Becerro de las Behetrías de CastillaBecerro de las Merindades de Castilla es el título original del manuscrito al que el editor Fabián Hernández reemplazó por Becerro de las Behetrías. Junto con las Crónicas de los Reyes, es una de las obras históricas más consultadas por los investigadores de la Baja Edad Media en España. Realizado por orden del rey (1350-1366) Pedro I de Castilla, consiste en un inventario de las behetrías existentes en el territorio que entonces abarcaba el Reino de Castilla. Este manuscrito del siglo XIV, denominado “libro Becerro” por estar escrito sobre pergamino obtenido de la piel de un becerro, registra detalladamente la naturaleza y origen de la nobleza de Castilla en el último tercio de la Edad Media. Origen del libro BecerroLa mortandad de 1348 o peste negra incide negativamente en las rentas de los hidalgos de Castilla, que aprovechan el vacío de poder tras el fallecimiento, el 26 de marzo de 1350, del rey Alfonso XI y la enfermedad de su sucesor para apropiarse de las rentas reales.[1] El joven monarca Pedro I de Castilla convoca las Cortes de Valladolid de 1351, y es en esta asamblea donde el estamento de los hidalgos solicitó al rey la desaparición de las behetrías mediante su conversión en tierras solariegas.
El “status” jurídico general de los hidalgos solo era aplicable al norte del Duero ya que al sur las comunidades de villa y tierra y las condiciones de los Repartimientos en los nuevos concejos de Andalucía y Murcia. Las peticionesLo que los hidalgos piden al rey no es un nuevo reparto de las behetrías, sino la desaparición de las mismas mediante su conversión en tierras solariegas. Esto sólo podía realizarlo el rey, pues dicha conversión suponía la renuncia y cesión por parte regia de dos derechos que detentaba en las behetrías y de los que carecían las aldeas solariegas: la martiniega, de origen y carácter dominical, y la justicia de naturaleza jurisdiccional o pública. Otro tercer derecho, la fonsadera, ya se había cedido por el rey en las behetrías a los hidalgos. Las behetrías no pagaban fonsadera al rey, pero en cambio abonaban a su señor y a los naturales la divisa correspondiente, que venía a ocupar el lugar de aquella, como retribución de las obligaciones militares que los hidalgos asumían para con el rey. El resto de los impuestos: monedas, servicios y yantares recaían por igual, salvo privilegio particular, en behetrías y solariegos. Repartimiento y pesquisaEl canciller Pedro López de Ayala se ocupó de este acontecimiento en dos capítulos completos de su crónica del rey don Pedro. HistoriaEl origen del libro fueron las Cortes de Valladolid de 1351, cuando el estamento de los hidalgos solicitó al rey la desaparición de las behetrías mediante su conversión en tierras solariegas. De las varias copias manuscritas, las más antiguas son las que se conservan en los archivos de Simancas, en la biblioteca universitaria de Valladolid y en la Chancillería de Valladolid. Se inventariaron los señoríos de la mayoría de los pueblos de Castilla al norte del río Duero. El documento lista algo más de mil poblaciones agrupadas en quince merindades, pertenecientes en su mayoría a las actuales provincias de Burgos, Palencia y Cantabria, pero también de zonas de las provincias de Soria, La Rioja y Valladolid. Se detallan allí los lugares, poblados, despoblados y yermos, así como las rentas y prestaciones de los campesinos. El libro quedó sin terminar y no es exhaustivo ni en lo referente a los derechos señoriales ni a los reales. EdicionesContinuamente citado y utilizado, hasta el año 1981 no ha contado con una edición científica, la realizada por el profesor Gonzalo Martínez Díez,[3] dependiendo hasta entonces de la edición comercial realizado por el librero montañés Fabián Hernández.[4]
El manuscrito, que unánimemente se considera como el original, se encuentra en el Archivo General de Simancas bajo la signatura " PTR,LEG,93,DOC.18". Todas las demás copias existentes actualmente proceden de este. Este manuscrito se conserva incompleto, le faltan muchos folios y sobre todo adolece de un gran desorden en su foliación. Se puede consultar por internet, puesto que está completamente digitalizado. Descripción y contenido del BecerroComprende 2402 núcleos de población, en 2109 epígrafes correspondientes a las entidades principales con sus 293 aldeas distribuidas en 15 merindades, conforme a la división administrativa de la época. Los datos obtenidos son el resultado de una pesquisa en los lugares y aldeas de la Merindad Mayor de Castilla, con objeto de averiguar en cada uno de ellos sustancialmente tres puntos: Estatuto jurídico del lugarSi es de realengo, solariego, abadengo, behetría, encartación o mixto por coincidir varias de estas situaciones en un mismo lugar, precisando quién o quiénes eran los señores del solariego o del abadengo o de la behetría, y quiénes eran los naturales o diviseros de estas últimas. Estos son los datos que se recogen en primer término en cada uno de los lugares, añadiendo a las veces el obispado al que pertenecía el lugar. Derechos económicos del reyEspecialmente se consideran martiniegas, servicios, monedas, fonsadera y yantares, a los que ocasionalmente se añaden variopintas figuras fiscales en las que es pródigo el mundo de las prestaciones económicas o personales de la Edad Media, Derechos de los señoresRecoge todas las prestaciones que por cualquier título les corresponden, incluyendo lo que perciben en las behetrías los naturales y diviseros de las mismas. Fuentes
Sobre el interesante proceso de restauración del Becerro, realizado entre 1979 y 1980 se puede consultar el artículo de Félix Valentín Jorba, "Restauración del libro El Becerro de las Behetrías", Actas del III Congreso de Conservación de Bienes Culturales. Valladolid, 21 al 23 de junio de 1980, Comité Español del ICOM, Madrid 1982".[6] La transmisión manuscrita y formas del Becerro
Véase tambiénNotas
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