Casa romana de la calle Añón de Zaragoza

Triclinium de la casa romana de la calle Añón.
Mosaico del triclinium.

La casa romana de la calle Añón de Zaragoza es un yacimiento arqueológico aparecido en mayo del año 2000 en la calle Pedro Garcés de Añón (barrio de la Magdalena) de Zaragoza que da testimonio de los restos de una domus o vivienda de carácter señorial de Caesaraugusta de época claudia (segundo cuarto del siglo I d. C.). En el Museo de Zaragoza se reconstruyó el triclinio o comedor de esta casa, a partir de los restos encontrados y los estudios arqueológicos elaborados.

Los restos arqueológicos in situ de la domus del solar excavado documentan, además del triclinium (o comedor) de la domus, un atrio y ocho estancias de habitación abiertas a un patio con impluvium o estanque, dos mosaicos (uno de ellos perteneciente al triclinium), y canalizaciones hidráulicas. Su ubicación extramuros de lo que se suponía el perímetro de las murallas de Caesaraugusta han hecho suponer que la superficie urbanizada se extendía más allá de lo que fue la ciudad romana del siglo III e incluso (según investigaciones de 2003),[1]​ que la colonia romana de Caesaraugusta del siglo I carecía de murallas.

El triclinium romano es una reconstrucción de una habitación muy representativa de la casa. Sus dimensiones son: largo de 6,6 m; ancho de 5,5 m y 3,5 m de alto. Se utilizaron en esta recreación los restos fragmentarios de la pintura mural y del techo, y los del pavimento, un mosaico tricromo geométrico situado en el centro de la pieza. La decoración pictórica pertenece a la transición entre el III y IV estilo pompeyano. En las paredes aparecen, además, imágenes volantes de amorcillos portadores de cráteras y rayos de Júpiter. En el techo se muestra a Baco acostado y acompañado por un cortejo de animales fantásticos (un hipocampo) y exóticos (dos panteras), y motivos vegetales; todo ello formando un ciclo báquico.

La casa de la calle Añón es el único edificio doméstico de Caesaraugusta donde se puede observar un conjunto homogéneo de pintura, estuco y pavimentación de mediados del siglo I d. C. Es, además, uno de los escasos ejemplos de la pintura de transición del III al IV estilo pompeyano (de la primera mitad del siglo I), que no tiene en Italia testimonios paralelos, salvo alguna muestra marginal de Herculano.

Notas

  1. Cfr. Antonio Mostalac Carrillo y María Pilar Biel Ibáñez, loc. cit. en Guillermo Fatás (dir.), Guía Histórico-Artística de Zaragoza, ed. de 2008, pág. 678:
    Durante muchos años se mantuvo que en Caesar Augusta hubo dos murallas diferentes [...] la más antigua y, por tanto de época fundacional de la Colonia, con un núcleo de opus cæmenticium y paramento exterior de sillares; y la segunda, datada en el siglo III d. C., únicamente de sillares. La colonial, en sus partes más representativas, debió de estar concluida a finales del siglo I a. C., siendo uno de los elementos fundamentales del rango y prestigio de Caesar Augusta.

    Sin embargo, en 2003, un importante trabajo de conjunto de lo que hasta ahora se sabía de la muralla [...], permitía asegurar a sus autores que la muralla fue posiblemente construida en la segunda mitad del siglo III y que la técnica de ejecución fue uniforme: cuerpo interior de opus cæmenticium con revestimiento exterior de sillería y grosor de 7 m; mientras que el lado oriental sería de sillería con 6 m de espesor.

Bibliografía

  • Corral Díaz, Rosa María, «La casa romana. El triclinio espacio de convivencia», en M. Beltrán Lloris y J. Paz Peralta (ed.), Museo de Zaragoza: Guía, Zaragoza, Gobierno de Aragón-Departamento de Cultura y Turismo, 2003, págs. 150-153.
  • Fatás, Guillermo (dir.), Guía Histórico-Artística de Zaragoza, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico»-Ayto. de Zaragoza, 2008, 4ª ed. revisada y ampliada por Antonio Mostalac Carrillo y María Pilar Biel Ibáñez, sección «Arqueología y Patrimonio histórico-artístico (1992-2008)», págs. 643-892. Cfr. especialmente el capítulo «La Colonia Caesar Augusta», págs. 669-708. ISBN 978-84-7820-948-4.