El condado de Foix comprendía el territorio alrededor de la villa homónima, surgida en el siglo IX. Entre sus anejos se encontraba el principado de Andorra, compartido con los obispos de Urgel. Por eso los presidentes de la república francesa, como herederos de los últimos condes de Foix, a través de los reyes de Francia, son copríncipes de Andorra.
Historia
Durante el periodo romano formó parte de la llamada Civitas Consoranorum que después dará nombre al condado de Conserans.
El territorio del condado perteneció inicialmente al ducado de Aquitania, y después al condado de Tolosa del cual pasó al de Carcasona en el año 983 con el Conserans. Erigido en señorío por Roger II de Cominges, conde de Carcasona, de Razés y de Couserans, en 1012, para su hijo Bernardo Roger I, este en su condición de soberano feudal, lo legó a su hijo Roger I (II de Carcasona) con el título condal.
A principios del siglo XI Roger II de Cominges, llamado el Viejo, conde de Cominges, de Couserans, de Carcasona, de Rasez y de Foix, dejó en herencia al benjamín de sus hijos, Pedro I de Foix, el Castillo de Foix, parte del condado de Razés y el condado de Couserans (testamento fechado en el año 1012).
El condado fue unido en 1290 al vizcondado de Bearne.
En 1479, Leonor I de Navarra, que se había casado con Gastón IV de Foix, conde de Foix, murió, dejando como sucesor a su nieto Francisco Febo; pero este murió muy joven, y su hermana Catalina de Navarra, al casarse con Juan III de Navarra, hizo pasar a esta casa el condado de Foix, así como la corona de Navarra. Desde ese momento, los destinos de este condado se confunden con los del reino de Navarra.
En 1589, Enrique III de Navarra y II de Foix sube al trono de Francia (como Enrique IV), pero manteniendo la separación entre los dominios navarros y asociados, y el territorio francés. En 1620, su hijo, Luis XIII de Francia y II de Navarra anexiona Navarra y sus territorios asociados a la corona francesa mediante el edicto de Pau, que mantiene las instituciones.
Blasón de los condes de Foix y vizcondes de Bearne
Notas
↑El primer escudo de armas de los condes de Foix aparece documentado en un sello pendiente de una carta de 1229 de Roger Bernardo II de Foix el Grande, tras haberse infeudado su padre Roger Bernardo I de Foix el Gordo (quien podría haber usado ya el mismo emblema en 1215)[1] a Alfonso II de Aragón en 1188, en forma de escudo conteniendo seis palos.[2] Los bastones (en su nomenclatura ibérica de la época) de los condes de Foix varían mucho en su número ya desde el blasón de Roger Bernardo II. El uso de las Barras de Aragón por parte de los condes de Foix, según señalan F. Xavier Calicó y Faustino Menéndez Pidal de Navascués, se debe a que desde 1188 estos condes rendían homenaje vasallático al rey de Aragón, estando documentados actuando a su servicio en el Reino de Aragón desde 1208.[3]
Referencias
↑Cfr. Paul la Plagne Barris, Sceaux gascons du moyen âge, Paris-Auch, 1888-1889, I, n.º 195 y L. Douët D'Arcq, «Collection de sceaux», Inventaires et documents publiés par ordre de l'Empereur, Paris, 1863-1868, n.º 662 para las armas de Roger Bernardo II de Foix y La Plagne Barris, op. cit., n.º 196 y Douët D'Arcq, n.º 661 para las de Roger Bernardo I el Gordo de 1215; apud Faustino Menéndez Pidal de Navascués, Símbolos de España, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000, capítulo «Los reyes de Aragón», p. 108, n. 158. ISBN 9788425911101
↑Véase F. Xavier Calicó, «En torno al origen del escudo de armas de los "palos" llamados comúnmente "barras"», Gaceta Numismática, vol. 61, junio de 1981; Faustino Menéndez Pidal de Navascués, «Los emblemas heráldicos en España», Revista de Historia Militar, vol. XXX, 1986, pp. 209-226 y «Palos de oro y gules», Studia in Honorem Prof. M. de Riquer, Barcelona, Jaume Vallcorba (Quaderns Crema), vol. IV, 1991, pp. 669-704; Francesco Cesare Casula, «La Corona de Aragón en el Mediterráneo (Siglos XIII-XV), II: Cerdeña», Historia 16, año X, vol. 109 (mayo de 1985), pp. 65-72; apudAlberto Montaner Frutos, El señal del rey de Aragón, historia y significado, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1995, p. 15 y n. 23 y 24. ISBN 84-7820-283-8