Baha'ullah

Baha'ullah
Información personal
Nombre de nacimiento Mirza Hussein-'Alí Nurí
Nombre nativo میرزا حسینعلی نوری
Apodo Bahá'u'lláh y بهاء الله Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 12 de noviembre de 1817
Teherán, Persia
Fallecimiento 29 de mayo de 1892
(74 años)
Acre, Siria otomana
Causa de muerte Fiebre Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Santuario de Bahá'u'lláh Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia Teherán Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Persa
Religión Bahaísmo
Familia
Padre Mírzá `Abbás Núrí Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Ásíyih Khánum, Fátimih Khánum y Gawhar Khánum
Hijos Abdu'l-Bahá, Bahíyyih, Mírzá Mihdí, Samadiyyih, Muhammad-`Alí, Díyá'u'lláh, Badi'u'lláh y Furúghíyyih
Información profesional
Ocupación Profeta y Manifestación de Dios Ver y modificar los datos en Wikidata

Mirza Hussein-'Alí Nurí (en persa: میرزا حسینعلی نوری‎; Teherán, Persia, 12 de noviembre de 1817-Acre, Imperio otomano, 29 de mayo de 1892) o Bahá'u'lláh (en árabe: بهاء الله‎, lit. 'gloria de Dios') fue un religioso persa de Oriente Medio fundador del bahaísmo. Los creyentes de esta religión monoteísta le consideran a él y a todos los profetas anteriores como las manifestaciones de Dios, y a él concretamente como la manifestación de Dios en la época actual.

Baháʼu'lláh creció sin educación formal, pero era culto y devotamente religioso. Su familia era considerablemente rica, y a la edad de 22 años rechazó un puesto en el gobierno, administrando en su lugar las propiedades familiares y donando tiempo y dinero a obras benéficas.[1]​ A los 27 años aceptó la reivindicación del Báb y se convirtió en uno de los partidarios más declarados del nuevo movimiento religioso que propugnaba, entre otras cosas, la derogación de la ley islámica, lo que suscitó una fuerte oposición.[2]​ A la edad de 33 años, durante un intento gubernamental de exterminar el movimiento, Baháʼu'lláh escapó por poco de la muerte, sus propiedades fueron confiscadas y fue desterrado de Irán.

Justo antes de partir, mientras estaba encarcelado en el calabozo de Síyáh-Chál, Baháʼu'lláh afirmó recibir revelaciones de Dios que marcaban el comienzo de su misión divina.[3]​ Tras establecerse en Irak, Baháʼu'lláh atrajo de nuevo la ira de las autoridades iraníes, y éstas solicitaron al gobierno otomano que lo trasladara más lejos. Pasó meses en Estambul, donde las autoridades se volvieron hostiles a sus reivindicaciones religiosas y lo pusieron bajo arresto domiciliario en Edirne durante cuatro años, seguidos de dos años de duro confinamiento en la prisión de Acre. Sus restricciones se fueron relajando gradualmente hasta que pasó sus últimos años en relativa libertad en los alrededores de Acre.

Baháʼu'lláh escribió al menos 1.500 cartas, algunas con extensión de libro, que han sido traducidas a 802 idiomas.[4]​ Algunos ejemplos notables incluyen Las Palabras Ocultas, el Libro de la Certeza, y el Kitáb-i-Aqdas. Algunas enseñanzas son místicas y tratan sobre la naturaleza de Dios y el progreso del alma, mientras que otras abordan las necesidades de la sociedad, las obligaciones religiosas de sus seguidores o la estructura de las instituciones bahaíes que propagarían la religión.[5]​ Consideraba a los seres humanos como seres fundamentalmente espirituales, y exhortaba a los individuos a desarrollar virtudes divinas y a promover el avance material y espiritual de la sociedad.[6]

Primeros años en Irán

Una representación de Mírzá Buzurg, el padre de Baháʼu'lláh
.

Baháʼu'lláh nació en Teherán, Irán, el 12 de noviembre de 1817. Los autores bahaíes remontan su ascendencia a Abraham a través de sus dos esposas Keturah[7]​ y Sara,[9]​ al profeta Zoroastro,[10]​ al padre del rey David Jesse,[11]​ y a Yazdigird III, el último rey de la Imperio sasánida.[12]​ Su madre fue Khadíjih Khánum,[13][15]​ su padre Mírzá ʻAbbás-i-Núrí, conocido como Mírzá Buzurg,[12]​ sirvió como visir al Imám-Virdi Mírzá, duodécimo hijo de Fath-ʻAli Shah Qajar. Su padre había recibido dicho título honorario por el decreto real de Fath-Àlí Sháh al quedarse este cautivado por su caligrafía. Pocos años después fue nombrado ministro del príncipe Imam Verdi Mirzá, duodécimo hijo varón de Fath-Àlí Sháh.[16]​ El origen de sus ancestros se remontaba a los reyes sasánidas, y según la fe bahaí también a Abraham y a Zoroastro.[17]

Durante su juventud, el que más tarde sería conocido como Bahá'u'lláh disfrutó de una vida acomodada y de una educación centrada en la equitación, la caligrafía y la poesía clásica. Baháʼu'lláh se casó con Ásíyih Khánum, hija de un noble, en Teherán en 1835, cuando él tenía 18 años y ella 15; tuvieron siete hijos, de los que solo tres llegaron a la edad adulta: un varón, `Abdu'l-Bahá, nacido en 1844; una hija, Bahíyyih, nacida en 1846; y otro varón, Mírzá Mihdí, nacido en 1848.[18][20]​ A los veinte años, Baháʼu'lláh declinó la vida de privilegios que le ofrecía su linaje aristocrático, dedicando en cambio su tiempo y sus recursos a una serie de obras caritativas que le valieron el renombre de "el Padre de los Pobres".[1]

En 1849 se casó también con una prima suya que había enviudado, Fátimih Khánum (1828-1904), con quien tuvo seis hijos, de los que sobrevivieron cuatro, una mujer y tres varones: Samadiyyih, Muhammad-`Alí, Díyá'u'lláh y Badi'u'lláh. Su tercer matrimonio fue con Gawhar Khánum en Bagdad, en una fecha anterior a 1863. Gawhar era probablemente una de las criadas de la primera esposa de Bahá'u'lláh, por lo que podría haberse tratado de un matrimonio temporal (Nikāḥ al-Mut‘ah) según la ley chiita. Tuvieron una hija, Furúghíyyih.

Reconocimiento del Báb

En mayo de 1844, un comerciante de 24 años de Shiraz, Siyyid Mírzá ʻAlí-Muḥammad agitó Persia con su afirmación de ser no sólo el prometido redentor del Islam (el Qa'im o Mahdi Mihdi), sino un nuevo profeta de Dios similar a Moisés, Jesús y Mahoma.[21][22]​ Asumió el título de "el Báb" (en árabe, "la puerta"), indicando su posición como "puerta al conocimiento divino" espiritual, y a un educador enviado por Dios aún mayor cuya inminente aparición estaba preparando.[22][23]

El Santuario del Báb, situado entre 19 terrazas en el Monte Carmelo en Haifa, Israel
Vista nocturna del Santuario del Báb, un importante lugar de peregrinación para todos los bahaíes

Poco después de declarar su misión espiritual a Mullá Husayn,[25]​ el Báb le envió a Teherán para que entregara una tablilla especial[26]​ a quien Dios le guiara. Tras enterarse de la existencia de Baháʼu'lláh a través de un conocido, Mullá Husayn se sintió obligado a hacer los arreglos necesarios para que Baháʼu'lláh recibiera la tablilla; esta noticia produjo gran alegría al Báb cuando Mullá Husayn le escribió al respecto.[27]​ Bahá'u'lláh recibió la tablilla cuando tenía 27 años, reconoció inmediatamente la verdad del mensaje del Báb y se levantó para compartirlo con los demás.[18]​ En su provincia natal de Núr La notoriedad de Bahá'u'lláh como lugareño prominente le proporcionó numerosas oportunidades para enseñar la Fe bábí, y sus viajes atrajeron a muchos a la nueva religión, incluidos clérigos musulmanes.[28]​ Su casa de Teherán se convirtió en un centro de actividades, y él generosamente dio apoyo financiero para la religión.[29]​ En el verano de 1848, Bahá'u'lláh asistió y fue anfitrión[30]​ de una reunión en la Badasht en la provincia de Khorasán, donde 84 discípulos bábíes se reunieron durante 22 días.[31]​ En esa conferencia se produjeron debates históricos entre quienes querían mantener la ley islámica (la herencia religiosa de la mayoría de los primeros bábís[37]​) y los que creían que el Báb había inaugurado una nueva dispensación religiosa. Baháʼu'lláh influyó en el acuerdo en torno a este último punto de vista.[38]​ Fue en Badasht donde Mírzá Ḥusayn-ʻAlí Núrí asumió el nombre de Bahá'[39]​ y también dio nuevos nombres espirituales a todos los demás asistentes; a partir de entonces el Báb les dirigió las tablillas con esos nombres.[40][41]​ Cuando Táhirih, la discípula femenina más prominente del Báb, fue arrestada después de la conferencia, Baháʼu'lláh intervino para protegerla. Posteriormente, él mismo fue confinado temporalmente y castigado con falanga.[42]

La fe bábí se extendió rápidamente por Persia, atrayendo a un gran número de fieles. Esto provocó la oposición generalizada tanto de los clérigos islámicos, temerosos de perder fieles y beneficios asociados, como de las autoridades civiles, temerosas de la creciente influencia de la comunidad bábí,[43]​ lo que provocó la muerte de miles de bábíes en implacables campañas de persecución. En julio de 1850, el propio Báb fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en Tabriz a la edad de 30 años.[44]

En sus enseñanzas, el Báb se identifica a sí mismo como la primera de las dos manifestaciones de Dios que el Creador enviaba para marcar el comienzo de la paz duradera que ha de significar el logro de la madurez de la humanidad -cuando todos los pueblos vivan en unidad como una sola familia humana.[45]​ Los bahaíes sostienen que las enseñanzas del Báb sientan las bases "para el eventual establecimiento de una sociedad caracterizada por la unidad de las naciones, la confraternidad de las religiones, la igualdad de derechos de todas las personas y un orden mundial compasivo, consultivo, tolerante, democrático y moral".[46]​ Entretejidas a lo largo de las enseñanzas del Báb están las referencias a "Aquel a quien Dios hará manifiesto",[47]​ el gran Prometido para quien estaba preparando el camino. En numerosas profecías, el Báb afirmó que el próximo educador divino aparecería poco después de su propio martirio.[48]​ En una de sus principales obras, el Báb afirmó: "Bienaventurado aquel que fija su mirada en la Orden de Baháʼu'lláh, y da gracias a su Señor."[49]

Arresto y encarcelamiento

Los acontecimientos previos y posteriores a la ejecución del Báb fueron tumultuosos para los bábís. A medida que los líderes musulmanes incitaban a las turbas fanáticas a la violencia contra ellos, muchos bábís -aunque se negaban a tomar medidas ofensivas contra los atacantes- tomaron medidas para defenderse,[50]​ pero comúnmente acabaron siendo masacrados. El 15 de agosto de 1852, dos jóvenes bábíes, profundamente desesperados por los asesinatos del Báb y sus discípulos más destacados, intentaron asesinar al rey iraní, al que culpaban de estas tragedias. Cuando Nasiri'd-Din Shah pasaba por una vía pública, los dos bloquearon al monarca para dispararle perdigones. El rey salió ileso, pero el incidente provocó un estallido de persecución contra los bábís que superó con creces lo ocurrido en el pasado.[51]

Aunque las investigaciones determinaron que la pareja infractora había actuado sola, se desencadenó un "reino del terror"[52]​ que se cobró la vida de al menos 10.000 bábíes ese mismo año[53]​ cuando los ministros del gobierno compitieron entre sí para castigar colectivamente a los bábíes conocidos o sospechosos, incluido Bahá'u'lláh. Bien conocido por su apoyo a la causa bábí, Baháʼu'lláh fue arrestado y encarcelado en el Síyáh-Chál subterráneo de Teherán, donde fue atado con pesadas cadenas que le dejaron cicatrices de por vida. Baháʼu'lláh estuvo confinado en ese calabozo durante cuatro meses, mientras la madre del Sha y las autoridades que buscaban ganarse el favor del rey buscaban la manera de justificar su ejecución.[54]

Revelación

Bahá'u'lláh relata que durante su encarcelamiento en el Síyáh-Chál tuvo varias experiencias místicas, en las que recibió su misión como manifestación de Dios, el Prometido anunciado por el Báb.[3]​ Los bahaíes consideran este amanecer de la misión espiritual de Bahá'u'lláh como el comienzo del cumplimiento de las profecías del Báb relativas a "Aquel a quien Dios hará manifiesto".[55]​ La naturaleza "inseparable" y la unidad de las revelaciones gemelas del Báb y Bahá'u'lláh[47][56]​ son la razón por la que los bahaíes consideran que ambas fes forman una entidad religiosa completa, y la razón por la que la declaración de 1844 del Báb se considera la fecha de inicio del bahaísmo.

Prohibición de Persia

Pasaporte de Baháʼu'lláh, fechado en enero de 1853

Cuando se demostró más allá de toda duda que Baháʼu'lláh era inocente de estar implicado en el atentado contra la vida del sha,[53]​ el sha finalmente accedió a liberarlo pero decretó que Baháʼu'lláh sería desterrado permanentemente de Persia.[57]​ Desposeído de sus extensas propiedades y riquezas, en el invierno excepcionalmente riguroso de enero de 1853 Baháʼu'lláh emprendió con miembros de su familia un viaje de tres meses a Bagdad, iniciando así lo que se convirtió en el exilio para el resto de su vida en territorios del Imperio Otomano.[58]

Pasaporte de Bahá'u'lláh.

Exilio

Mapa del exilio de Bahá'u'lláh

Bahá'u'lláh dejó la mazmorra para emprender un exilio que le llevaría fuera de su tierra natal y que habría de durar cuarenta años. Su primer destino fue Bagdad. Al cabo de un año Bahá'u'lláh emprendió el camino hacia las desoladas montañas del Kurdistán, en donde vivió dos años de meditación solitaria.

En 1856, a instancias de los exiliados babíes, Bahá'u'lláh regresaba a Bagdad. Bajo su jefatura renovada, el prestigio de la comunidad babí empezó a crecer. La reputación de Bahá'u'lláh como guía espiritual se divulgó por toda la ciudad. Por ello, y temiendo que su popularidad reenardeciese los ánimos de la comunidad babí de Persia, el Gobierno del Sah logró que las autoridades otomanas dieran orden de enviarlo a tierras aún más distantes.

En abril de 1863, antes de abandonar Bagdad, Bahá'u'lláh y sus compañeros acampaban en un jardín situado a la vera del Tigris. Desde el 21 de aquel mes hasta el 2 de mayo, Bahá'u'lláh anunció a sus seguidores más cercanos que él era el Prometido predicho por el Báb y, según las creencias bahaíes, y que también cumplía las profecías de los textos sagrados de otras religiones al respecto.

Los bahaíes dan a ese jardín el nombre de "Ridván", palabra árabe que significa "paraíso". Los aniversarios de los doce días allí transcurridos, conocidos como "la Fiesta de Ridván", constituye la celebración más importante del calendario bahaí.

El 3 de mayo de 1863, rodeado de su familia y algunos compañeros escogidos, Bahá'u'lláh partió de Bagdad camino de Estambul, capital del Imperio otomano. En aquel momento Bahá'u'lláh era ya una figura que gozaba de enorme prestigio y afecto populares.

Al cabo de cuatro meses de estancia en Estambul, Bahá'u'lláh fue enviado prisionero a Adrianópolis (la actual Edirne), adonde llegó el 2 de diciembre de 1863. En el curso de los cinco años que permaneció en dicha ciudad, la reputación de Bahá'u'lláh fue creciendo, suscitando interés entre algunos círculos de estudiosos, diplomáticos y altos funcionarios de la administración.

Hacia septiembre de 1867 empezó a escribir una serie de cartas dirigidas a los dirigentes de la época, entre ellos, el emperador Napoleón III, la reina Victoria, el káiser Guillermo I, el zar Alejandro II de Rusia, el emperador Francisco José I, el papa Pío IX, el sultán Otomano Abdülaziz I y el sah Naseredín de Persia.

En ellas, Bahá'u'lláh proclama abiertamente que es el mensajero profetizado por el Báb y habla del advenimiento de una nueva era. Pero, antes que nada, advierte que el orden social del mundo iba a sufrir trastornos catastróficos sin parangón. A fin de paliarlos, recomendaba que los gobernantes del mundo actuasen de acuerdo con la justicia. Apeló a estos grandes mandatarios para que redujeran sus arsenales y estableciesen cierta asociación de naciones. Para alcanzar una paz duradera solo cabía un remedio: actuar conjuntamente contra la guerra.

Ante las instigaciones continuas de la embajada persa, el Gobierno turco decidió deshacerse de Bahá'u'lláh enviándolo a la fortaleza-prisión de Acre, que por aquel entonces era un remoto confín al que solían ser enviados los asesinos, asaltantes de caminos y disidentes políticos.

Bahá'u'lláh y su familia llegaron a Acre el 31 de agosto de 1868 en lo que sería el tramo final de su prolongado exilio. Los 24 años subsiguientes habrían de transcurrir entre Acre y sus alrededores. Al principio Bahá'u'lláh y sus compañeros estuvieron confinados en el recinto de la prisión. Más tarde se les permitió el traslado a una casa dentro de la ciudad amurallada donde vivieron en condiciones de hacinamiento. Dada su fama de herejes peligrosos, su presencia era objeto de la animosidad pública. Incluso sus hijos debían lanzarse a la fuga para evitar ser apedreados.

Santuario de Bahá'u'lláh en los Jardines Bahaíes, en Acre (Israel).

Con el paso del tiempo, el espíritu de Bahá'u'lláh y sus enseñanzas lograron hacer mella en medio de tanta hostilidad, al punto de que algunos de los gobernadores y clérigos de la ciudad llegaron a convertirse en devotos admiradores suyos. Al igual que aconteció en Bagdad y Adrianópolis, la talla moral de Bahá'u'lláh fue haciéndose acreedora del respeto, afecto e incluso de una posición de preeminencia social.

Acre fue además el lugar donde Bahá'u'lláh compuso su obra capital, más conocida entre los bahaíes por su denominación persa, el Kitáb-i-Aqdas (El libro más sagrado). En ella se describen brevemente las leyes y principios esenciales que han de seguir sus seguidores; asimismo en la obra quedan trazadas las líneas maestras de la administración bahaí.

En los últimos años de la década de 1870, Bahá'u'lláh quedó en libertad para trasladarse a vivir fuera del recinto amurallado, en un lugar donde sus seguidores podían visitarle con relativa paz y seguridad. Bahá'u'lláh fijó su residencia en una mansión abandonada, conocida como Bahjí, en cuyo retiro pudo dedicar sus días a la escritura.

Bahá'u'lláh falleció de muerte natural el 29 de mayo de 1892. Sus restos fueron inhumados en una habitación ajardinada próxima a la mansión. Para los bahaíes este es el lugar más sagrado de la Tierra.

Fotografía de Bahá'u'lláh

Los bahaíes prefieren no contemplar públicamente la foto de Bahá'u'lláh, de hecho, una carta escrita en nombre de Shoghi Effendi a un creyente, dice «No existe ninguna objeción a que los creyentes miren la fotografía de Bahá'u'lláh, pero deben hacerlo con la máxima reverencia, y no deberían permitir que ésta sea expuesta abiertamente al público, ni siquiera en sus hogares», por lo que para los creyentes es ofensivo y desconsolador ver cualquier foto de manera que no sea como la indicada en algunos de los escritos. En una carta en inglés sobre una foto de Bahá'u'lláh redactada por el Departamento de Información Pública de la Casa Universal de Justicia se menciona también que para los bahaíes es perturbador ver que una imagen de Bahá'u'lláh sea tratada de forma irrespetuosa.

Una copia de una de las fotos de Bahá'u'lláh en Adrianópolis se puede ver en el Centro Mundial Bahaí, donde las autoridades religiosas bahaíes consideran que la imagen puede ser tratada y contemplarse con la debida reverencia y respeto.

Referencias

  1. a b Hartz, 2009, p. 38.
  2. Warburg, 2006, pp. 131-132, 143.
  3. a b Smith, 2000, p. 323.
  4. Hartz, 2009, p. 56.
  5. Stockman, 2013, p. 2.
  6. Stockman, 2022a, pp. 219-220.
  7. Hatcher y Martin, 1984, p. 127n.
  8. Taherzadeh, 1976, p. 305.
  9. A través de su descendiente Jesé, padre del rey David.[8]
  10. Smith, 2000, pp. 73, 369.
  11. Adamson, 2007, p. 50.
  12. a b Smith, 2000, p. 13.
  13. Adamson, 2007, p. 267.
  14. Smith, 2000, p. 217.
  15. Viuda con tres hijos, llegó a ser la segunda esposa del padre de Baháʼu'lláh.[14]
  16. Bahá'u'lláh el Rey de La Gloria, Editorial Bahá'í de España
  17. Revelation of Bahá'u'lláh, volumen 1, Editorial George Ronald
  18. a b Momen, 2022, p. 41.
  19. Ma'ani, 2008, p. 87.
  20. Ásíyih Khánum y sus hijos ʻAbdu'l-Bahá, Bahíyyih Khánum y Mírzá Mihdí son la "sagrada familia" del bahaísmo.[19]​ Para más detalles sobre las otras dos esposas de Bahá'u'lláh y sus hijos de esos matrimonios, véase La familia de Baháʼu'lláh.
  21. Dehghani, 2022, pp. 188-189.
  22. a b Saiedi, 2000, p. 2.
  23. Smith, 2000, pp. 58-59.
  24. BBC, 2009b.
  25. Un clérigo musulmán que fue la primera persona que creyó en el Báb.[24]
  26. Término para una carta sobre un tema religioso
  27. Taherzadeh, 1992, pp. 34-38.
  28. Balyuzi, 2000, pp. 35-37.
  29. Momen, 2019a.
  30. Smith, 2000, pp. 64-65.
  31. Saiedi, 2008, p. 24, nota #39.
  32. Maneck, 1984.
  33. Smith, 2000, p. 369.
  34. Maneck, 1990.
  35. Sharon, 2011.
  36. Amanat, 2011, p. 256.
  37. Aunque la mayoría de los bahaíes de Irán son de herencia musulmana, las conversiones posteriores del siglo XIX de un número considerable de individuos procedentes del judaísmo y el zoroastrismo en el país están bien documentadas.[32][33][34][35][36]
  38. Warburg, 2006, pp. 133-134.
  39. Smith, 2000, p. 73.
  40. Hartz, 2009, p. 41.
  41. Para más información sobre la asignación de nombres espirituales, véase «Nombres personales y títulos en el uso islámico y bahá'í». . En Walbridge, John (2002). «Ensayos y Notas sobre la Historia Babi y Baha'i». 
  42. Hatcher y Martin, 1984, p. 30.
  43. Hatcher y Martin, 1984, pp. 9-18.
  44. Smith, 2000, p. 57.
  45. Mahmoudi, 2022, pp. 384-387.
  46. Saiedi, 2008, p. 343.
  47. a b Saiedi, 2008, p. 344.
  48. Effendi, 1944, p. 23.
  49. Saiedi, 2000, p. 295.
  50. Hartz, 2009, p. 32.
  51. Hatcher y Martin, 1984, pp. 20-21.
  52. Hatcher y Martin, 1984, p. 20.
  53. a b Saiedi, 2000, p. 4.
  54. Balyuzi, 2000, pp. 99-101.
  55. BBC, 2009.
  56. Buck, 2019.
  57. Adamson, 2007, p. lxxiv.
  58. Warburg, 2006, p. 7.

Bibliografía

  • Bahá'u'lláh, 'Abdul'l-Bahá, Shoghi Effendi (2008). La religión Bahá'í. Una introducción desde sus textos. Colección Paradigmas. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-996-3. 

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