Alemania.

Antecedentes

El 21 de noviembre de 1916, el joven emperador Carlos sucedió a su anciano predecesor Francisco José[1]​ y, animado por su esposa y consciente de la crisis del Estado, trató de alcanzar una paz negociada con la Entente.[2]​ Para ello solicitó la ayuda de su amigo de la infancia, su cuñado y hermano mayor de su esposa, el príncipe Sixto de Borbón-Parma, que residía en París.[2]

Conversaciones y escándalo

El 24 de marzo de 1917, el emperador escribió una carta en francés dirigida teóricamente a su cuñado pero que este debía transmitir al presidente francés, Raymond Poincaré.[2]​ En ella el emperador se mostraba dispuesto a cumplir las exigencias de la Entente, salvo las de Rusia (inmersa en la Revolución de Febrero) y las secretas del Tratado de Londres con Italia.[2]

Con la recepción de la carta comenzaron las charlas entre los Aliados y las conversaciones con los austrohúngaros.[2]​ Sin embargo, la intransigencia del ministro de Asuntos Exteriores austrohúngaro Czernin, los cambios en la situación bélica y la agudización de la crisis interna en Austria-Hungría llevaron a los Aliados a endurecer sus condiciones para aceptar una paz separada: exigieron la federalización del imperio.[3]​ Estancadas las conversaciones que habían comenzado en agosto de 1917, Czernin las dio por acabadas en febrero de 1918, sin fruto alguno.[3]

El Gobierno francés, que no deseaba dañar la imagen del emperador, que parecía inclinado a lograr la paz, mantuvo las conversaciones en secreto hasta que el 2 de abril de 1918 Czernin afirmó públicamente que los franceses habían solicitado conversaciones de paz a los austrohúngaros.[3]​ Irritado por la falsedad, Poincaré aireó los detalles de las negociaciones el 13 de abril.[2]

Consecuencias

El inmediato escándalo político llevó a Czernin a dimitir fulminantemente.[3]​ El emperador, por su parte, hubo de explicar la situación a su aliado el emperador Guillermo II de Alemania y perdió todo margen de maniobra política.[3]

La Entente abandonó su reticencia a desmembrar el imperio y el 29 de junio de 1918 el Gobierno francés reconoció al comité nacional checoslovaco y su derecho a la independencia, seguido poco después por los Gobiernos británico y estadounidense.[3]

Notas y referencias

  1. Roucek, 1982, p. 455.
  2. a b c d e f Roucek, 1982, p. 456.
  3. a b c d e f Roucek, 1982, p. 457.

Bibliografía