En astronomía, el término asociación OB se refiere a un grupo de estrellas jóvenes, calientes y masivas de clase espectral O y B (de ahí el nombre) que se encuentran dentro de una estrecha región del espacio y que emiten una gran cantidad de luz ultravioleta que ioniza el gas circundante, formando una región H II. Estas asociaciones OB son cúmulos estelares que pueden contener desde unas pocas unidades hasta cientos de estrellas (en este último caso se denominan superasociaciones OB). Estas asociaciones surgen primero en regiones relativamente pequeñas del espacio. El gas y el polvo que quedan después de la formación de las estrellas son expulsados y las estrellas restantes ya no están ligadas gravitacionalmente. Se cree que el 90% de las estrellas de nuestra galaxia se formaron en este tipo de asociaciones.
El hecho de que las estrellas de tipo O y B tengan una vida corta implica que las asociaciones OB también son muy jóvenes (astronómicamente hablando): tienen entre 5 y 50 millones de años. Se trata, por tanto, de zonas privilegiadas para estudiar la formación estelar.
Se encuentran generalmente en los discos de las galaxias espirales, en las que se llevan a cabo procesos de muy intensa formación estelar; como en los brazos espirales de la Vía Láctea y de otras galaxias. A menudo se encuentran cerca de nubes moleculares gigantes, donde se formaron las estrellas de la asociación. Al tener vidas cortas, estas estrellas no viajan lejos de su lugar de nacimiento. Las asociaciones OB pueden tener dimensiones importantes, incluso cientos de años luz, con estrellas muy dispersas, y debido a las fuerzas de marea galácticas, tienden a dispersarse en tiempos astronómicamente muy cortos. Paradójicamente, podemos conocer más fácilmente las asociaciones OB de otras galaxias que las de la nuestra, debido a la presencia de nubes oscuras que enmascaran la mayoría de los objetos dentro de la Vía Láctea.[1]
El satélite Hipparcos ha permitido detectar una decena de asociaciones de este tipo en un radio de 650 pársecs alrededor del Sol, siendo la más cercana la asociación Scorpio-Centaurus situada a sólo 400 años luz del Sol.[2]
Similares a estas son las asociaciones R, en las que estrellas jóvenes masivas están inmersas en una tenue nebulosidad; la radiación de estas estrellas ilumina parte del gas, formando nebulosas de reflexión.
↑Massey, Philip; Thompson, A. B. (abril de 1991). «Massive stars in CYG OB2». Astronomical Journal101: 1408-1428. doi:10.1086/115774. Consultado el 6 de enero de 2010.La referencia utiliza el parámetro obsoleto |mes= (ayuda)