Atahualpa (apellido)Atahualpa, puquina: Ata-w wallpa, —«El señalado y diligente ó el elegido y animoso»—[1] es un apellido peruano de origen inca. Proviene de Atahualpa, último monarca del imperio inca. Sus portadores se localizan en Cajamarca, Quito, Lima, Arequipa y Cuzco.[2][3] HistoriaSignificadoDurante siglos, se creyó que el nombre del último soberano inca, provenía de las voces quechuas: Ataguallpa, Atabalipa o Atawallpa, cuyos significados se construyeron erróneamente por cronistas de la época basándose en la traducción quechua de la palabra «gallo» o «gallina». Se tienen, por ejemplo: «gallo feliz» o «ave de la fortuna.[4] Un estudio lingüístico y etimológico postulado por el historiador y lingüista Rodolfo Cerrón Palomino afirma que el nombre proviene de una construcción fonética del idioma puquina (lengua que fue utilizada por la nobleza incaica). Tras una serie de análisis, el autor asegura que el término proviene de las voces puquina /ata-w wallpa/, cuyos significados serían respectivamente, /ata-w/: ‘señalado o elegido’ y /wallpa/: ‘diligente, aplicado, animoso’.[1] Apellidos emparentadosAtahualpa tuvo numerosos hijos, tanto de sus esposas como de sus concubinas, pero solo se ha podido identificar a algunos.[5] Pizarro prometió a Atahualpa que velaría por sus hijos, que aún eran niños. En cumplimiento de esa promesa hizo que un grupo de ellos fuera acogido en el convento de Santo Domingo de Cuzco y otro en el convento de San Francisco de Quito. Tres de los que estuvieron en el convento cuzqueño fueron Diego Ilaquita, Francisco Ninancoro y Juan Quispe Túpac; tres de los que estuvieron en el convento quiteño fueron Carlos, Felipe y Francisco Túpac Atauchi. Dos hijas, María e Isabel, acompañaron a sus hermanos en Cuzco, pero fuera del convento.[5]
Véase tambiénBibliografía
Referencias
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