Chelín colonial angloamericano
El chelín colonial angloamericano o bien chelín colonial de la América británica o menos conocido como chelín de las Indias Occidentales Británicas era la unidad monetaria intermitente desde 1652 —durante la Mancomunidad de Inglaterra, Escocia e Irlanda de 1649 y continuó con la Restauración monárquica de 1660— hasta 1690, luego desde 1722 —posteriormente a la creación del Reino de Gran Bretaña en 1707— hasta 1734, desde 1762 hasta 1790, desde 1810 —posteriormente a la creación del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda en 1800— hasta 1822, desde 1831 hasta 1869 y —ya transformado en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en 1922— desde 1942 hasta 1945. Surgió originalmente por la carencia de monedas de libra esterlina y extranjeras, por lo que se comenzó con la acuñación local en 1652, inicialmente para la colonia de la bahía de Massachusetts, de unas chapecas de plata con solo dos monogramas, para ser extensible al comercio intercolonial de Nueva Inglaterra y posteriormente por su alta aceptación terminó circulando en toda la América inglesa. Con el éxito inicial de aquellas simples chapecas de plata, surgieron monedas más artísticas con el mismo año que incluían árboles como el sauce producidas desde 1652 hasta 1660 —año de la Restauración inglesa con el rey Carlos II— luego continuó el roble hasta 1667 y después el pino hasta 1684, conocidas en conjunto como «monedas del pino», además se acuñó «farthings jacobitas» de estaño en 1688 y todas circularon hasta que comenzarían a escasear, por lo cual la colonia de Massachusetts empezó a emitir en 1690 el primer papel moneda local. Posteriormente, luego del Acta de Unión que creó el Reino de Gran Bretaña en 1707, se acuñaron piezas de cobre reales llamadas «monedas de la Rosa Americana» con el rostro del rey Jorge I para la América británica desde 1722 hasta 1724 y «monedas de Hibernia» con el rostro del mismo rey que aparecieron en las colonias americanas en 1730, luego de prohibirse en el Reino de Irlanda, y de esta manera todas circularon hasta 1734, cuando caducó la patente de acuñación y ya pasaban a ser escasas. En 1762 comenzaron a circular las «monedas de voce populi» de cobre, nuevamente acuñadas para Irlanda hasta que aparecieron las primeras monedas reales y al excedente se lo envió a las colonias americanas, y en 1766 se acuñaron las fichas bancarias conmemorativas o «Pitt tokens», y tanto unas como otras circularon hasta más allá del año 1775, con el surgimiento de monedas locales y del dólar Continental en las Trece Colonias, al comenzar la guerra de Independencia de los Estados Unidos, pero al no cubrir las necesidades de numerario en el Estado de Nueva York se acuñaron fichas privadas de 1787 hasta 1790 llamadas «Machin's Mills tokens» y al ser imitaciones de monedas británicas y llevar el rostro del rey circularían también en las colonias británicas. En 1810 se acuñaron las fichas comerciales para la Norteamérica británica o «North America tokens» que circularon en las colonias remanentes de América del Norte, el Caribe y la colonia de Berbice en el norte de Sudamérica, hasta que surgió el dólar del ancla de la América británica en 1822. A partir de 1831 se acuñaron nuevamente pequeñas monedas exclusivas para la América británica pero por primera vez en plata esterlina hasta 1844, con estilo de la metrópoli, y circularon hasta 1869. Nuevamente se acuñaron pequeñas monedas exclusivamente coloniales de plata esterlina durante la Segunda Guerra Mundial desde 1942 hasta 1944. HistoriaMonedas de la bahía o del pino y primer papel moneda localEn los inicios de la colonización de América que formaba parte de las posesiones de ultramar del Reino de Inglaterra, la moneda utilizada era la libra esterlina pero como estaba prohibido la exportación de monedas de plata u oro hacia las colonias, ya que solo las de cobre se podían enviar, dependían del intercambio con la metrópoli para captar el dinero necesario para el comercio interno e intercolonial, pero como la balanza comercial era negativa para las colonias norteamericanas, todas las monedas comenzaron a escasear e inclusive los reales españoles y portugueses, por lo cual en las de Nueva Inglaterra utilizaban el trueque y luego el tabaco o las pieles de castor como dinero mercancía pero desde 1637 comenzaron a copiar a la vecina colonia neerlandesa de los Nuevos Países Bajos que comerciaban con los pueblos aborígenes usando los wampum (desde 1622). El chelín colonial angloamericano surgió por las nuevas leyes de las Actas de Navegación de 1651 que creó un monopolio comercial con la metrópoli y la consiguiente mayor escasez de numerario, esto hizo que tomara la iniciativa el comerciante John Hull. Este comenzó a acuñar unas chapecas de los peniques y chelines de plata con fecha de 1652 que se hicieron durante la Mancomunidad de Inglaterra, Escocia e Irlanda con monogramas, inicialmente para la colonia de la bahía de Massachusetts —fundada en 1630, además administraba la provincia de Nuevo Hampshire desde 1641 hasta 1680 y el establecimiento de Bristol (Maine) desde 1658, y se anexaría a la de Plymouth en 1691— con ceca en Boston y fueron llamadas «monedas de la bahía» para ser extensible al comercio entre las diferentes colonias de Nueva Inglaterra, luego se expandió por todas las colonias inglesas de la costa atlántica, pasó al mar Caribe y posteriormente circuló en toda la América inglesa.[1] Con aquel éxito inicial surgieron monedas más artísticas con el mismo año original, que incluían árboles como el sauce producidas desde 1652 hasta 1660 —fecha de la Restauración monárquica— que al asumir el rey Carlos II de Inglaterra, Escocia e Irlanda, declaró de alta traición a la Corona la acuñación colonial, pero como eran monedas de la etapa anterior no hubo consecuencias, entonces se siguió acuñando con el año de 1652 también con la figura de un roble desde 1660 hasta 1667 y con el pino desde este año hasta 1684, y fueron conocidas en conjunto por ser más popular estas últimas, como las «monedas del pino», y también circularon por toda la América inglesa hasta que comenzarían a escasear,[2] por lo cual la colonia de Massachusetts comenzó a emitir el primer papel moneda propio de la libra de Massachusetts en 1690.[3] En la excolonia neerlandesa de los Nuevos Países Bajos, que incluía a la parte meridional de Delaware desde 1631 y la antigua colonia sueca de Nueva Suecia desde 1655 —en donde había circulado el Riksdaler sueco desde 1638— se usaban los rijksdaalder neerlandeses hasta 1664,[1] fecha de la anexión como colonia británica y comenzaron a circular las «monedas del pino» excepto en 1673, cuando aconteció la reconquista neerlandesa en donde volvieron los rijksdaalder hasta el año siguiente, y con dichos territorios el rey Carlos II cedió como colonia de la corona a su hermano Jacobo, duque de York —que cubría hasta las actuales Maine por el norte y Delaware por el sur— y además en la colonia de Maryland del gobernador propietario Cecilius Calvert, II barón de Baltimore, también circularon hasta que acuñó sus propias monedas locales de la libra de Maryland con ceca en Londres que aunque figure el año 1659, circularían después de ser autorizadas desde 1661 hasta 1676, para luego retomar la circulación de las «monedas del pino».[4] El Duque de York, como nuevo gobernador propietario, para saldar una deuda entregó un territorio entre los ríos Delaware y Hudson a un nuevo gobernador propietario conocido como Lord Carteret y la otra sección a Lord Berkeley que nombraron a un único gobernador de la incipiente provincia de Nueva Jersey, pero Lord Bekerey vendió su territorio a dos cuáqueros, lo que provocó la división provincial entre este y oeste. En la provincia de Nueva Jersey Occidental un cuáquero inglés residente en Dublín llamado Mark Newby llevó una cantidad sustancial de monedas a la nueva colonia, que originalmente iban a ser para Irlanda pero no había sido posible, y fueron aprobadas para circular como el chelín de Nueva Jersey Occidental en 1682 y fueron conocidas como «monedas de San Patricio», por la imagen suya en el anverso, o «monedas de Newby».[4] La provincia de Jersey Oriental había caído bajo la dependencia de la provincia de Nueva York desde 1674 —al igual que el territorio de Delaware hasta 1682, que pasó a formar parte del incipiente gobernador propietario William Penn que fundó la nueva provincia de Pensilvania en 1681— al liberarse de los neerlandeses que la habían reconquistado un año atrás y dichas «monedas de San Patricio» fueron adoptadas por la provincia de Jersey Oriental al unirse con la de Jersey Occidental en 1702, surgiendo así la libra de Nueva Jersey (circularon a la par con otras y con el papel moneda desde 1709 hasta 1776).[4] Farthings jacobitas y dinero fiduciario localEn 1686 se centralizó a modo de virreinato el llamado Dominio de Nueva Inglaterra bajo el gobernador Edmund Andros, pero duraría pocos años (hasta 1689) y en 1688 comenzó a circular los farthings jacobitas de estaño (1⁄4 penique) que habían sido acuñados en Londres, y siguieron usándose a pesar de haber sido derrocado el rey Jacobo II de Inglaterra e Irlanda y VII de Escocia por la Revolución Gloriosa que colocó en el trono a su hija protestante María II de la dinastía Estuardo con su marido y primo Guillermo III de la Casa de Orange-Nassau, y dichas monedas valían 1⁄24 reales españoles (0,04 reales)[5] —a razón de 4 chelines = 48 peniques = 8 reales (1 dólar español)— los cuales también eran aceptados, ya que los numerarios de cobre de la libra esterlina escaseaban demasiado, y especialmente las de plata por la prohibición de su exportación desde la metrópoli y debido al exceso de importación de productos por parte de las colonias.[6] A partir de 1703, las diferentes colonias atlánticas también comenzaron a emitir sus propios papel moneda para paliar la escasez de libras esterlinas de plata y numerarios, después de Massachusetts, la segunda moneda fiduciaria en dicho año fue la libra de la provincia de Carolina[7] que también circuló en las dependientes islas Bahamas —que en 1712 pasó a ser la libra de la provincia de Carolina del Sur con dicho archipiélago hasta 1718, año en que se convirtió en colonia de la corona— le siguieron en 1709 la libra de la provincia de Connecticut, la libra de Nuevo Hampshire,[8] la libra de Nueva Jersey[9] y la libra de Nueva York,[10] en 1710 fue la libra de la colonia de Rhode Island y las Plantaciones de Providence[11] y en 1712 le siguió la libra de la provincia de Carolina del Norte (recién separada de la del sur).[12] Monedas de la rosa americana, de Hibernia y fiduciarias provincialesEl herrero William Wood fue autorizado por la carencia de numerario para la producción de unas piezas de cobre, llamadas «monedas de la rosa americana», desde 1722 hasta 1724 para la América británica y otras para el reino de Irlanda, pero en este último los peniques de cobre fueron rechazados y prohibidos en 1730, por lo cual también fueron llevados hacia el Nuevo Mundo, para ser conocidas como las «monedas de Hibernia», y todas circularon hasta 1734, cuando caducó la patente de acuñación y nuevamente los fraccionarios volverían a escasear.[13] Por entonces en la colonia de Connecticut, gracias a las minas Granby de cobre de propiedad de Samuel Higley, y para completar su libra colonial de papel moneda desde 1709, se acuñó unas fichas privadas o tokens locales de ese mineral con año impreso de 1737, con el valor de 3 peniques o sin él para que fluctúe su valor, y se las conoce como «cobres de Granby» (Granby coppers, en iglés) o «fichas de Higley» (Higley tokens, en inglés).[14] Por otro lado, nuevas colonias atlánticas comenzaron a emitir sus primeros papel moneda, en 1723 fueron la libra de la colonia de Delaware[15] y la libra de la provincia de Pensilvania[16] —fue el único que mantuvo su valor frente al oro, hasta que estalló la revolución en 1775— y le siguió en 1733 la libra de Maryland,[17] en 1735 la incipiente provincia de Georgia con su propia libra[18] —que había sido creada en 1733 y la última en independizarse en 1777— y la mayoría al estar depreciadas con el tiempo, los comerciantes ingleses se vieron obligados a aceptarlas igual, para que los colonos saldaran sus deudas, por lo que conllevó a la promulgación de la ley de moneda de 1751. La colonia de Virginia con la nueva norma emitió su primer papel moneda de la libra colonial propia recién en 1755.[19] Monedas de voce populi y fichas monetiformes de PittPosteriormente a la falta de monedas fraccionarias también en el reino de Irlanda se acuñaron con fecha de 1760, desde este año hasta 1762, las «monedas de voce populi» ya que había carencia de numerario real por el reciente fallecimiento del rey Jorge II de Gran Bretaña y hasta 1762 no llegaron con el busto del nuevo rey Jorge III, por lo que en este año fueron retiradas y llevadas a la América británica para su circulación hasta más allá del año 1775.[14] En 1766 también se acuñaron las fichas conmemorativas del conde William Pitt, que como miembro de la Cámara de los Comunes del Reino Unido fue aclamado como el defensor de las colonias, tras la derogación de la ley del Sello ese mismo año. Por ello se llamaron «Pitt tokens» y también circularon hasta más allá de 1775.[13] Dólar Continental, monedas de Vermont, fichas de Kentucky y de CastorlandEn 1775 fue el acuñamiento de las primeras monedas de la libra colonial de Virginia,[14] la cual en 1776 se unió a la causa independentista y pasó a controlar el territorio de Kentucky que había sido administrado por la provincia colonial de Pensilvania desde 1774, y en las restantes de las Trece Colonias surgió el dólar Continental, al comenzar la guerra de Independencia de los Estados Unidos, aunque también se utilizaban los dólares españoles.[20] A raíz de la disputa territorial entre los Estados de Nuevo Hampshire y de Nueva York, provocó que dicho territorio se separase de la Unión y proclamara la República de Vermont en 1785, por lo cual acuñó moneda propia de cobre en el mismo año hasta 1788 y circularon hasta que se volvió a unir a los Estado Unidos de América en 1791.[21] En 1792 fue admitido como el nuevo Estado de Kentucky, por lo que se acuñaron en Londres los centavos de cobre de las «fichas de la pirámide estrellada» o «Kentucky tokens» que circularon hasta 1796,[22] año que en el norte del Estado de Nueva York crearon un territorio para aristócratas refugiados de la Revolución francesa y acuñaron unas monedas de plata de medio dólar de Castorland —en los actuales condados de Lewis y de Jefferson— y circularon hasta 1802.[23] Fichas monetiformes de Machin y del barcoAl no cubrir las necesidades de numerario, en el Estado de Nueva York el ingeniero y empresario Thomas Machin con unos socios comenzaron a acuñar fichas privadas de cobre desde 1787 llamadas «Machin's Mills coppers» que se extendieron rápidamente por los Estados Unidos de América provocando el pánico del cobre de 1789, y al ser imitaciones de monedas británicas con muy buena calidad de cobre y llevar el rostro del rey circularían también en las colonias británicas leales hasta 1790.[21] En 1810 se acuñaron las fichas comerciales para la Norteamérica británica o «North America token» o «fichas del barco» (con año impreso de 1781 para evadir impuestos canadienses) que circularon en las colonias remanentes de América del Norte, el Caribe y la colonia de Berbice en el norte de Sudamérica,[14] hasta que surgió el dólar del ancla de la América británica en 1822.[24] Peniques de plata esterlinaEl Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda había adoptado el patrón oro en 1821 y al año siguiente creó el dólar del ancla de la América británica que aunque no se volvió a acuñar, circuló hasta después de las guerras de independencia hispanoamericanas, por lo que la fuente del dólar español y el «del ancla» comenzaron a agotarse. La última acuñación fue en la Casa de la Moneda de Potosí del Alto Perú en 1825, y en dicho año, el Imperio británico aprovechó para introducir la libra esterlina en todas las colonias, por lo que se aprobó una orden imperial para que fuera de curso legal con la tasa de cambio de un dólar español por cuatro chelines con cuatro peniques, pero no fue factible y se la despreció. En 1831 se acuñaron las primeras monedas de tres peniques de plata esterlina para todas las colonias de la América británica con un estilo de la metrópoli pero para uso exclusivo colonial,[25] el mismo año que las colonias de Berbice y de Esequibo-Demerara se unieron para formar la Guayana británica y conjuntamente comenzaron a usar dicha moneda hasta que en 1832 acuñaron su propio florín guayanés dividido en 20 stuivers.[26] En 1838 hubo que introducir una legislación correctiva para introducir la tasa más realista de un dólar español equivalente a 4 chelines con 2 peniques, sin embargo, en la Colonia de Jamaica y dependencias, en las islas Bermudas, en Honduras Británica y luego en las islas Bahamas, no se tuvo en cuenta la tasa oficial y al chelín británico se lo trataba como si fuera un cuarto de dólar español, un sistema exitoso llamado «Maccaroni» e introducido por el Banco de Nueva Escocia, por lo que en estos cuatro territorios, 1 chelín «Maccaroni» equivalía a 2 reales españoles. Los peniques coloniales de plata esterlina se acuñaron hasta 1844, 1847-1848 y 1852, si bien en el Reino Unido se comenzó a producir dichas monedas a partir de 1845 para uso propio y excepto esos tres años citados, en las colonias americanas con aquellos años circularon hasta 1869. Posteriormente a que se separara el Estado Libre Irlandés (Dominio británico hasta 1937) y se convirtiera en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en diciembre de 1922, otra vez se volvieron a acuñar durante la Segunda Guerra Mundial para uso exclusivo en las colonias británicas de América desde 1942 hasta 1945.[25] MonedasSurgidas inicialmente por la acuñación de chapecas de los peniques y chelines de plata en 1652 que se hicieron con monogramas para la colonia de la bahía de Massachusetts con ceca en Boston, para ser extensible al comercio intercolonial de Nueva Inglaterra y posteriormente circuló en toda la América británica. La paridad era a razón de 4 chelines = 48 peniques = 8 reales (1 dólar español), los cuales también eran aceptados, ya que los numerarios de la libra esterlina escaseaban demasiado, y especialmente las de plata debido al exceso de importación de productos.[6] En la lista subsiguiente se detallan cada una:
Véase también
Referencias
Bibliografía
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