Concierto para piano n.º 19 (Mozart)El Concierto para piano n.º 19 en fa mayor, K. 459, de Wolfgang Amadeus Mozart fue compuesto a finales de 1784: el catálogo temático de obras que llevaba el propio Mozart indica que fue completado el 11 de diciembre (las obras que lo rodean en el catálogo Köchel son el KV 458, el Cuarteto de la caza y el KV 464, el quinto de los Cuartetos Haydn). Es conocido ocasionalmente como el segundo concierto de la coronación, debido a que Mozart lo interpretó con motivo de la coronación de Leopoldo II en Fráncfort del Meno, en octubre del año 1790. El autógrafo de la partitura se conserva en la Biblioteca de la Universidad Jagellónica de Cracovia. La primera edición fue producida por Johann Andre de Offenbach en 1794, y Breitkopf & Härtel produjo una edición en 1800. EstructuraConsta de tres movimientos:
El concierto fue escrito por Mozart para ser interpretado por él mismo: Arthur Hutchings lo denomina "atlético", combinando gracia con vigor. Está compuesto para flauta, dos oboes, dos fagotes, dos trompas, y cuerdas. Primer movimientoLa orquesta comienza lentamente con un preludio de 71 compases (Hutchings incorrectamente menciona 72), donde se exponen seis temas orquestales (A-F en las anotaciones de Hutchings), de los que el primero, rítmico y con un aire militar, se hace cada vez más importante a medida que el movimiento progresa; en efecto, su ritmo insistente domina todo el movimiento. Entonces el piano responde con su propia exposición de 116 compases, empezando con A y B, para introducir seguidamente nuevo material (temas x e y), con libres pasajes de arpegios y escalas: el esquema es ABxAyA Libre D Libre. la orquesta vuelve entonces en sí con su breve primer ritornello (22 compases) que introduce otro tema, el G: el esquema es AGAG. En la consiguiente sección central, de 35 compases, aún se introduce otro nueva tema, el H: el esquema es HAHAHA. Esto es seguido por una larga recapitulación, también de 116 compases, donde, como es típico en sus conciertos, Mozart se desvía rápidamente de una simple repetición del material previo: el esquema es ABAyADA Libre. Finalmente, el movimiento es llevado a término con el ritornello final (36 compases): AGA Cadenza EF - de ahí que los dos temas de cierre del preludio se escuchan de nuevo en el final. AnálisisPreludio (orquesta)Compases: Exposición72-79 A (piano) Primer ritornello (orquesta)189-194 A, en do mayor Sección central211-212 H (piano), en la menor Recapitulación247-254 A (piano), en fa mayor Ritornello final379-384 A Segundo movimientoEste movimiento ligero consiste en una condensada forma sonata, con una estructura ABAB (id est, como una forma sonata pero sin la sección central). Cada uno de los dos temas principales, el primero mayor, el segundo menor, es extensamente presentado y variado; Mozart varía ligeramente la segunda presentación en B para evitar una repetición exacta. El movimiento termina con el sumamente característico uso del viento-madera en tranquilas escalas ascendentes. AnálisisExposición1-10 A (orquesta) Recapitulación86-95 A (el piano primero, después ambos), tratados de diversas maneras Coda150-155 Escalas en orquesta Tercer movimientoEl movimiento, descrito por Girdlestone como el movimiento más potente del concierto,[1] está escrito en una extensa forma rondó. En contraste con el lánguido segundo movimiento, el tema está claramente definido e introducido por el piano, seguido rápidamente por los vientos. El tema introduce el motivo principal o leitmotif de esta pieza: corchea-corchea-negra, corchea-corchea-negra. Las dos corcheas de cada grupo de tres notas están a la misma altura. De hecho, este motivo rítimico es usado muy frecuentemente a lo largo de toda la pieza, una técnica similar a la que empleó Beethoven en el primer movimiento de su Sinfonía n.º 5. La orquesta se alza a continuación con el segundo tema - un pasaje escalar que es entonces presentado en una forma contrapuntística. El piano permanece en silencio durante este momento. Entonces, el piano hace su reentrada y empieza con fermatas que han de ser interpretados a una vertiginosa velocidad. La orquesta proporciona diversos acompañamientos con el motivo principal y diferentes temas. En un punto, el material de inicio vuelve y el segundo tema es interpretado de nuevo, aunque no a la misma altura ni con la misma instrumentación. El tratamiento es contrapuntístico pero algo más libre que previamente, el piano ahora interpreta junto a la orquesta. Un majestuoso pasaje del piano y a continuación de la orquesta conduce a la cadenza. Tras la cadenza viene la coda, donde el tema principal conduce poco a poco hasta la conclusión. La pieza termina con tres enfáticos acordes tocados por todos los instrumentos, incluido el piano. Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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