”Se interesa en primer término por una fotografía de lograda sugestión y por un movimiento de cámara inquieto, y si el tratamiento del argumento en sí no alcanza a plasmarse de manera convincente, no hay dudas que se consiguen buenos efectos.”[2]
”Efectista…Sin ser un modelo del género, fuerza es amitir valores en esta producción…Nathán Pinzón, cumpliendo….un esfuerzo ponderable en la composición de un personaje de nada fácil expresión”[2]
A su vez, Manrupe y Portela escriben:
”Ciegos que caen por escaleras, enanos y deformes, persecuciones en las cloacas y adulterio consentido por una mujer lisiada. Visualmente, entre las mejores películas argentinas, y olvidada casi siempre a la hora de hacer listas. Viñoly Barreto filmó para que Buenos Aires no lo pareciera y logró separarse de Lang, consiguiendo una obra maldita, expresionista y nunca igualada en lo formal. En el cast sobresalen Nathán Pinzón en el papel de su vida y Escalada por lo mal que actúa.”[2]
Manrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2001). Un diccionario de films argentinos (1930-1995). Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 603. ISBN950-05-0896-6.