Demografía de la Unión EuropeaLa demografía de la Unión Europea contiene las bases del estudio sobre la población europea en distintos campos, como puede ser la cuantificación demográfica y la cualitativa, es decir las cualidades en su estado laboral, su renta, su edad, etc. En 2023, la población total de la UE era aproximadamente de 448 millones de personas[1], ocupando el tercer puesto en población a nivel mundial. Además en la UE la esperanza de vida es una de las más altas del mundo (81,3 años de vida),[2] y disfruta de un muy alto Índice de Desarrollo Humano. Sin embargo, en 2020 la UE perdió más de 10 % de su población como consecuencia de la secesión del Reino Unido de la Unión.[3]
El número de habitantes de la Unión podrá incrementarse en el próximo decenio, en parte debido a la inmigración pero sobre todo gracias al proceso de ampliación, que podría dar cabida a Islandia, a Albania, a varios estados de la antigua República Federal Socialista de Yugoslavia (Serbia, Macedonia del Norte, Bosnia y Herzegovina, Montenegro y Kosovo) e incluso a Turquía, con lo cual el total de la población de la Unión aumentará en cerca de 100 millones de habitantes. En cuanto a la urbanización, el área metropolitana más poblada es la de París que cuenta con más de 10 millones de habitantes. Población de la Unión Europea
La ciudadanía de la Unión depende de la posesión de la nacionalidad de uno de los Estados miembros.[9] En otras palabras, quien tiene la nacionalidad de un Estado miembro ostenta también la ciudadanía europea. Además de contar con la tercera población mundial por detrás de China y la India, la esperanza de vida en la UE es de las más altas del mundo y un Índice de Desarrollo Humano que va de alto a muy alto, dependiendo del Estado miembro. La elevada esperanza de vida y el bajo índice de mortalidad infantil en la UE muestran que la baja tasa de mortalidad es debida a los avances en los ámbitos de la economía, la salud y la educación. En cuanto al futuro demográfico de la UE, su número de habitantes deberá incrementarse sustancialmente en el próximo decenio, en parte debido a la inmigración pero sobre todo gracias al proceso de ampliación, que podría dar cabida a la adhesión de Turquía y varios estados de la ex Yugoslavia, con lo cual la población total de la UE aumentará en más de 100 millones de habitantes. Antes de la salida del Reino Unido en enero de 2020, la UE alcanzó los 514 345 371 habitantes[1]. Véase también: Pobreza y exclusión social en la Unión Europea
Crecimiento natural y migraciónAntes de 2010En 2003, en los Estados miembros de la UE-28 el número de nacimientos superó al de defunciones en menos de 100 000, con lo que el crecimiento natural de la población prácticamente se había equilibrado.[10] En la mayoría de los países del Sur de Europa se ha producido un cambio desde una situación de altos índices de nacimientos y defunciones a una de bajas tasas de nacimientos y defunciones, aunque este fenómeno apareció décadas después que en otros países europeos más desarrollados. Actualmente ninguno de los países miembros de la Unión Europea registra niveles suficientes de natalidad.[11] Aun así, los niveles de natalidad están creciendo en los últimos años, lo que junto con la inmigración, hace que el crecimiento de la Unión Europea sea positivo.[12] En España, la natalidad se redujo en más de la mitad entre 1960 y 1990, de 21,7 a 10,2 nacimientos por mil habitantes. En ningún otro país de la Unión la tasa de nacimiento bajó tanto como en España, pero por otra parte este país ostenta la mayor tasa inmigratoria (2003).[12] En 1900 la esperanza de vida en España era de 35 años, la continua caída en la tasa de mortalidad la elevó a 62 años en 1950, para llegar en 1985 casi a los 80 años para las mujeres y 73 para los hombres. Antes de la ampliación de 2004, la población de la Unión crecía a una tasa anual de 0,23 % (2,3 por mil) debido principalmente al incremento de la población inmigrante cuyo saldo adicional en el año 2000 fue de 735 000 personas, mientras que el crecimiento natural de la población, durante el mismo año, fue de 372 000 habitantes. Sobre la tasa de crecimiento natural de la población debe anotarse que la tasa de natalidad de casi todos los países de la Unión está creciendo,[12] con excepción de Alemania, Italia, Grecia y Suecia. Las tasas más altas de natalidad se observan en Irlanda (16,1 nacidos por mil habitantes),[13] Francia (12,29)[14] y Países Bajos (10,2).[15] En el otro extremo aparecen Alemania (8,3)[16] y Grecia (9,1).[17] La inmigración fue responsable de aproximadamente tres cuartas partes del crecimiento total del número de habitantes de la UE, según datos de 2001.[18] Alemania y España fueron los principales responsables de este crecimiento en términos absolutos con cerca de 230 000 inmigrantes netos cada uno (sumados suponen el 44% del total).[19] Sin embargo en términos porcentuales, los mayores crecimientos se dan en Luxemburgo y Portugal (ambos con 6,7 inmigrantes por cada 1000 habitantes), seguidos de España (5,6) e Irlanda (5,1). Aunque aún con migración neta positiva, las menores tasas se dan en Francia, Bélgica y Países Bajos. La media de la Unión Europea se cifra en 3 inmigrantes por cada 1000 habitantes.[19] Considerando tanto el crecimiento vegetativo como el saldo migratorio, los países que más crecieron en 2010 han sido Irlanda y Luxemburgo, y los que menos Alemania e Italia.[20] Desde 2010Con la llegada de la Gran Recesión el crecimiento natural de la población disminuyó de 578 000 a 82 000 (entre 2008 y 2013), aunque repuntó a 191 000 en 2014.[10] Sobre la tasa de crecimiento natural, en 2013 se registraron en la UE 5,1 millones de nacimientos. La tasa bruta de natalidad disminuyó en relación con 2012, pasando de 10,4 a 10,0 nacimientos por 1000 habitantes.[6] Las tasas de natalidad más elevadas se registraron en Irlanda (15,0 por 1000 habitantes), Francia (12,3) y el Reino Unido (12,2). En el otro extremo aparecen Portugal (7,9), Alemania, Grecia e Italia (8,5 cada uno).[6] Así, considerando solamente el crecimiento natural, los Estados que más crecieron en 2013 han sido Irlanda, Chipre, Luxemburgo y Francia. Por otra parte, trece Estados registraron un crecimiento natural negativo (más defunciones que nacimientos). Los más importantes fueron en Bulgaria, Letonia, Lituania, Hungría, Rumania y Alemania.[6] Por otra parte, en 2010 el Reino Unido y España fueron los principales centros de crecimiento demográfico de origen inmigratorio, seguidos por Italia y Alemania. Esos cuatro países sumaron conjuntamente el 61,9 % de los aproximadamente tres millones cien mil personas que inmigraron a uno de los Estados miembros de la UE.[21] Sin embargo, en términos porcentuales los mayores crecimientos se dieron en Luxemburgo, Chipre y Malta.[21] La media de la UE se cifra en 6,2 inmigrantes por cada 1000 habitantes.[21] En la mayor parte de los Estados miembros, la mayoría de los no nacionales tienen la nacionalidad de países que no pertenecen a la UE. En 2011, los ciudadanos de otros Estados miembros de la UE representaban la mayor parte de los no nacionales residentes en Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Hungría, Irlanda y Luxemburgo.[22] En cuanto a los Estados donde la proporción de ciudadanos de terceros países es particularmente importante, sobresale el caso de Estonia y Letonia, debido al elevado número de no nacionales reconocidos (principalmente ciudadanos de la ex-Unión Soviética que no han adquirido la nacionalidad letona o estonia, ni ninguna otra).[22] Por continente de origen de los ciudadanos, la mayor proporción (37,2 %) de terceros países que viven en la UE, eran nacionales de un país europeo no perteneciente a la UE-27. Aproximadamente 7,5 millones de personas de países europeos no miembros residían en la UE en 2011; entre estos, más de la mitad eran ciudadanos de Albania, Turquía y Ucrania.[22] El segundo mayor grupo procedía de África (24,9 %), seguida de Asia (21,3 %), América (15,8 %) y Oceanía (0,8 %). Más del 50% de los africanos que vivían en la UE procedían del África del Norte, especialmente de Argelia o Marruecos.[22] Los asiáticos por su parte procedían principalmente de Asia del Sur y oriental, en particular de China o la India. Los ciudadanos de Brasil, Ecuador y Estados Unidos constituían la mayor parte de los no nacionales procedentes de América.[22] Como evolución demográfica, entre 1960 y 2014 la población de los Estados miembros se ha incrementado.[23] En los últimos años debido a la crisis económica del 2008-09 el número de inmigrantes ha descendido en países como España,[24] llegando incluso a producirse un proceso migratorio de estos países hacia otros europeos como Alemania.[25] Véase también: Crisis migratoria en Europa
Estimaciones futurasSegún un informe de Eurostat, la población de la UE-27 pasará de los 501 millones de habitantes en enero de 2010 a 525 millones en 2035, hasta alcanzar 526 millones de habitantes en 2040. Luego irá descendiendo hasta los 517 millones en el 2060. Así, en 2060, los Estados miembros más poblados serían Francia (74 millones), Alemania (66 millones), Italia (65 millones) y España (52 millones).[26] También de acuerdo con el informe, la población de la UE-27 continuará envejeciendo y la parte de población mayor de 65 años pasará del 17% en 2010 al 30% en 2060 mientras que los mayores de 80 años pasarán de 5% al 12% durante ese período.[26] Diversidad étnicaLa UE presenta una importante diversidad étnica. Si bien las primeras ampliaciones de la UE estuvieron reservadas a países con una mayor homogeneidad étnico-nacional, las más recientes han incorporado Estados con sociedades multiétnicas y plurinacionales.[27] Dentro de este contexto en la UE se utiliza el término “minorías nacionales” entendido como grupos étnicos que habitan en un Estado determinado y que normalmente están vinculados a una nación que ha constituido su propio Estado. Así, las minorías nacionales se han definido por oposición a las minorías étnicas de formadas por inmigrantes, siendo distintivo de las primeras su arraigo a un territorio con características culturales y lingüísticas diferenciadas.[27] LenguasEsta sección es un extracto de Lenguas oficiales de la Unión Europea.[editar] Las lenguas oficiales de la Unión Europea[28] son los 24 idiomas oficiales de dicha organización en los que están redactados sus Tratados constitutivos y su legislación derivada, y que se usan también como lenguas de trabajo.[29] Son un número inferior al de Estados de la Unión, ya que varios de éstos comparten idiomas. Sin embargo, en la Comisión Europea, por ejemplo, el Colegio de Comisarios negocia sobre la base de documentos presentados en inglés, francés, alemán, italiano y español. Cada Estado tiene derecho a inscribir una lengua como oficial, pese a lo cual la salida del Reino Unido de la Unión en 2020 no supuso la eliminación del inglés como lengua oficial.[29] Es así que de facto las principales lenguas oficiales y de trabajo son el inglés y el francés, tanto por su uso hablado, así como por su uso en la primera redacción de los documentos oficiales. En total, el inglés es la lengua más hablada en la UE (seguida por el francés), sin embargo la lengua materna más hablada es el alemán [30] (seguida por el francés). Como consecuencia de esta influencia, las tres "lenguas de trabajo" de la UE son el inglés, el francés y el alemán. Sin embargo, en los Estados miembros se utilizan, además de los 24 idiomas señalados, unas 60 lenguas más,[28] cooficiales solo en parte del territorio o no oficiales (lenguas regionales y minoritarias). Una de las políticas claves de la UE es la de promover el aprendizaje entre sus ciudadanos de por lo menos dos idiomas aparte de su lengua materna.[28] El objetivo no es únicamente facilitar la comunicación entre ciudadanos, sino también fomentar una mayor tolerancia hacia los demás y un respeto para la diversidad cultural y lingüística de la Unión.[28] Varios programas de cooperación promueven el aprendizaje de los idiomas y la diversidad lingüística en la UE y sus Estados miembros se han comprometido a potenciar la cooperación en el ámbito del multilingüismo social e individual y a mejorar la eficacia de la enseñanza de lenguas en sus escuelas.[31] De alguna manera, de esto habla su lema "unida en la diversidad" (latín: «In varietate concordia»).ReligiónEsta sección es un extracto de Religión en la Unión Europea.[editar]
La religión en la Unión Europea se practica en el marco de la libertad de culto garantizada por cada Estado miembro de la organización.[34] Sin embargo, mediante el artículo 17 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), la Unión cuenta con un fundamento jurídico para un diálogo regular entre sus instituciones y las iglesias, asociaciones religiosas y organizaciones filosóficas o no confesionales.[35] El Parlamento Europeo ha definido la laicidad como «la estricta separación de las autoridades religiosas y políticas», lo que según dicha institución conlleva el rechazo de “cualquier injerencia religiosa en el funcionamiento de las instituciones públicas, así como de cualquier injerencia pública en materia religiosa”. No obstante este principio esta sometido al objetivo primordial de “hacer respetar las normas de seguridad y preservar el orden público”.[34] En los 27 Estados miembros de la Unión Europea, así como de los Estados en negociaciones de adhesión (Albania, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia, existen algunas diferencias por motivos religiosos entre sus habitantes. En general, la mayoría de ciudadanos europeos que profesan alguna religión se adscriben al cristianismo, en alguna de sus diferentes ramas (católica, protestante u ortodoxa). Así, mientras que en algunos países como Italia, España, Francia o Irlanda predomina la religión católica; en otros como Suecia o Dinamarca predomina la religión protestante,[36] y en otros como Grecia o Rumania la religión ortodoxa. Además, el porcentaje de agnósticos y ateos en los estados de la UE también varía según el estado en el que se encuentre. Por otra parte se encuentran casos, como Dinamarca, donde existe una religión de carácter estatal.[37] La aconfesionalidad del estado no es por tanto un requisito para entrar en la Unión (siendo este un aspecto interno de cada país) pero sí que se garantice la libertad religiosa para cualquier credo, según recoge la Carta de los Derechos Fundamentales.[33]Núcleos urbanosLas aglomeraciones urbanas están formadas por un territorio con una densidad de población alta pero variable según las zonas y que no se organiza necesariamente en torno a un núcleo central. Por su parte, un área metropolitana es una región altamente poblada que generalmente posee una ciudad central que da nombre al área y una serie de ciudades satélites que pueden funcionar como ciudades dormitorio, industriales, comerciales y servicios, todo ello organizado de una manera más o menos centralizada. El concepto de área metropolitana no es excluyente con el de aglomeración, pudiendo una ciudad formar parte de ambas. De los Estados candidatos, solo Turquía tendría áreas urbanas entre las 20 más pobladas de la Unión, concretamente Estambul, Ankara y Esmirna. Véase también: Urbanismo en la Unión Europea
Esperanza de vidaEn la Unión Europea la esperanza de vida es de las más altas del mundo, con 81,3 años de vida media (78,5 para los hombres y 84,0 en el caso de las mujeres),[2] y un Índice de Desarrollo Humano superior al de las potencias emergentes y al de Estados Unidos. Véase también
Referencias
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