Cárcel del puebloLas cárceles del pueblo fueron espacios usados por la organización terrorista[1][2][3] peruana Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) para recluir a las personas que secuestraban[4] con el fin de pedir un rescate monetario a cambio de su liberación[5] o para recluir a aquellas personas que se negaban a pagar el "impuesto revolucionario".[6] Las cárceles del pueblo nacieron por iniciativa de Peter Cárdenas Schulte[7] y eran administradas por Nancy Esperanza Madrid Bonilla,[8] con respaldo de Víctor Polay Campos.[9] El encargado de los secuestros era Jaime Castillo Petruzzi,[10][11] siendo Rafael Salgado Castilla el responsable operativo.[12] Las personas secuestradas y recluidas por el MRTA en las cárceles del pueblo eran torturadas por los integrantes de la organización,[8] siendo sometidos también a "juicios populares" a cargo de "tribunales revolucionarios"[13] mientras esperaban el pago del rescate.[14] Las cárceles del pueblo eran calabozos con pequeños respiraderos por donde pasaba el aire,[15] no entraba la luz del sol y la luz del foco solo se prendía cuando los integrantes del MRTA venían a arrojar las sobras del almuerzo a los rehenes.[16] Las cárceles del pueblo podían ser de concreto o madera. Según el testimonio de uno de los secuestrados recopilado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación:[13]
Además, para inducir al pago del rescate, enviaban fotos y videos[17] de los secuestrados estando estos desnudos y demacrados por el hambre y la tortura.[16] Las cárceles del pueblo no estaban ubicadas en sitios especiales sino que eran parte de los inmuebles que servían al MRTA de viviendas, centros de reuniones políticas, escuelas de adiestramiento y bases militares dentro de urbanizaciones residenciales de clase media y alta.[18] Véase también
Referencias
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