La población estimada de la República de Chile por la demografía de acuerdo al censo de 2017 era de 17 574 003 habitantes,[8]
con una densidad de 23,24 hab/km². De ellos, aproximadamente el 40 % se concentra en la Región Metropolitana de Santiago. También hay 1 492 522 de personas de origen extranjero estimación al
31 de diciembre de 2019.[9]
Las estadísticas oficiales recogidas por el censo consideran la pertenencia a pueblos indígenas u originarios, más no la identificación con otros grupos fuera del estándar de la nacionalidadchilena.[10][11]
La población que se declara no indígena representa un 88,9% del total. Respecto a los pueblos indígenas, un 9,1% se declaró mapuche, 0,7% aymara y 1% perteneciente a otros pueblos indígenas, entre ellos los rapanui, atacameños, quechuas, kollas, diaguitas, kawésqar, yaganes o yámanas.[12]
Sin embargo, es preciso considerar que la identificación con la chilenidad está principalmente supeditada por referencias culturales y dialectales, como también por las costumbres y hábitos de cada sujeto. En conjunto, aquello ha dialogado con las distintas construcciones identitarias en torno a la nacionalidad, incluyendo perspectivas eurocéntricas y la exaltación del mestizaje como instrumentos de diferenciación racial.[13]
Las estimaciones sobre la población chilena representan ideas ajustadas a elementos inestables y variables a través del tiempo. No obstante, es posible reconocer patrones entre cada una de ellas:
El doctor en estudios latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Francisco Lizcano, considera a Chile un país principalmente criollo en términos culturales y ancestrales, aunque con una fuerte presencia del mestizaje y las etnias indígenas.[14]
El profesor Joaquín Bosque Maurel afirmó la existencia de una mayoría criolla[15] a partir de la ponencia del catedrático también español Eugenio García Zarza sobre las migraciones en Iberoamérica.[16]
El antropólogo y profesor español Claudio Esteva Fabregat, de la Universidad de Barcelona, consideró en 1981 que en el norte de Chile predomina un mestizaje equilibrado mientras que en el resto del país el mestizaje es de carácter abrumadoramente hispánico.[17]
Por otra parte, el historiador chileno Gabriel Salazar retrata una disparidad fundacional entre criollos y mestizos, en la que prima la desigualdad territorial y es causal de una invisibilización sistémica. Si bien no define mayorías ni minorías, considera al pueblo mestizo como una masa importante de personas en busca de rehabitar los espacios históricamente negados.[18]
Según el informe sobre Chile confeccionado por la Corporación Latinobarómetro el 2020 y, con base en una encuesta de autopercepción, un 52% del total encuestado declaró ser blanco, un 26% mestizo, 6% indígena, 1% mulato, 2% otro y un 14% no supo o no respondió frente a la pregunta ¿a qué raza/etnia se considera perteneciente usted?[19]
Se desprende que la población chilena es producto de una paulatina sucesión de intercambios interétnicos entre dos principales actores: el colono mediterráneo de origen español y el indígena nativo de los territorios que hoy corresponden al Chile moderno.
Historia
Población histórica
Año
Población
±%
1800
750 000
—
1810
800 000
—
1835
1 010 336
—
1843
1 083 801
—
1854
1 439 120
—
1865
1 819 223
—
1875
2 075 971
—
1885
2 507 005
—
1895
2 695 625
—
1907
3 231 022
—
1920
3 730 235
—
1930
4 287 445
—
1940
5 023 539
—
1952
5 932 995
—
1960
7 374 115
—
1970
8 884 768
—
1982
11 329 736
—
1992
13 348 401
—
2002
15 116 435
—
2012
16 572 475
—
2017
17 574 003
—
Desde 1992, los censos de Chile consultan acerca de la pertencia a un grupo étnico indígena, pero no hay datos sobre la etnia del resto de la población. No obstante, ciertos estudios consideran que la población no indígena restante, alrededor de un 95 % de los chilenos, se puede subdividir en dos grandes grupos, de acuerdo a su herencia genética y su aspecto: "blancos" y "mestizos". Si bien, existen diversos estudios sobre la estructura étnica en Chile, sus resultados varían de un estudio a otro, y de una estimación a otra. Así, por ejemplo, una estimación del profesor mexicano Francisco Lizcano, de la Universidad Nacional Autónoma de México, calcula que el 52,7 % de los chilenos serían criollos, el 39,3 % sería mestizo y un 8 % sería indígena.[20] un estudio de la Universidad de Chile identifica al 64 % de los chilenos sería caucásico, 35 % sería mestizo y 5 % sería indígena.[21]
El antropólogo y profesor español Claudio Esteva Fabregat, de la Universidad de Barcelona, considera que culturalmente en el norte de Chile predomina un mestizaje equilibrado, y que en el resto del país el mestizaje es abrumadoramente hispánico.[22] Mientras que el profesor español Joaquín Bosque Maurel concluye una notable mayoría criolla,[23] citando el libro y estudios del catedrático español Eugenio García Zarza. (1992), Las migraciones en Ibero América[24]
De acuerdo a estudios de opinión, los propios chilenos se ven a sí mismos como mayoritariamente blancos. En la encuesta Latinobarómetro de 2007 un 53 % declaró que era "blanco", un 33 % que era mestizo".[25] En 2011 volvió a consultar a los chilenos, "¿a qué raza se considera perteneciente usted?"; el 59 % dijo ser "blanco", el 29 % "mestizo" y el 6 % se declaró "indígena".[26]
Gráfica de evolución demográfica de Chile entre 1835 y
Historia etnográfica de Chile
Durante el período colonial, la Corona española consideró necesario mantener un flujo continuo de soldados para proteger sus lejanas colonias americanas de los indígenas aún no sometidos, y de los corsarios que prestaban servicios a potencias europeas rivales. De hecho, se estableció especialmente para Chile un ejército de carácter permanente y profesional, con un gran número de efectivos. Los españoles llegaron de todas las regiones de España, especialmente desde Andalucía, Extremadura, el País Vasco, el Principado de Asturias, Navarra y las dos Castillas. Gran parte de ellos terminaron estableciéndose en Chile como colonos campesinos después de luchar contra la resistencia mapuche a la conquista.
En el siglo XVIII se produce una masiva inmigración de civiles españoles, principalmente de origen vasco, atraída fundamentalmente por la liberalización del comercio decretada por la Corona española. En los siglos XVI y XVII los vascos constituían un 5 % de la población en Chile (3.5,1 % procedentes de las Vascongadas y 1,5 % de Navarra).[27] Logrando ser el grupo regional más importante de la población chilena, desplazando a los naturales y descendientes de nacidos en las regiones de Castilla la Nueva, Castilla la Vieja y Andalucía, que eran los componentes mayoritarios de la población chilena durante el período de la Colonia. La mayoría de estos inmigrantes vascos se dedicaron en un comienzo al pequeño comercio, aunque algunos de ellos no demoraron en amasar una gran fortuna, mezclándose luego con la aristocracia criolla de origen castellano, que era dueña de la tierra. Esta nueva aristocracia castellano-vasca formaría lo que sería la base de la clase dirigente chilena.
Junto con los colonos españoles llegaron pequeños grupos de esclavos africanos, los cuales constituían el 0,3 % de la población nacional a comienzos del siglo XIX.[28] Durante las guerras de independencia muchos esclavos libertos abandonaron forzosamente el país con rumbo al Perú, ya que componían gran parte del ejército independentista. Con la abolición de la esclavitud, en 1823, cesó el flujo de inmigrantes africanos desapareciendo casi por completo la etnia negra en Chile.[29]
En el Gobierno de Agustín de Jáuregui se realiza entre 1777 y 1778 el primer empadronamiento general de población del Obispado de Santiago, entre el desierto de Atacama y el río Maule, incluyendo la provincia de Cuyo, y señalaba que la población era de 259 646 habitantes y estaba compuesta por un 73,5 % de blancos, 7,9 % de mestizos, 8,6 % de indígenas y un 9,8 % de negros. En 1784, Francisco Hurtado, Intendente de la provincia de Chiloé, realizó un empadronamiento de población de Chiloé según el cual la población ascendía a 26 703, de los cuales un 56,4 % de blancos y un 43,5 % de indígenas. Finalmente, en 1812, el Obispado de Concepción realiza un empadronamiento de población, del río Maule al sur, pero sin incluir a los habitantes de la provincia de Chiloé; el cual dio como resultado una población de 210 567, de los cuales el 86,1 % eran españoles y blancos, un 10 % de indígenas y un 3,7 % de mestizos, negros y mulatos.[30]
En 1848 ocurrió una considerable inmigración de alemanes y franceses, la inmigración alemana fue patrocinada por el gobierno chileno con propósitos de colonización para las regiones meridionales del país. Estos alemanes (también suizos y austriacos), notablemente atraídos por la composición natural de las provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue, se instalaron en las tierras regaladas por el gobierno chileno para poblar la región. También se registra un gran número de otros europeos principalmente alemanes, españoles, italianos, suizos, franceses, croatas e ingleses llegados a Chile tras la primera y Segunda Guerra Mundial, especialmente en el sur. Actualmente los descendientes de esos primeros inmigrantes viven en su mayoría en las grandes ciudades, siguiendo la lógica de concentración de la población, fenómeno que se observa progresivamente en Chile desde el siglo XX.
De acuerdo al censo de 2002 los pueblos indígenas originarios del país representan el 4,6 % de la población. La mayor parte de estos indígenas son mapuches. Los pueblos de habla aimara y quechua viven a lo largo de la frontera nortina limítrofe con Perú y Bolivia. Existen también personas de ascendencia polinésica, aborígenes del territorio chileno insular de Isla de Pascua en Oceanía.
Evolución de la población
Estos datos se basan en los resultados obtenidos por censos en la Colonia.
En 1536 se calcula que entre Copiapó y Valdivia había un millón de indígenas y se redujo a la mitad a fines del siglo.[31] Otros cálculos que incluyen el territorio desde Copiapó a Chiloé (territorio de los pueblos de lengua mapuche) hablan de 725 000 a 1 540 000 nativos y se redujo hasta dos tercios con la conquista.[32]
En 1813 se contaron 823 685 habitantes.[42][43] (En aquel entonces la población en los territorios mapuches se estimaba en 112 000 personas).[44][45]
Estos datos se basan en los resultados obtenidos por los censos realizados en el país durante su historia republicana. Entre los censos de 1835 y 1875 no se incluyó la Araucanía. Desde 1885 se incluyen la Araucanía, Arica, Antofagasta, Tarapacá y Tacna, esta última se deja de incluir desde el censo de 1930.
En 1835, primer censo oficial de la república, se contaron 1.010.336 personas.[46]
En 1843 se contaron 1 083 801 habitantes. Se estima que se omitieron 200.000 personas.[31]
En 1854 se contaron 1 439 120 habitantes.
En 1865 se contaron 1 819 223 habitantes.
En 1875 se contaron 2 075 971 habitantes.
En 1885 se contaron 2 507 005 habitantes.
En 1895 se contaron 2 695 625 habitantes.
En 1907 se contaron 3 231 531 habitantes.
En 1920 se contaron 3 730 235 habitantes.
En 1930 se contaron 4 287 445 habitantes.
En 1940 se contaron 5 023 539 habitantes.
En 1960 se contaron 7 374 115 habitantes.
En 1970 se contaron 8 884 115 habitantes.
En 1982 se contaron 11 329 736 habitantes.
En 1992 se contaron 13 348 401 habitantes.
En 2002 se contaron 15 116 435 habitantes.
En 2012 se contaron 16 572 831 habitantes (informe preliminar).
En 2017 se contaron 17 574 003 habitantes.
En 2050 se estima que la población chilena crecería a entre 19,9 y 23,7 millones, entre cálculos bajistas y alcistas.[47]
La población chilena ha aumentado mucho su expectativa de vida, a inicios del siglo XX el promedio de vida era de 35 años, cien años después es de 78 años, también se ha experimentado una baja en la tasa de natalidad. El proceso de envejecimiento de la población se producirá en toda Latinoamérica, en especial en los países del Cono Sur (por ejemplo, Argentina pasará de 4,9 millones de ancianos en 2000, a 7,8 en 2025 y 12,7 en 2050).[48]
Crecimiento de la población chilena mayor de 60 años.[49]
La inmigración europea y del medio oriente, producida durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, junto con la correspondiente a las costas atlánticas del Cono Sur, fue la más significativa de Latinoamérica, e incluye preferentemente alemanes, británicos, croatas, italianos, franceses, palestinos, judíos, griegos, holandeses, suizos, entre otros.
Según el censo de 2002, el número de extranjeros residentes en Chile ascendió a unas 184 664 personas, lo que representó el 1,2 % de la población total. Entre 2004 y 2010, la inmigración legal de países vecinos a Chile se ha convertido en la más importante,[50] incrementándose en un 50 % hasta un estimado de 365 459 personas, principalmente provenientes de Perú (136 819), Argentina (61 563), Bolivia (24 917), Ecuador (19 784) y Colombia (14 029).[51]
El contingente extranjero en Chile nunca ha sobrepasado el 4,5 % de la población (no se cuenta en este porcentaje, lógicamente, a algunos de sus descendientes que son de nacionalidad chilena de nacimiento), y las cifras de inmigración han aumentado desde 1990. Su influencia social y las consecuencias de esta prolongada llegada de personas de distintas nacionalidades, constituyen un fuerte impacto, aunque la proporción de extranjeros en Chile es incomparable con la en aquellos países europeos donde hasta 23 % (por ejemplo en Suiza) de la población es de nacionalidad extranjera.[52][53][54]
Pese a que la emigración ha disminuido durante la última década, en 2005 se determinó que 487 174 chilenos residían fuera de Chile,[55] representando cerca del 3 % de la población total estimada del país en ese año —16 267 278 habitantes—.[56] Del total de chilenos emigrados, la mayor parte se encontraba en Argentina[57] (43,3 %), Estados Unidos (16,6 %), Suecia (5,6 %), Canadá (5,2 %) y Australia (4,8 %).[55]
Dentro del país, la movilidad de la población se ha acrecentado durante las últimas décadas provocando una migración masiva desde los campos hacia las grandes ciudades del país. Mientras en las regiones del centro-sur del país, más del 80 % de su población nació en la misma región (en la Región del Biobío alcanza el 86,11 %), en la Región Metropolitana solo lo es el 71 % de la población, mientras en las regiones extremas como en la Región de Magallanes esta cifra llega solo al 55 %. La mayoría de los chilenos que se trasladaron desde sus localidades de origen a otras regiones, lo hicieron entre las décadas de los años 1960 y 1980, a raíz de problemas políticos, económicos y laborales (muchas familias en el sur, no poseían tierras, ni oficios fijos, tampoco contaban con servicios básicos). De la totalidad de chilenos emigrantes, solo un 15.7 % lo ha hecho después de 1989. La tasa de migración, (diferencia entre inmigrantes y emigrantes) llegó el año 2002 a 0.00, lo que indica una virtual igualdad entre ambos grupos.
Evolución demográfica de Chile
Aunque la población de Chile se ha quintuplicado durante el siglo XX, la tasa de crecimiento intercensal 1992-2002 fue del 1,24 % anual,[58] la que debería seguir bajando durante los próximos años. La evolución demográfica de Chile (según datos del censo 2002) ha progresado tendente a converger a un perfil de país desarrollado. De acuerdo a los últimos datos del INE en 2009 la tasa bruta de natalidad se situó en 15,0 por mil y la tasa bruta de mortalidad en un 5,4 por mil con un crecimiento natural de la población del 9,6 por mil o el 0,96 %. De esta forma se ha experimentado un notable descenso en la cantidad de nacimientos, ya que la tasa bruta de natalidad se situaba en 18,5‰ en 1997. En la región, Chile integra junto a la Argentina, Cuba y Uruguay, el grupo de países con una transición demográfica avanzada, caracterizada por poblaciones con natalidad y mortalidad moderada o baja, lo que se traduce en un crecimiento natural bajo, del orden del 1 %.[59] La pirámide de población ha evolucionado consecuentemente desde un perfil piramidal (mucha población joven y poca población vieja) a un perfil campaniforme con su base más estrecha, lo que significa un incremento notable de la población adulta con una media de edad por sobre los 30 años. En 2002, la tasa de personas mayores a 60 años fue del 11,4 %,[60] cifra superior al 9,8 % de 1992. Las proyecciones indican que en 2010 esta cifra alcanzaría casi el 13 % de la población total.[61]
Otro hecho que destaca la evolución demográfica de Chile es que según el INE, la tasa global de fecundidad en 2009 se situó en alrededor de 1,9 hijos por mujer, valor por debajo del límite del reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer. Ese valor, se ha mantenido constante en los últimos años, lo que sitúa a Chile como uno de los países con más baja fecundidad de América Latina, junto con Cuba, entre otros.
Condiciones sociales de la población
Las condiciones sociales de la población han mejorado ostensiblemente con respecto a las de hace una década en gran medida gracias al crecimiento económico, el amplio acceso al crédito[62] y a unas políticas sociales sensibles con los problemas de Chile. La tasa de mortalidad infantil se encuentra en el 7,9 ‰ en 2009.[61] El porcentaje de población en condiciones de pobreza ha caído del 45,1 % en 1987 al 15,1 % en 2009. La indigencia fue del 3,7 % ese año.[63] La esperanza de vida estimada en 2009 es una de las más altas de América Latina, que según el INE es de 78,4 años (75,7 años para los hombres y 81,2 para las mujeres). El índice de alfabetismo es del 95,8 % (2002).[58]
Los extensos barrios de infraviviendas o de construcción precaria, denominadas poblaciones callampas (o más formalmente, campamentos), surgidos en los años 1970 y 1980, han ido desapareciendo a gran velocidad por el impulso de las políticas habitacionales, que han permitido realojar a un gran número de familias en sectores de viviendas sociales con acceso a servicios de electricidad, agua potable, teléfono y comercios.
En Santiago se concentra cerca del 40 % de la población total de Chile. Su número apenas ha variado con respecto a la de hace una década, en parte por la progresiva emigración de su población desde la ciudad hacia los nuevos suburbios, San Bernando, Puente Alto, Buin, Paine, Peñaflor y Colina, entre otros. Lo que la convierte en una de las áreas metropolitanas más pobladas de América Latina y una gran aglutinadora de industria y servicios.
Segmentación socioeconómica
Oficialmente el Estado chileno, por medio del Ministerio de Desarrollo Social y Familia (MINDES), clasifica a la población en quintiles (o deciles) de ingreso autónomo, en el cual cada quintil corresponde al 20 % de los hogares ordenados por ingreso per cápita del hogar, siendo el primer quintil el 20 % más pobre, y el último quintil el 20 % más rico.[64]
Ingreso autónomo mensual, por decil de ingreso autónomo per cápita del hogar ($PCh de noviembre de 2006)
↑[Rolando Mellafe (1959): "La introducción de la esclavitud negra en Chile. Tráfico y rutas", Universidad de Chile (Departamento Historia Instituto Pedagógico). Santiago]
Tomás Thayer Ojeda: 1 070 000 a 1 540 000 habitantes, de los que 980.000 a 1 440 000 vivían al sur del Itata con un promedio de 1 155 000 personas. Otros 90 000 entre el Choapa y el Maule (1540).
Domingo Amunátegui Solar y Julián Steward: más de un millón en 1550.
Francisco Antonio Encina: 1 070 000 ha. Unos 90 mil picunches entre el Aconcagua y el Maule, 200 mil del Maule al Itata, 350 mil desde ese último río al Toltén, y desde allí a Chiloe 450 mil huilliches.
Rolando Mellafe: un millón de los que el principal núcleo demográfico era entre el Maule y Toltén.
Jorge Hidalgo: entre Concepción y Valdivia 1 320 000 y en el Chile central 124 a 130 mil en 1550.
H. Larraín: entre el Aconcagua y Chiloe estimó en 915 000 habitantes en 1540.
Sergio Villalobos: 125 mil en la región chilena central y 600 mil al sur (450 mil entre el Itata y el Toltén).
José T. Medina (cálculo apoyado por Luis Thayer Ojeda): 500 000 habitantes.
↑ abcdJuan Saldaña Villalba (Director Académico). Historia y Ciencias Sociales. Historia de Chile. Santiago de Chile: CPECH S. A., 2009, pp. 99, ISBN 978-956-8703-06-6.
En 1570 había 7 mil blancos, 10 mil mestizos, 7 mil negros, 450 mil indios encomendados y 150 mil no conquistados.
En 1590 9 mil blancos, 17 mestizos, 16 mil negros, 420 mil indios encomendados y 120 mil no sometidos.
En 1600 10 mil blancos, 20 mil mestizos, 19 mil negros, 230 mil indios encomendados y 270 mil no sometidos.
En 1620 15 mil blancos, 40 mil mestizos, 22 mil negros, 230 mil indios encomendados y 250 mil no sometidos.
↑Enciclopedia de Chile. Tomo III. Historia, Instituciones & Sociedad, ed. Océano, pp. 662, edición por Daniel Torras & Carlos Sampayo, dirección Carlos Gispert, 2001, Barcelona, España, ISBN 84-494-1076-2. Se contaron 446 861 en el obispado de Santiago, 228 000 en el de Concepción, 34.000 en Chiloé y 100.000 en la Araucanía.
↑Mestizaje al sur del mundoArchivado el 17 de noviembre de 2011 en Wayback Machine. El primer censo en Chile es conocido como el Censo de Jáuregui realizado en 1778 y establece lo siguiente: "La población del obispado de Santiago constaba de 259.646 habitantes distribuidos en la forma siguiente: 190.919 blancos o "descendientes de raza europea más o menos pura", 20 651 mestizos, 22 568 indios i 25 508 negros".
↑Thayer & Miranda, 1989: 270. La población del Cuyo incluida en el obispado de Santiago era de 55 914 habitantes.
↑INE - Censo de 1813. Introducción, pp. 4-6. En el empadronamiento de 1796 los obispados de Santiago y Concepción tenían 203 272 y 105 114 respectivamente, más 95 504 "indios no sometidos". En 1784 se habían contado en Chiloé 26.703 habitantes.
↑Luis Thayer Ojeda & Guillermo E. Miranda, ed. (1989) [1906]. Origenes de Chile: Elementos étnicos, apellidos, familias. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello, pp. 271-272. Unos 327 000 en el Obispado de Concepción, incluyendo 36 000 en Chiloé, 10 000 indígenas en misiones y 70 .000 paganos, y 550 000 en el de Santiago. La población se distribuía en 31 000 indígenas, 32 000 mestizos, 16 000 negros, mulatos y zambos y 681 000 blancos o descendientes de europeos de raza más o menos pura (sin incluir Araucanía y Chiloé). Aunque Barros Arana estimaba en 150 000 criollos sólo unos 61 000 eran de raza blanca pura, habían además 80 000 indios puros (pp. 274).
↑Francisco Xavier Ramírez, Cronicon Sacro- Imperial de Chile, Fuentes para el estudio de la colonia; transcripción de Jaime Valenzuela M., Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago, 1994, páginas 67 -71. Estimación de 1805.
↑John Miers (1826). Travels in Chile and La Plata. Londres: Cradock and Joy, pp. 481. Miers estima que la población de Chile en el tiempo de sus viajes a América del Sur (1818-1825), sin incluir las tierras de Arauco, era de alrededor de 560 000 almas distruidas de la siguiente manera: la provincia de Copiapó tenía 10 000 almas, la de Coquimbo 20 000, la de Quillota 40 000, la del Aconcagua 60 000, la de Santiago 90 000, la de Melipilla 20 000, la de Rancagua 70 000, la de Colchagua 80 000, la del Maule 50 000, la de Chillán 30 000, la del Itata 20 000, la de Rere 30 000 y la de Puchacal 40 000. No me mencionan a Valdivia y Chiloé que estaban en dicha época en poder realista y cuyas poblaciones son estimadas en 15 000 (Gabriel Guarda, 1978. Historia urbana del reino de Chile. Santiago: Andrés Bello, pp. 212) y 40 000 (Diego Barros Arana, 1856. Las campañas de Chiloé, 1820-1826. Santiago: Imprenta del Ferrocarril, pp. 13), respectivamente, en 1820.