Armando Rojas Castro
Armando Rojas Castro (Santiago, 5 de diciembre de 1896-ibídem, 28 de mayo de 1968) fue un pionero del cine mudo chileno, director y fundador del Instituto de Cinematografía Educativa de la Universidad de Chile, creador y director de documentales y noticiarios que cubren 30 años del acontecer de su país.[1] BiografíaHizo sus estudios secundarios en el Liceo de Hombres de Talca, dirigido entonces por el educador Enrique Molina Garmendia, cuya figura y valores pueden considerarse una influencia relevante, que sumada a su propia experiencia y lucha por salir adelante en la vida, permiten entender mejor su temprana preocupación por los problemas sociales y la importancia estratégica que otorga a la educación como vehículo de superación.[2][3] Su primera producción fue el largometraje argumental mudo Uno de abajo, que dirigió en base a un libreto de su autoría, filmado con un mínimo de recursos y con actores sin experiencia, estrenado el 25 de octubre de 1920 en el cine Alhambra de Santiago con elogiosas críticas que destacaban su calidad técnica y la actuación de sus protagonistas.[4] Fue el duodécimo largometraje filmado en Chile[5] en la época muda y el primero que se enfocó en una problemática social, concretamente en los efectos del alcoholismo.[6] Con el propósito de perfeccionarse, en 1921 viajó a Alemania, donde se radicó hasta 1928. Debió aprender alemán y para costear su estadía se desempeñó como profesor de castellano en las universidades Humboldt y luego en la de Berlín, además de actuar como secretario privado de la legación de Chile en Berlín. Sus estudios de cine los hizo en la UFA. En 1924 filmó por su cuenta un documental de largometraje titulado Lo que vi en Alemania, el que fue adquirido por el gobierno alemán y difundido internacionalmente, incluso en Chile.[7] En 1928 fue llamado por el gobierno de Chile para hacerse cargo de la creación del Instituto de Cinematografía Educativa (ICE), iniciativa pionera en Latinoamérica[8] que tuvo por finalidad reforzar el proceso educativo acompañándolo de medios audiovisuales. Así, el 20 de diciembre de 1929 se inauguró el nuevo Servicio que, bajo la dirección de Armando Rojas Castro hasta 1942, llegó a contar con quince centros de distribución en todo el país, disponiéndose de un archivo de alrededor de 1000 películas a disposición del mundo docente, sin perjuicio de capacitar a más de 200 profesores para su empleo en forma pedagógica y autónoma. Además de material importado que se adecuó, el Instituto produjo sus propias películas cortas de apoyo educativo. Complementariamente puso en marcha y dirigió entre 1940 y 1943 el Informativo ICE, que con frecuencia quincenal se proyecta en los cines del país.[9] Una buena síntesis de la importancia del ICE en el desarrollo del cine y la educación en Chile está contenido en la siguiente cita:
A contar de 1942 participó como director técnico de Chilefilms, emprendimiento impulsado ese año por la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y la Universidad de Chile para el desarrollo del cine, correspondiéndole su equipamiento mediante adquisiciones en Estados Unidos y México. Se retiró en 1944 para integrarse a la Dirección de Informaciones y Cultura y crear el Noticiario DIC (Chile al día), único en su época, con producciones quincenales hasta 1954. Luego de un breve retorno a la dirección del ICE, y a la dirección técnica en Chilefilms, en 1953 produjo el documental El hombre y la montaña[11] que muestra los desafíos técnicos y humanos enfrentados para la explotación del mineral de cobre El Teniente, ubicado a gran altitud en la cordillera (Sewell). Se retiró hasta su fallecimiento en Santiago el 28 de mayo de 1968. La producción del ICE así como la del Noticiario DIC incluyó numerosos documentales sobre aspectos relevantes del acontecer nacional, que podrían ser un valioso respaldo audiovisual de la historia de Chile, pero, igual que la mayoría de la producción de Armando Rojas Castro, y otros productores de su época, se encuentra desaparecida, principalmente por robo y venta del celuloide para la producción de productos de plástico. Sin embargo, gracias al esfuerzo de entidades como la Cineteca Universidad de Chile, del Centro Cultural Palacio de La Moneda y del Ministerio de Educación, entre otros muchos investigadores, se han ido rescatando algunas filmaciones del mayor valor histórico.[12] En 1939 publicó el libro de cuentos Calle Ricantén, que recibió notables críticas.[13] En 1952 se le otorgó el Premio Caupolicán de la Asociación de Cronistas de Cine, Radio y Teatro.[1] FilmografíaLargometrajes
Documentales
Referencias
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