Destrucción israelí de cementerios y necroviolencia contra los palestinosEl ejército israelí ha destruido o dañado al menos dieciséis cementerios en la Franja de Gaza[1] durante la guerra entre Israel y Gaza de 2023-24, según lo determinado por diversas investigaciones realizadas por CNN, The New York Times y el Euro-Mediterranean Human Rights Monitor. Según Israel, la destrucción que ha llevado a cabo de los cementerios gazatíes ha tenido como objetivo principal buscar los cadáveres de los rehenes israelíes y, en el caso del cementerio de Beit Hanun, destruir lo que afirmaban que era un centro de mando Hamás en un túnel que se encontraba directamente bajo el cementerio. Sin embargo, el ejército israelí no presentó pruebas al respecto y CNN no pudo verificar la ubicación de dicho túnel después de buscar sin resultado una entrada al mismo en los terrenos del cementerio.[2] En términos más generales, hay informes de diversas formas de necroviolencia contra los cadáveres de palestinos en la actual ocupación de Cisjordania y de la Franja de Gaza. Además de la profanación o destrucción de cementerios, estas prácticas incluyen la denegación de la entrega de los cadáveres palestinos a sus familias y los llamados «cementerios de números», donde las tumbas están marcadas sólo con números y no con nombres, deshumanizando así a los fallecidos.[3][4] Destrucción de cementerios en la Franja de GazaIsrael ha llevado a cabo una serie de actividades militares en cementerios de la Franja de Gaza, incluido el establecimiento de bases militares y, según el propio ejército israelí, la exhumación de cadáveres con el fin de intentar localizar los cuerpos de los rehenes. En palabras del ejército israelí, se han llevado a cabo «operaciones precisas de rescate de rehenes en los lugares específicos donde la información indicaba que podían estar ubicados los cuerpos de los rehenes».[5][6] La destrucción deliberada de lugares sagrados es un crimen de guerra si se realiza sin necesidad militar.[7][8]
En diciembre de 2023, The New York Times publicó un informe en el que denunciaba que las fuerzas israelíes habían arrasado ya seis cementerios en la Franja de Gaza: [6]
The New York Times informó de que en el cementerio de Shujaiya, un barrio de la ciudad de Gaza, las fuerzas israelíes arrasaron parte del cementerio tunecino; en un cementerio más pequeño, también en Shujaiya, vehículos militares israelíes destruyeron decenas de tumbas; en el cementerio de Al-Faluja las fuerzas israelíes dañaron numerosas tumbas; también destruyeron parte del cementerio de Beit Hanun, en el norte de la Franja de Gaza; además demolieron los cementerios de Sheikh Ijlin, en la capital gazatí, y de Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza.[12] Informe del Euro-Mediterranean Human Rights MonitorEl 16 de enero de 2024, la ONG Euro-Med Human Rights Monitor informó de la destrucción y profanación de más cementerios de Gaza que los que había citado The New York Times. En concreto, denunció la destrucción de hasta doce cementerios, aunque tan solo enumeró nueve de ellos. También informó de que se habían exvavado grandes agujeros en los cementerios como resultado de los frecuentes ataques israelíes, los cuales habían destrozado docenas de tumbas, dispersando y destrozando los cadáveres contenidos en ellas. Además, esta ONG denunció que se habían excavado tumbas y se se habían robado cadáveres de activistas palestinos en el cementerio Al-Falouja de Jabalia.[13] Rami Abdu, director del Euro-Med Human Rights Monitor, denunció la profanación del cementerio de Tuffah por parte del ejército israelí y afirmó que las excavadoras israelíes habían excavado y destruido el cementerio sin piedad. El gobierno palestino en Gaza condenó al ejército israelí por destrozar 1.100 tumbas allí, así como por robar 150 cuerpos. Además, informó de que las excavadoras israelíes habían arrasado el cementerio, lo que resultó en la profanación de los fallecidos, algo que calificó de «crimen atroz».[14] Los cementerios citados fueron los siguientes: [13]
La destrucción deliberada de lugares religiosos sin necesidad militar constituye un crimen de guerra.[6] Informe de NBCEl 17 de enero de 2024, solo un día después de la publicación del informe de Euro-Med Human Rights Monitor, la cadena estadounidense NBC informó que, a principios de esa semana, las tropas israelíes habían dañado gravemente el Cementerio Central de Jan Yunis, cerca del Hospital Nasser, arrasándolo con buldóceres, destrozando lápidas, dañando féretros y desenterrando tumbas en las que había restos humanos. El ejército israelí aseguró que el incidente era parte de una operación precisa para localizar y recuperar los cuerpos de los rehenes tomados por Hamás, y enfatizó lo que denominó un tratamiento respetuoso de los muertos, asegurando que devolvía con dignidad los cadáveres no identificados como rehenes. Ramy Abdu, presidente del Euro-Med Human Rights Monitor, informó de que el ataque, teniendo en cuenta también otros ataques previos a cementerios palestinos, indicaba que Israel «viola sistemáticamente la santidad de los fallecidos y de sus tumbas».[15] En otro informe de la cadena CNN, Israel reconoció explícitamente que estaba exhumando cadáveres de los cementerios de Gaza para comprobar si algunos de ellos eran de rehenes israelíes.[16] Informe de CNNEl 20 de enero de 2024, la cadena estadounidense CNN informó de que un total de dieciséis cementerios de Gaza habían sido dañados y publicó fotos del antes y el después de varios de ellos:[1]
En los cementerios de Al Falouja, Tuffah y el Jeque Ijlin, CNN informó de que «se encontraron lápidas destruidas y huellas que indicaban que vehículos blindados o tanques habían pasado por encima de las tumbas».[1] En el informe, la codirectora del Instituto de Derecho, Ética y Conflictos Armados de la Universidad de Oxford, Janina Dill, afirmó que atacar o destruir cementerios es una violación del derecho internacional, salvo en muy contadas ocasiones en las que el propio cementerio es un objetivo militar.[1] Otros informes y noticiasEl 16 de enero, los habitantes del distrito de Tuffah tuvieron que volver a enterrar los cadáveres de su cementerio después de que el ejército israelí los exhumara y destrozara sus tumbas.[17] A finales de ese mismo mes, la aviación israelí destruyó un cementerio islámico en Bani Suheila.[18] Versión israelíCementerio de Bani SuheilaHasta el 30 de enero de 2024, el ejército israelí no aclaró los motivos que habían llevado a las numerosas destrucciones de cementerios, al establecimiento de puestos militares en ellos, a la creación de carreteras sobre ellos, ni tampoco la presencia de vehículos militares en zonas donde anteriormente habían tumbas. Sin embargo, el ejército israelí explicó que no había una política deliberada que dictara la transformación de cementerios en puestos militares.[1] Sin embargo, ese 30 de enero, el ejército israelí afirmó haber descubierto una sala de operaciones de Hamás en un túnel subterráneo que, según afirmaba, se encontraba unos veinte metros por debajo del cementerio Bani Suheila. Israel sostuvo que el túnel contenía explosivos, puertas corredizas y alojamiento para combatientes de Hamás. Entre los supuestos descubrimientos se encontraba lo que el ejército israelí alegó que era la oficina del comandante del Batallón Oriental de la Brigada Jan Yunis y, por lo tanto, según su versión, era un centro de comando usado para los ataques del 7 de octubre. El ejército israelí también afirmó que había encontrado lo que afirma que eran salas de operaciones, una sala de guerra del batallón y dormitorios de altos oficiales de Hamás. El túnel, parte de un laberinto de túneles subterráneos construido por Hamás, fue destruido por zapadores después de ser examinado. Israel sostuvo que Hamás había utilizado el túnel para operaciones de combate contra fuerzas israelíes.[19] El ejército israelí permitió a CNN visitar el cementerio y sus alrededores durante tres horas, pero no le permitió ver la supuesta entrada del túnel que, según las autoridades israelíes, estaba dentro del cementerio. CNN visitó el túnel pero no pudo determinar si estaba debajo del cementerio o no. El ejército israelí solo permitió la entrada al túnel desde fuera del perímetro del cementerio y, posteriormente, proporcionó imágenes tomadas con un dron de esa supuesta entrada, así como de una entrada diferente fuera del perímetro. CNN retransmitió imágenes del cementerio completamente destruido, profanado y excavado, daños que según el ejército israelí fueron necesarios para encontrar y destruir el túnel.[2] Destrucción de cementerios en LíbanoEl 20 de octubre de 2024, en el contexto de la invasión israelí del Líbano de 2024, la televisión estatal libanesa NNA informaba de que unos buldóceres israelíes habían arrasado el cementerio de la localidad de Blida, a apenas unos kilómetros de la frontera con Israel.[20] Otras formas de necroviolencia israelí contra los palestinosEn la guerra entre Israel y GazaLas fuerzas israelíes ya fueron acusadas de necroviolencia en 2020, cuando una excavadora recogió un cadáver violentamente del suelo.[21] El 30 de enero de 2024, los cuerpos de 100 personas capturadas por las fuerzas israelíes fueron enterrados nuevamente en una fosa común en Rafah, y fuentes médicas informaron de que a algunos cuerpos les faltaban órganos.[22] En 2019, la Corte Suprema de Israel permitió que no se entregasen los cuerpos de presuntos agresores palestinos sus familias, lo que llevó a Defense for Children International a afirmar que las autoridades israelíes estaban violando el derecho internacional humanitario y los derechos humanos confiscando el cuerpo de un niño palestino de 14 años en Cisjordania.[23] En febrero de 2024, Emek Shaveh, una ONG de arqueólogos israelíes, denunció que los judíos ortodoxos de Jerusalén Oeste habían asaltado un santuario musulmán y vandalizado las tumbas musulmanas.[24] En marzo, un ataque aéreo israelí de un F-16 contra un cementerio construido recientemente en Jabalia provocó que restos humanos salieran del suelo y fuese necesario volver a enterrarlos.[25][26] El 7 de marzo, Israel devolvió los cadáveres de 47 personas cuyos cuerpos habían sido incautados durante el asalto del Hospital Nasser.[27] El 9 de marzo, se registró cómo colonos israelíes destrozaban y profanaban lápidas en el cementerio Bab al-Rahma, en Jerusalén Este.[28] En abril de 2024, el Ministerio de Asuntos Religiosos de Gaza declaró que el ejército israelí había mutilado cadáveres, incluidas decapitaciones y desmembramientos post mortem.[29] El 5 de agosto, las autoridades palestinas denunciaron que las tropas israelíes se habían llevado más de 2000 cadáveres de docenas cementerios gazatíes en el curso de la guerra, y que muchos de ellos habían sido devueltos «profanados».[30] En CisjordaniaEl 20 de septiembre de 2024, las tropas israelíes abatieron a tres milicianos en el curso de una incursión en la localidad de Qabatiya, en la gobernación de Yenín. Para bajar los cadáveres de las azoteas, primero recurrieron a buldóceres que no lograron derribar los edificios, por lo que varios soldados subieron a las azoteas y lanzaron desde allí los cadáveres al suelo. La secuencia fue grabada en vídeo y difundida por un periodista de Associated Press. Según el derecho internacional, los cuerpos de los combatientes deben ser siempre tratados con dignidad.[31] Métodos de necroviolencia israelí en cursoAymun Moosavi, estudiante de Estudios de Conflictos Internacionales en el King's College de Londres,[3] y Randa May Wahbe, candidata al doctorado en antropología de la Universidad de Harvard, han descrito la necroviolencia israelí como un proceso continuo e ininterrumpido que incluye:[4]
Véase también
Referencias
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