Carmen Orozco Muñoz
Carmen Orozco Muñoz, conocida como María Castro Martínez, (Valencia, 1916-1977)[1] fue una maestra y guerrillera antifranquista. TrayectoriaPertenecía a una familia de la pequeña burguesía valenciana. Cursó sus estudios en la Normal y obtuvo el título de maestra nacional.[1] Estuvo afiliada a la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE) de Valencia. Fue militante del Partido Comunista de España desde 1937 y secretaria de agitación y propaganda del partido.[2] Poco antes de finalizar la guerra se casó con Fernando Huerta.[1] Junto a él y otros miembros del PCE, entre ellos Heriberto Quiñones, intentaron reorganizar el PCE en la clandestinidad[1] pero fue detenida y trasladada a la Cárcel Provincial de Valencia a finales de 1939. Tras duros interrogatorios, su marido se intentó suicidar y lo abatieron a tiros.[2] Llevada a la Prisión de Santa Clara fue trasladada a la maternidad del Hospital Provincial para dar a luz.[3] Fue puesta en libertad condicional el 12 de julio de 1940. Huyó a Madrid, donde entró en contacto con el PCE. Colaboró con José Bartrina Villanueva en la impresión y difusión de propaganda clandestina. Se trasladó con él a Galicia por mandato del partido en septiembre de 1947. Participó en el Ejército Guerrillero de Galicia, dedicándose a tareas de propaganda clandestina junto a José Bartrina. Fue arrestada en julio de 1948. Interpuesto en el expediente 370/48, fue juzgada en La Coruña el 18 de octubre junto a José Gómez Gayoso, Antonio Seoane Sánchez, José Bartrina Villanueva, Juan José Romero Ramos, José Rodríguez Santos, Juan Martínez Montero, María Blázquez del Pozo, Clementina Gallego Abeledo y Josefina González Cudeiro.[4] Antonio Seoane Sánchez y José Gómez Gayoso fueron condenados a muerte y fusilados el 6 de noviembre.[5] Ella fue condenada a treinta años de prisión.[6] Todos ellos formaban parte de una célula comunista.[7] Pasó por las prisiones de La Coruña, Segovia, Valencia, nuevamente Segovia y finalmente Alcalá de Henares. En esta última junto a Mercedes Gómez Otero se encargó de dar clases de cultura general y de francés, como cuenta en sus memorias Guerrilleras, la ilusión de una esperanza Esperanza Martínez García.[8] Fue juzgada de nuevo en consejo de guerra en Valencia el 19 de octubre de 1950 por la causa 13811/39 por ayuda a la rebelión, quedando pendiente el proceso judicial. El 9 de octubre de 1960 obtuvo la libertad condicional mediante la aplicación de dos indultos. Fijó su residencia en Valencia. Murió en Valencia y en la revista Triunfo se le rindió tributo.[1] Referencias
Bibliografía
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