Autoestimulación (comportamiento)El comportamiento autoestimulatorio (también conocido como autoestimulación, y en inglés abreviado como stimming[1]) consiste en la repetición de movimientos físicos y de objetos, así como también la repetición de sonidos, común en personas con trastornos del desarrollo y más aún en personas con trastornos del espectro autista.[2][3] Es considerada una manera en la que las personas con autismo pueden tranquilizarse a sí mismas.[2] Los terapeutas ven este comportamiento como una respuesta a la hipersensibilidad que poseen estas personas, ya que de esta manera se pueden bloquear los estímulos del entorno, que usualmente son menos predecibles.[4] El trastorno de procesamiento sensorial puede ser también un motivo para este tipo de comportamiento, según algunos terapeutas.[4] Otra teoría estipula que los comportamientos autoestimulatorios son una manera de aliviar la ansiedad y las emociones intensas.[5] Los comportamientos autoestimulatorios más comunes (también llamados en inglés stims[6]) incluyen aplaudir con las manos, balancearse, golpear la cabeza, repetir sonidos o palabras, chasquear los dedos y girar objetos.[7][8] Estos comportamientos pueden ser signos de autismo, pero también son considerados parte de patrones de conducta de individuos que no tienen esta condición.[9] La diferencia más grande entre los comportamientos autoestimulatorios autistas y no autistas son su tipo y frecuencia.[9] En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, este tipo de comportamiento está listado cuando uno de los signos de autismo o de "manierismos motores estereotipados y repetitivos".[10] Hay diversas maneras de reducir o eliminar los comportamientos estereotipados.[3] Algunas de ellas incluyen proporcionarle al individuo formas alternativas de estimulación e incluso se han utilizado fármacos para reducir estos comportamientos, aunque no está claro si los fármacos son en verdad beneficiosos o restringen al individuo en su búsqueda de alivio.[3] Además, los juguetes de autoestimulación se han popularizado, en tanto son una alternativa sana y segura para las personas que disfrutan las actividades de autoestimulación.[11] Estos juguetes pueden ser joyas movibles, objetos con distintas texturas o líquidos resplandecientes. Los comportamientos autoestimulatorios pueden ser, en algunos casos, conductas de autolesión.[12] Las formas más comunes incluyen golpearse la cabeza, morderse las manos y frotarse o rascarse excesivamente la piel.[12] Referencias
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