Capacidades dinámicasUna capacidad dinámica es el potencial de la empresa para resolver sistemáticamente los problemas, formado por lo propenso a tener oportunidades y amenazas, para tomar decisiones oportunas, orientadas al mercado, y para cambiar su base de recursos."[1] Este es la más reciente y completa definición, la integración de la mayoría de las investigaciones pasadas dispersas sobre el tema. ProcesosTres capacidades dinámicas son necesarias para afrontar los nuevos retos. 1.- Organizaciones y sus empleados necesitan la capacidad de aprender rápidamente y construir activos estratégicos. 2.-Nuevos activos estratégicos, como la capacidad de retroalimentación, la tecnología y los clientes tienen que ser integrados dentro de la empresa. 3.- Activos estratégicos existentes se deben de encontrar en un dinámico proceso de transformación y reconfiguración.[2] AprendizajeEl aprendizaje requiere códigos comunes de comunicación y procedimientos coordinados de búsqueda. El conocimiento de la organización reside en generar nuevos patrones de actividad, en "rutinas", o una nueva lógica de organización. Las rutinas son patrones de interacciones que representan soluciones exitosas a problemas particulares. Estos patrones de interacción son residentes en el comportamiento del grupo y algunas subrutinas pueden ser residentes en el comportamiento individual. Colaboraciones y alianzas pueden ser una fuente para el aprendizaje organizacional nueva que ayuda a las empresas a reconocer rutinas disfuncionales y evitar los puntos ciegos estratégicos.[3] Al igual que en el aprendizaje, la creación de activos estratégicos es otra capacidad dinámica. Por ejemplo, la alianza y la adquisición de rutinas puede permitir a las empresas la generación de nuevos activos estratégicos en la empresa por parte de fuentes externas. Nuevos activosLa coordinación interna eficaz y eficiente y la integración de los activos estratégicos también pueden determinar el rendimiento de una empresa. Según Garvin (1988) un rendimiento de calidad se debe a las rutinas organizativas especiales para la recolección y procesamiento de la información, para vincular la experiencia del cliente con opciones de diseño de ingeniería y de la coordinación de las fábricas y los proveedores de los componentes. Ventajas cada vez más competitivas requieren también la integración de las actividades externas y las tecnologías, por ejemplo en forma de alianzas y empresas virtuales. Zahra y Nielsen (2002) muestran que los recursos humanos internos y externos y los recursos tecnológicos están relacionados con la comercialización de tecnología.[1] La transformación de los activos existentesLa rápida evolución de los mercados requiere la capacidad de reconfigurar la estructura de la empresa y de sus activos, para llevar a cabo la necesaria transformación interna y externa (Amit y Schoemaker, 1993).[1]
El cambio es costoso y, por lo tanto, las empresas deben desarrollar procesos para detectar cambios de bajo costo. Referencias
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