Ermita de Santerón
La ermita de Santerón en un santuario católico donde se venera la imagen de la Virgen de Santerón, ubicado en el «Rento de Santerón», término municipal de Algarra, provincia de Cuenca (Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, España). Posee un recinto anexo situado a los pies, correspondiente a la antigua «casa del ermitaño», y otras construcciones abiertas por delante a ambos lados, para refugio de los animales, formando placeta en torno a la entrada, con una umbrosa noguera (Juglans regia) que la sombrea. HistoriaLos datos acerca de la ermita de Santerón son escasos, no obstante la larga tradición de celebraciones que acoge, la anual de Pentecostés (Pascua Granada) y por los Septenarios. Tomás López (siglo XVIII), al escribir sobre Algarra (Cuenca), dice:
El texto hace referencia a la celebración que tiene lugar en su solar, y a la secular vinculación del ermitorio -y la Virgen de Santerón- con los vecinos de Vallanca. A continuación, el geógrafo trata de ubicar geográficamente el santuario, haciendo referencia al montículo que la enmarca por levante, «un gran cerro que a su falda divide los Reynos de Castilla y Valencia», sobrepasado el cual se entra ya en territorio valenciano, que queda «a distancia de un tiro de fusil de la referida Hermita», refiriéndose a la Sierra de Santerón, en la Serranía de Cuenca. Asimismo, alude a la celebración por Pentecostés, «a la que en dicho día de su sitio concurren algunos Joyeros, Roperos, Quinquilleros y algunos con frutas del tiempo, a cuyo concurso se da el nombre de feria». En las proximidades de la ermita ubica «tres casas», refiriéndose al «Rento de Santerón», perteneciente a la feligresía algarreña.[1] En la anotaciones y comentarios que Vicente Castañeda y Alcover (1921) hace al texto del geógrafo, comentado de Ademuz dice del «Santuario de Nuestra Señora de Santerón, imagen allí aparecida», ubicándolo por debajo de Salvacañete, en posición meridional, «a una legua escasa, en el valle de las sierras que le circuyen». UbicaciónPropiamente, la ermita de Santerón se halla en la vertiente meridional de la Sierra de Santerón –entre los rentos de «Callejones» y «La Dehesilla» (que quedan al norte: entre la Peña del Verdinal y el Cerro Valluengo), y el «Rento de Santerón» (sur: próximo al Pico Talayón, 1.602 m). El topónimo que da nombre a la sierra alude seguramente al «santero» o ermitaño tradicionalmente cuidaba de la ermita. La ermita se halla a una docena de kilómetros al noreste de Algarra, un lugar de la serranía entre densos pinares al que se llega por una pista forestal. Junto a la ermita pasa una vereda real de noventa varas, antiguo camino que conduce desde Salvacañete –vía Solano y Talayón-, hasta Santa Cruz de Moya (Cuenca), para continuar en dirección a Alpuente y Pedralba (Valencia), lo que permite deducir que la ermita se construyó entre una fuente y una importante vía ganadera.[2] DescripciónConstrucción relativamente moderna, probable reconstrucción o ampliación de otra anterior, con planta alargada, orientada según la tradición antigua –cabecera (este), pies (oeste)-, con cubierta de teja árabe que vierte a dos aguas y ábside octogonal:
El faldón que vierte al sur se alarga para cubrir el atrio exterior (soportal), donde se halla la entrada principal y única del ermitorio. Respecto de la «cúpula octogonal» de la ermita de la Virgen de Santerón cabe decir que existe otra de similares características arquitectónicas en Alcalá de la Vega, nombrada «Nuestra Señora de Alcalá». Sobre las construcciones de este tipo –iglesias redondas, cúpulas octogonales- siempre ronda el mito o la creencia de su vinculación templaria. Anexa por los pies hay una construcción de factura reciente, que ocupa parte del solar de la antigua «casa del santero» o ermitaño –que se comunicaba con el ermitorio por una puerta abierta bajo el coro-, derruida en los años sesenta (del siglo XX), tiempo por el que talaron también el viejo olmo común (Ulmus minor) de la placeta.[4] Los muros de la ermita son de mampostería, enlucidos y jalbegados, con zócalo a modo de rodapiés. Al interior se accede mediante un portón de dos hojas, el piso está enlosado, aunque antiguamente era de tierra batida y luego cementado. En la parte posterior (pies) se halla el coro elevado, con balaustrada de madera torneada. El alfarje posee dos gruesas vigas con zapatas sujetando la viguería del piso, basado en tabicas y jaldetas con sencillos canecillos. Desde el coro se observa la nave central y única progresando hacia la cabecera mediante cuatro tramos de viguería. La cobertura interior se halla enlucida de yeso, respondiendo a la típica armadura de las cubiertas a dos aguas, «tipo parhilera», con pendolones centrales, apoyados en sobre tirantes, y estribos laterales embebidos.[2] Un sólido arco toral en piedra labrada, con impostas voladas en el soporte, separa la nave del presbiterio. Destacan un pequeño púlpito de obra adosado en la parte de la epístola, antes del arco. El presbiterio se halla elevado un escalón sobre el nivel del piso de la nave, posee una amplia cúpula octogonal con vistoso artesonado policromo en madera, combinando tonos rojizos, azules y blancos, con estrellas de ocho puntas y motivos florales en los casetones. La cúpula se apoya en pendolón central. La estructura posee una fecha (1898), que puede corresponder al año de la pintura o restauración, ya que la armazón se considera más antigua. El presbiterio posee un altar exento en el centro, delante de otro de obra adosado en la parte del testero, sobre el que hay una hornacina encristalada para la imagen de la Virgen, enmarcada por columnas doradas, torneadas. A la epístola del espacio presbiteral se abre la sacristía, recinto de techo más bajo con cimbras con mobiliario. Frente a la ermita hay un pradillo que se extiende hacia las casas del «Rento de Santerón», en cuyo extremo meridional puede verse un gran cubo de piedra labrada en una sola pieza. El monolito se conoce como «Mesa de la Virgen», ya que sirve para reposar las andas en la procesión de Pentecostés:
La ermita de Santerón se halla en el centro de una finca de propiedad particular dedicada al cultivo de cereal, pero el edificio es de propiedad municipal. Celebración y culto
Tanto para la celebración anual (Pentecostés, por «Pascua Granada»), como en los «Septenarios» acude mucha gente de los pueblos circunvecinos, aunque los que participan de la tradición santeroniana son seis-Algarra, Casas de Garcimolina, El Cubillo y Salvacañete por Cuenca, y Vallanca y su anexo de Negrón por Valencia- de ambas vertientes de la sierra de Santerón. A la hora de la comida, tras la celebración religiosa, los vecinos de cada localidad se colocan en distintos lugares, atendiendo a una antigua distribución:
ConclusiónLa erección de un santuario en el mismo lugar físico donde ha tenido lugar la hierofanía –«aparición» o manifestación de la Divinidad, «hallazgo de imagen»- es una constante en las manifestaciones marianas tradicionales, en lo que colabora el entorno físico -hábitat, paisaje, medio natural- donde ha tenido lugar el fenómeno.[7] La ubicación de la ermita de la Virgen de Santerón reúne suficientes características (naturales, geográficas, arquitetónicas, rituales...) para ser considera un lugar especial, incluso mágico –extraordinario, sorprendente-, hasta el punto de que algunos han llegado a preguntarse: ¿Tiene la celebración de la Virgen de Santerón su precedente en la celtiberia? Sea como fuere, según Jean Markale, alias del investigador francés Jean Bertrand (1928-2008), hay un hecho cierto en la historia de las religiones: «los santuarios raramente se desplazan y las nuevas religiones recuperan lugares antiguos para la construcción de nuevos edificios... Esto es debido al hecho de que un lugar sagrado sigue siendo sagrado incluso si la religión ha cambiado».[8] Véase también
Referencias
Bibliografía
Galería
Enlaces externos
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