Dejó como legado cinco libros de poemas: La senda encantada, Bajo la toca de lino, Letanías de la Tarde, Llamas en la noche y Poesías completas. También cuenta su obra con dos tomos de narrativa, Cuentos de amargura (1917) y Las venas del arrabal (1920). Como dramaturgo ha escrito, Los contagios (1915), Las últimas violetas (Buenos Aires: Teatro Buenos Aires, 22 de julio de 1919) con música de Andrés Gaos Berea, El puñal de los troveros (1921), Luz de hoguera, Cosas de París, y El rosal de las ruinas, entre un total de 29 obras.
Fue un gran orador: en 1909 se le encomendó asistir a la inauguración del monumento al general José de San Martín en Boulogne-sur-Mer (Francia), donde pronunció una recordada pieza oratoria que comienza: "Padre nuestro que estás en el bronce".